Cuatro formas de sucesión romana
- raulgr98
- 27 ago 2023
- 5 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Cuando se piensa en sucesiones de reinos e imperios, sobre todo en la Europa Medieval y épocas posteriores, es común suponer que el mundo antiguo se regía por las mismas reglas occidentales: un interés supremo de la dinastía, donde engendrar herederos directos es una prioridad del gobernante, y todo intento de usurpación debe estar justificado por un lazo sanguíneo, por minúsculo que este sea. Sin embargo, en la Roma imperial, la preservación de una dinastía se lograba mediante el cambio de nombres (casi todos adoptaron César o Augusto tras ascender al poder) y otras medidas legales. Por lo tanto, el día de hoy revisaremos a los 28 emperadores anteriores a la crisis del siglo III, marcando con azul cuando la sucesión fue natural, verde cuando el método de sucesión fue la adopción, en rojo cuando el emperador fue proclamado por las legiones o la guardia pretoriana y en morado cuando fue nombrado por el senado. Además, cuando hay una relación de sangre, sea directa o no, con alguno de sus antecesores, el nombre estará resaltado en negritas.
Augusto: Nacido como Octavio, accedió al poder por una combinación de poder militar (ganó una guerra civil) y el ser hijo adoptivo del dictador vitalicio Julio César. Sin embargo, existía un lazo sanguíneo menor al ser nieto de la hermana de éste (César únicamente tuvo una hija legítima, que murió sin descendencia).
Tiberio: La sucesión de Augusto fue complicada, únicamente tuvo una hija de su primera esposa, y nombró herederos a los dos hijos varones de ésta, pero ambos murieron antes que él. Por lo tanto, antes de morir adoptó a su hijastro (hijo mayor de su segunda esposa), Tiberio.
Calígula: El primer heredero de Tiberio fue el hijo de su hermano menor, sin embargo, este falleció antes que él, por lo que decidió adoptar al hijo mayor de éste, Calígula, que sanguineamente era su sobrino nieto (además de ser descendiente directo por vía paterna de Marco Antonio y la hermana de Augusto, así como bisnieto del primer emperador a través de su madre, única nieta sobreviviente de éste).
Claudio: Tras el asesinato de Calígula la Guardia Pretoriana impuso por primera vez a un emperador, pero Claudio tenía lazos sanguíneos con Calígula al ser hermano de su padre.
Nerón: Aunque ascendió al trono tras ser adoptado por su padrastro (era hijo de un matrimonio anterior de la emperatriz), su madre era hermana de Calígula, lo que lo convertía no sólo en descendiente directo de Augusto sino en sobrino nieto del emperador Claudio.
Galba: Un rebelde contra Nerón con apoyo de las legiones de Hispania y la guardia pretoriana, asumió el trono tras el suicidio de éste sin tener ningún lazo sanguíneo.
Otón: Tomó el poder con apoyo de los pretorianos tras dar golpe de Estado contra Galba, asesinado.
Vitelio: Proclamado por las regiones del Rin, ocupó Roma tras la muerte de Otón en batalla.
Vespasiano: Rebelde proclamado por las regiones orientales, ocupó el poder y fue reconocido por el senado tras el asesinato de Vitelio.
Tito: Hijo mayor de Vespasiano, primera sucesión directa sin necesidad de adopción.
Domiciano: Hijo menor de Vespasiano, sucedió a su hermano cuando éste murió sin descendencia legítima.
Nerva: Elegido emperador por el senado tras el asesinato de Domiciano.
Trajano: Hijo adoptivo de Nerva pese a no tener ningún lazo sanguíneo.
Adriano: Sobrino segundo de Trajano, además de esposo de la nieta de su hermana, estos lazos sanguíneos débiles fueron fortalecidos con una supuesta adopción en el lecho de muerte del emperador.
Antonino Pío: Casado con una sobrina de Adriano, fue adoptado por este como su sucesor, sin lazos sanguíneos.
Lucio Vero: Uno de los hijos adoptivos de Antonino Pío, fue coemperador con su hermano adoptivo (del que no era familiar).
Marco Aurelio: Otro de los hijos adoptivos de Antonino Pío, sobrino de su esposa, y por lo tanto descendiente de la hermana de Adriano.
Cómodo: Hijo de Marco Aurelio y de la única hija de Antonio Pío.
Pértinax: Elegido por el senado tras el asesinato de Cómodo.
Juliano: Impuesto por la Guardia Pretoriana tras el asesinato de Pértinax, asesinado por los partidarios de Severo.
Nigro: Proclamado por sus legiones, murió en batalla contra Severo.
Albino: Proclamado por sus legiones, murió en batalla contra Severo.
Septimio Severo: Proclamado por sus legiones.
Geta: Hijo menor de Severo, coemperador con su hermano hasta su asesinato.
Caracalla: Hijo mayor de Severo.
Macrino: Proclamado por las legiones tras el asesinato de Caracalla.
Heliogábalo: Hijo de una prima materna de Caracalla (y presuntamente su hijo ilegítimo), proclamado por las legiones tras el asesinato de Macrino.
Severo Alejandro: Hijo de otra prima materna de Caracalla, fue adoptado por Heliogábalo antes de su asesinato.
Como podemos ver en la lista, de los 28 emperadores únicamente cinco asumieron el trono de la manera tradicional (los dos hijos de Vespasiano, el de Marco Aurelio y los dos de Severo). Aunque ocho más eran familiares de alguno de sus antecesores, fueron necesarios otros métodos para legitimar el acceso al trono, lo cual indica que en la sociedad romana se necesitaba una conexión directa para evitar una crisis, lo que minimiza la influencia de los linajes en la selección del emperador.
De los otros métodos, el menos común era el nombramiento por el Senado, lo cual resulta irónico ya que legalmente únicamente este órgano podía nombrar un emperador. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones este acto era considerado meramente protocolario y sólo en dos ocasiones (tras los asesinatos de Domiciano y Cómodo) tuvo verdadero poder para realizar esta tarea sin presiones externas.
De los veintiún restantes, once llegaron al poder mediante rebeliones militares, ya sea de los pretorianos o de alguna legión, mientras que otros diez evitaron una crisis sucesoria al haber sido adoptados por su antecesor. Sin embargo, es importante aclarar que de los once que fueron impuestos por la fuerza, Claudio tenía una conexión familiar con Calígula, lo que hubiera permitido una sucesión semi natural (o al menos aumentar sus posibilidades de ser nombrado por el senado), mientras que Heliogábalo hubiera sido probablemente adoptado por Caracalla de no haber sido asesinado éste durante la usurpación de Macrino. Por lo tanto, en realidad observamos que la adopción fue un método bastante efectivo para garantizar transiciones relativamente pacíficas del poder, pues el resto de aquellos emperadores "militares" se concentran únicamente en dos fases que derivaron de sucesos inesperados: el suicidio de Nerón y el asesinato de Pértinax, los dos mayores momentos de crisis antes del casi colapso en el siglo III.
Como conclusión, creo que sería interesante ahondar más en el proceso de adopción romano, que en la práctica se acerca mucho a sistemas como el presidencialismo mexicano en el que (ya sea por mérito o por alianzas políticas), el gobernante designaba en vida a su sucesor, importando poco o nada las relaciones familiares.
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
Muy interesante tu conclusión. Creo que desde hace un par de años, tuvo una "adopción" en Palacion Nacional.