Historia de animación de Disney
- raulgr98
- 24 feb 2023
- 13 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Este año el estudio de animación de Walt Disney cumple 100 años habiendo estrenado 6o largometrajes. Para conmemorar el centenario y poner en perspectiva la evolución del cine a través de un solo estudio, les presento aquí un fragmento actualizado de una ponencia que escribí hace cuatro años sobre el tema.
Las primeras producciones de Walt Disney constituyen la Edad de Oro (1937-1942) y marcaron algunas de las normas generales de los mayores éxitos de la compañía: inspiración en cuentos (Blanca Nieves, Pinocho), uso de animales y personajes infantiles (Dumbo, Bambi), así como la incorporación de música a la trama (Fantasía, Pinocho, Blanca Nieves, Dumbo); siendo generalmente de corta duración pero de presupuesto considerable. La entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial significó un cambio radical en las prioridades de la compañía, ahora centradas en propaganda de guerra, por lo que las películas de la Era Empaquetada (1943-1949) son de trama endeble (básicamente, varios cortometrajes unidos) y un presupuesto limitado.
La edad de plata (1950-1967) se puede considerar una continuación de las pautas marcadas por la edad de oro, creándose en esta época algunas de las cintas clásicas más emblemáticas del estudio, como Cenicienta, la Bella Durmiente, Alicia en el País de las Maravillas, etc.; gozando de buena recepción tanto crítica como en taquilla, pero que terminó de manera abrupta con la muerte de Walt Disney. A continuación la Edad de Bronce, mejor conocida como la Edad Oscura, fue marcada por la falta de liderazgo claro y producciones de presupuesto variado que como regla general fracasaron en taquilla, poniendo el estudio en peligro de bancarrota.
La era quizá recordada con más nostalgia en la actualidad es el Renacimiento (1989-1999), donde un cambio en la dirección del estudio y las ganancias de la película Policías y ratones (la más exitosa de la era anterior) permitió la contratación de nuevos creativos (tanto guionistas como compositores) que crearon algunos de los musicales más famosos de la historia del cine (La sirenita, la bella y la bestia, el rey león, etc.); fortaleciendo a tal grado al estudio que a la fecha no se ha acercado a otra crisis financiera. Sin embargo, la pérdida de creativos y la entrada de nuevos competidores (ej. Dreamworks) provocaron que el comienzo del siglo XXI estuviera marcado por películas experimentales de éxito variado en lo que se ha denominado una segunda edad oscura (2000-2008), si bien no tan significativa como la primera.
Los siguientes diez años se han considerado un segundo renacimiento (2009-2019) caracterizados por las últimas animaciones tradicionales (dibujos a mano) en favor del uso de tecnologías digitales y grandes éxitos en taquilla tanto musicales (Frozen, Moana) como no musicales (Zootopia, Grandes Héroes), que han logrado que la animación no pierda vigencia en la época de mayor diversificación del estudio. Sin embargo, la pandemia y otros factores han provocado que los últimos resultados en taquilla sean algo decepcionantes y cuestionen la vigencia del estudio.
A. El nacimiento de un imperio: La Edad de Oro (1937-1942)
El primer grupo de películas de Disney se caracteriza por muy poca diversidad cultural, y nunca en un sentido positivo. De las cinco cintas, Blanca Nieves y Pinocho se desarrollan supuestamente en Europa (Alemania la primera, Italia la segunda) pero no hay elementos que distingan dichos países, siendo la animación de un Occidente medieval y moderno que se podría considerar genérico; mientras que Bambi carece totalmente de algún rasgo distintivo culturalmente (podría ser un bosque tanto en Europa como en Norteamérica) siendo la única pista temporal la presencia de armas de fuego.
Es muy importante mencionar a Dumbo*, pues en esta película hay alusiones claras a la raza. Ubicada claramente en Estados Unidos (como señala el mapa de las primeras tomas), los primeros momentos de largometraje retrata a la clase obrera como afroamericanos sin voz ni rostro en condiciones claras de explotación (bajo la lluvia, de noche), cantando sobre el trabajo duro y cansado (“The song of the roustabouts”) con letras como “trabajamos de día, trabajamos de noche, no aprendimos a leer o escribir…mientras otros duermen a nosotros trabajamos como esclavos hasta dormir…no sabemos cuando nos van a pagar, y cuando lo hagan la vamos a tirar”. Sin embargo, el elemento más discutido ha sido el personaje de los cuervos, diseñados como estereotipos de la comunidad afroamericana e interpretados por miembros de la misma, siendo el nombre del líder Jim Crow (una alusión a las leyes racistas de Estados Unidos y un apodo despectivo para la población de color), personajes que han sido tratados de remover por un sector mientras que otro los defiende por ser personajes inteligentes y simpáticos con Dumbo (los únicos aparte de su madre y el ratón Timoteo); si bien el juego de palabras que ocurren si cae en estereotipos raciales.
Fantasía es una película más compleja de analizar porque está compuesta de ocho piezas musicales acompañados de animación. De dichos segmentos, dos recurren únicamente a formas, patrones y colores y un tercero narra el origen de la vida (centrándose en los dinosaurios); por lo que hay que centrarse en los restantes que si presentan ciertos elementos culturales: el cambio de las estaciones representado por danzas de hadas (folclore europeo); el aprendiz de brujo, donde la vestimenta de Mickey Mouse y el diseño del hechicero hacen alusión a la Europa medieval; la noche en el monte sombrío, que tiene como personaje central un demonio y culmina con una procesión de monjes caminando hacia una catedral en ruinas en Europa. Las dos secciones restantes merecen detenerse un poco más: en sinfonía pastoral una festividad grecorromana en honor a Dionisio/Baco es interrumpida por el poder supremo de Zeus, quien impone el orden con sus rayos. Además del mensaje del poder autoritario como regente del orden y la civilización contra la locura de los “salvajes” (representados por criaturas mitológicas), el elemento más controvertido (retirado en algunas versiones recientes) es una centáuride de color oscuro y con rasgos africanos sirviendo a sus compañeras de tonalidad más clara. Finalmente, “La danza de las horas” presenta a un conjunto de animales (hipopótamos, cocodrilos, avestruces y elefantes: todos africanos es de resaltar) tratando feliz pero torpemente realizar un ballet (tradición europea) hasta que derrumban el lugar en el que se encuentran, lo que podría hacer alusión a que por más que se implementen y acepten programas de “civilización” las regiones subdesarrolladas nunca estarían a la altura del Occidente.
En resumen, la Edad de Oro presenta una versión idealizada y suprema del Occidente, su arte, religión y valores (Blanca Nieves, Fantasía) con alta tolerancia a las adicciones (Pinocho fuma, Dumbo se embriaga) y prácticamente ninguna alusión a otras culturas, salvo para estereotipar y normalizar las condiciones de explotación del sector afroamericano (Dumbo, Fantasía).
B. Guerra y propaganda: Las era olvidada (1943-1949)
La segunda etapa es generalmente ignorada por el bajo presupuesto y popularidad de las cintas producidas; pues no consistieron el enfoque del estudio (inmerso en propaganda de la primera guerra mundial), sin embargo se pueden clasificar en dos categorías: películas propagandísticas y de entretenimiento.
En las propagandísticas sobresalen “Saludos Amigos” donde se animan segmentos ubicados en Latinoamérica (Donald en el Titicaca, un avión chileno tratando de entregar el correo en situaciones de miseria, Goofy como un vaquero que aprende a ser gaucho y el personaje brasileño de José Carioca enseñándole a Donald Samba) y su secuela Los tres caballeros donde se combinan elementos de acción real con animación (siendo el hilo conductor los regalos de José Carioca y el mexicano Pancho Pistolas a Donald); teniendo ambas la clara intención de mostrar la “buena voluntad” de Estados Unidos a Latinoamérica para afianzar su influencia en la región, siendo la primera cinta en desarrollarse en lugares fuera de EUA y Europa (aunque personajes norteamericanos siguen siendo el foco de atención).
En las que tienen un sentido más de entretenimiento, Música maestro y Ritmo y melodía se componen de fragmentos musicales que retratan personajes animales (incluyendo la de una ballena cantante de ópera), objetos con vida, la historia de Pedro y el lobo y distintos aspectos de la sociedad norteamericana (incluyendo héroes populares); mientras que Diversión y fantasía y La leyenda de Sleepy Hollow y el señor sapo consisten en dos historias cada uno (un oso escapando del circo, Mickey y las habichuelas mágicas el primero; los relatos del título el segundo); todas las películas anteriores siguiendo el modelo de la edad anterior de representar la supremacía de Occidente, incorporando conceptos como la libertad, el sueño americano y el capitalismo.
C. Los clásicos de Walt: La Edad de Plata (1950-1967)
La edad de plata es por mucho la que más acusaciones de racismo contiene de toda la historia de Disney; pero también ha sido acusada de promover el rol pasivo de la mujer, particularmente en sus películas de princesas. Al igual que Blanca Nieves, Cenicienta y La bella durmiente se ubican supuestamente en Francia y Alemania, pero la animación se limita a mostrar un contexto europeo; mientras que La espada en la piedra y los 101 dálmatas se desarrollan en Inglaterra. En todos estos ejemplos no hay ninguna alusión a culturas ajenas, al contrario de las obras siguientes:
Alicia en el País de las Maravillas inicia en Inglaterra y es de las menos controvertidas, aunque el personaje de la oruga ha sido criticado por sus rasgos orientales y una personalidad perezosa y engreída. Otras dos películas que se situan inicialmente en Occidente son La dama y el vagabundo* (Estados Unidos) y Peter Pan* (Inglaterra). La primera, además de una marcada diferenciación de clases a través de los perros, muestra una esterotipada (aunque positiva) representación de la población italiana en el personaje humano de Tony y una muy criticada representación de los asiáticos en los gatos siameses (amarillos, malévolos y de ojos rasgados), cuya canción incluso recurre a elementos orientales de asociación. La crítica a Peter Pan, por otro lado, se centra en su representación despectiva de los nativos americanos (sobre todo en la letra de la canción “¿Por qué es rojo el piel roja?”), donde son mostrados como salvajes, adictos y violentos; diciéndose explícitamente en diálogo que son “bárbaros” y “no muy inteligentes”, además de mostrar los personajes caucásicos un deseo por “a muchos indios matar”.
Finalmente, “El libro de la selva” es el primer largometraje animado sin personajes caucásicos (aunque muchos actores de voz si lo eran) al desarrollarse en la India (aunque los dos personajes humanos, si bien morenos, siguen teniendo rasgos occidentales). El discurso imperialista de la cinta es notable en su villano: Shere Kan, quien odia y teme al fuego (símbolo del progreso y la tecnología) mientras que los monos dirigidos por el rey Louie (claramente modelados con rasgos africanos, reforzado por los actores afroamericanos de voz y el tono jazz de la canción “Quiero ser como tú”) desean obtenerlo para convertirse en hombres (o en otras palabras, civilizarse). Tras derrotar con ingenio al tigre, Mowgli decide abandonar la jungla para ser feliz en el mundo de los hombres (la civilización), iniciando a la vez una tradición de mostrar a la mujer extranjera como exótica y seductora. En resumen, las películas de la Edad de Plata continúan haciendo un notorio contraste entre la civilización (sobre todo la sofisticación y elegancia en 101 dálmatas y la dama y el vagabundo) y los “otros” ampliando las representaciones culturales de africanos (en su mayor parte negativas) a hindúes (positivos), asiáticos (sumamente negativos) y árabes (en su mayor parte negativa), todos en condiciones de subdesarrollo.
D. Tiempos oscuros: La Edad de Bronce (1970-1988)
La edad de Bronce, mejor conocida como la Edad Oscura por la crisis que sufrió el estudio por la muerte de su fundador continua en gran medida con la tendencia de la era anterior en cuanto a representaciones culturales se refiere: Ni Las aventuras de Winnie the Pooh ni Policías y ratones (esta última situada en Inglaterra) contienen mayores referencias culturales, Bernardo y Bianca se desarrolla en los Estados Unidos, pero usa a la ONU de trasfondo siendo una de las protagonistas supuestamente húngaras, Oliver y su pandilla se centra más en asuntos de clase pero se abre a la diversidad racial al proponer un grupo unido de perros callejeros de distintas razas, y el zorro y el sabueso deja implícito que aunque miembros de culturas diferentes pueden ser amigos, sus diferentes contextos imposibilitan la convivencia.
De las tres cintas restantes, la selección de los animales en Robin Hood es producto del simbolismo atribuido a cada especie, pero no deja de ser cuando menos una coincidencia interesante que todos los personajes positivos (zorros, osos, gallos, tejones, perros, gallinas, etc.) sean de especies norteamericanas y europeas; mientras que los villanos sean en su mayoría representados por animales africanos y asiáticos (leones, serpientes, rinocerontes, cocodrilos, etc.). El Caldero negro modela a todos los personajes en una Europa medieval, pero es interesante resaltar al personaje de Gurgi: un personaje simiesco considerado torpe y molesto durante toda la película hasta su sacrificio heroico en el clímax, quizá un comentario a cómo percibe Occidente al otro. Finalmente Los aristogatos*, situado en la Francia de los años 20 (aunque no todos los personajes tienen acento) presenta estereotipos raciales que giran en torno a la banda de gatos callejeros: un francés, un inglés, un italiano, un ruso y un chino; siendo este último considerado el más ofensivo por sus ojos rasgados, tono amarillo, acento y uso de palillos chinos. De esta época es interesante concluir que los estereotipos culturales (al contrario que en otras épocas) no se limita a villanos o personajes de fondo, sino a personajes a los que se les adjudica atributos positivos.
E. La década de gloria: El Renacimiento (1989-1999)
Algunas de las películas animadas más alabadas de la historia pertenecen al llamado Renacimiento Disney, que otros investigadores han valorado positivamente por darle un rol más activo a los personajes femeninos. En el caso de la representación, aunque hay historias aun situadas en Europa (la Sirenita, la Bella y la Bestia, el jorobado de Notre Dame, Hércules), el estudio amplió su narrativa para situarla completamente en Asia, África y Oceanía. Las más tradicionales de este periodo en cuanto a cultura son La bella y la bestia (sólo hay un personaje con acento francés), Hércules (todos los personajes son de características occidentales) y Tarzán (no hay personajes de color, aunque en contraste con el libro de la selva los gorilas no son representados estereotipadamente y los personajes escogen la jungla en la conclusión).
La sirenita por otra parte contiene un personaje con acento caribeño (el cangrejo Sebastián) al que si bien funge un papel cómico, no se le trata de forma despectiva; Bernardo y Bianca en Cangurolandia se sitúa casi por completo en Australia y el Rey León se desarrolla completamente en África (aunque muchos actores son ingleses caucásicos) y promueve la diversidad, si bien las hienas han sido criticados por poseer ciertas características y acentos afroamericanos. Sin embargo, las mayores muestras de diversidad cultural se encuentran en las cuatro películas siguientes:
Aladdin tiene el mérito de contar con la primera princesa de color en el canon Disney y de situar la narrativa completamente en el medio Oriente; pero ha sido criticado por una polémica línea de la canción “Noches de Arabia” que asociaba a los orientales con la violencia (dicha línea fue cambiada en ediciones posteriores) y también ha habido acusaciones en cuanto a la animación del villano, con rasgos más típicamente árabes que los protagonistas, de cierta forma occidentalizados. El jorobado de Notre Dame rompe con valores occidentales al criticar la religión católica, y si bien los gitanos son descritos despectivamente al principio de la película ésta afirmación es probada errada en el desenlace, que además cuenta con la primera pareja interracial de Disney.
Mulán (al contrario de dama y el vagabundo o aristogatos) representa a personajes chinos de forma positiva y honorable en una animación de estilo respetuoso, si bien el personaje de Shi Fu es ciertamente estereotipado), mientras que Pocahontas asocia al nativo americano con la armonía con la naturaleza (al contrario que Peter Pan), siendo en especial destacable la canción Savages, en la que se ejemplifica el etnocentrismo tanto de los nativos como de los colonizadores. Con estos ejemplos, se ve que en cuestiones culturales y raciales el Renacimiento puede considerarse también una etapa de transición pues hay mayor apertura en narrativa y representación aunque persisten algunos estereotipos.
F. Experimentos olvidados: La segunda edad oscura (2000-2008)
La segunda edad oscura la considero como una etapa en la que el debate interno sobre la representación cultural se estancó, pues no se hicieron avances con respecto al Renacimiento. Ni Fantasía 2000 (que recurre a cuentos clásicos, bíblicos y de animales), Dinosaurio, el Planeta del tesoro, vacas vaqueras, Chicken Little, Bolt o la familia del futuro hacen referencias culturales (de hecho la última no contiene ni a un personaje de color en la narrativa) en la narrativa. Por otro lado, Las locuras del emperador supuestamente se desarrolla en el imperio inca, pero este factor no es explotado; mientras que Lilo y Stitch (a pesar de animar a los personajes con características hawaianas) usa brevemente el hula como referente cultural antes de usar a Elvis como artista predominante. Finalmente, Tierra de Osos y Atlantis siguen la línea marcada por Pocahontas de retratar positivamente a otras culturas (inuit y atlanteanos respectivamente); enfrentándola en el segundo caso directamente con el expansionismo occidental.
G. Consolidando el reinado: El segundo renacimiento (2009-2019)
El segundo renacimiento es con el que Disney consolidó su dominio de la taquilla estadounidense, y es también donde la representación de otras culturas de acuerdo a lo “políticamente correcto” es más evidente, aunque en menor medida que los cambios en cuestiones de género. Si bien hay muchas películas en las que no hay representaciones culturales (Enredados, Winnie the Pooh, Frozen), Ralph el Demoledor (1 y 2) y Frozen II tienen personajes de color como secundarios (siendo en el caso de esta última de resaltar que a pesar de situarse supuestamente en Noruega afrodescendientes e inuits tienen roles significativos).
Por otro lado, la princesa y el sapo muestra a la primera princesa afroamericana (que algunos pueden criticar, pasa la mayor parte de la película convertida en rana) y retrata de forma positiva el mundo de Nueva Orleans, siendo no sólo el villano sino casi todos los personajes (salvo dos secundarios) de color, aunque en su mayoría no estereotipados (incluso la luciérnaga, que tiene el acento más predominante, asume un rol heroico en el desenlace). Grandes héroes se ubica en la ciudad ficticia de San Fransokio, donde combinan elementos norteamericanos y asiáticos; siendo los cinco integrantes humanos del equipo de superhéroes un grupo diverso (dos asiáticos, dos caucásicos, un afrodescendiente). Sin embargo, quizá sean Moana y Zootopia los máximos ejemplos de representación en las películas animadas de Disney, pues la primera se desarrolla en el pacífico polinesio (representado respetuosamente), con personajes de rasgos y vestimenta étnicamente correctos y un elenco diverso; mientras que la segunda se ha interpretado comúnmente como una metáfora del racismo y la segregación.
H. El futuro (2021-)
Posterior al estreno de Frozen II, su película más taquillera hasta el momento, la pandemia y el lanzamiento de la plataforma Disney+ tuvieron como consecuencia un trío de películas que decepcionaron o fallaron en taquilla. Aunque es una muestra de estudio muy pequeña para obtener conclusiones definitivas, se puede argumentar un deterioro del estudio financieramente (aunque eso no ha impedido que una de las tres, el musical Encanto, se volviera en una sensación viral una vez estrenada en la plataforma).
En cuanto al tema que atañe a esta discusión, parece que el estudio sigue apostando por representaciones más genuinas de culturas ajenas. Los dos ejemplos más evidentes son Raya y el último dragón, que aunque en un mundo ficticio retoma elementos visuales del sudeste asiático y Encanto, que se desarrolla en Colombia. Además de una influencia evidente en los diseños de personajes, vestuarios y estética en general, lo que es importante reconocer es que, quizá por primera vez en la historia del estudio, guionistas pertenecientes a los grupos representados participaron en la producción. La tercera película de este grupo, Strange World, no sólo tiene un elenco diverso sino que busca introducir por primera vez la representación LGBT, pero la representación tanto étnica como sexual es más superficial y no tiene mayores referentes en la producción, lo que quizá contribuya a que esta cinta haya sido por mucho la menos exitosa de los dos.
En noviembre de este año llegará a los cines Wish, la película número 61, un musical original de estructura clásica que busca celebrar el centenario de Disney en su totalidad. Se saben muy pocos detalles de la producción, pero la presencia de la afrolatina Ariana DeBoise en el rol protagónico parece indicar que la diversidad como estrategia de marketing sigue siendo una prioridad del estudio. Solo el tiempo dirá si la película que celebre los 100 años será un resurgimiento de su dominio o un síntoma más que sus mejores días han quedado atrás.
Aquellas cintas con un * son acompañadas en el servicio de streaming Disney+ con una anotación en la que se advierte que puede contener “representaciones culturales anticuadas”.
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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