Yo apoyo a SAG y WGA
- raulgr98
- 14 jul 2023
- 7 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! La publicación de hoy será breve, y normalmente no me gusta hacer posicionamientos políticos en este espacio, pero puesto que el cine y televisión es parte fundamental del blog me parecería incorrecto no ser muy claro con la situación que está pasando.
Para quienes no se hayan enterado, el día de ayer el Sindicato de Actores (SAG por sus siglas en inglés) se declaró en huelga después de que los estudios no aceptaran ninguna de las condiciones que el gremio propuso sobre el acuerdo laboral colectivo que venció hace dos semanas. Con esto, SAG se une a las demandas del Sindicato de Guionistas, que lleva más de un mes en huelga. Los invito, lectores, a que busquen las diferentes demandas mayores y menores, específicas de cada uno de los grupos, pues creo que es debatible qué tan realizables son algunas de ellas. Sin embargo, en este espacio abordo las dos exigencias principales, que ambos sindicatos comparten, de las que extraigo verdades que me parecen irrefutables, y las razones por las que estoy totalmente de acuerdo con la huelga, que aunque de manera egoísta espero que dure lo menos posible, reconozco su imperante necesidad y espero sea lo suficientemente destructiva para que una industria cruel ceda lo más pronto posible.
Los actores y los guionistas son parte indispensable del proceso creativo. El arte, por definición, es humano, y ninguna producción podría lograrse sin aquellos hombres y mujeres que la escriben, y aquellos que la vuelven realidad a través de interpretaciones con los que establecemos conexión emocional. Ningún miembro de un equipo debe ser maltratado, pero esto es especialmente pertinente cuando los agraviados son los elementos más importantes de la obra final.
Uno de los principales detonantes de las demandas de los sindicatos es la crisis causada por los servicios de streaming, que discutí en una publicación anterior. Lo que omití en aquella conversación es que una de las maneras en las que los estudios han intentado solventar sus finanzas es negándose a pagar regalías adecuadas a los creadores de contenido (argumentando que, como el consumidor no pagó específicamente por ninguna obra, no hay manera de delimitar la compensación correspondiente) o incluso eliminando el contenido para siempre, pues no existe en formatos físicos. Discutiré la primera medida más adelante, pero debo ser claro en que la eliminación de una producción en la que cientos de personas vertieron meses o incluso años, sin manera legal de visualizarla de nuevo, sólo para evitar pagar regalías, me parece una acción verdaderamente repugnante. No importa lo malo que fuera el producto (y algunas de las desaparecidas eran de buena calidad), los creadores no se merecen que se borre de la existencia su trabajo, y no importa lo poco exitoso que fue, los pocos o muchos fans que tenia tienen derecho a seguirlo disfrutando, sobre todo si pagan por el servicio que lo ofrecía.
La importancia de las regalías es la siguiente: cuando uno piensa en los actores, seguramente la imagen inmediata son las estrellas que cobran sueldos millonarios. Lamentablemente, estos son la minoría, pues estudios revelan que sólo el 10% de los actores pueden vivir de su trabajo (y en ese sentido, la cantidad de guionistas que logran subsistir de su oficio debe ser aun menor, pues pocos alcanzan estatus de celebridad). Ante los sueldos verdaderamente miserables que reciben (la mayoría en ambos grupos cobra poco más del mínimo), el que los miembros de una producción reciban regalías, y por lo tanto un ingreso fijo que les permita ser candidatos a obtener seguridad social, es cuestión de vida o muerte para la mayor parte de los integrantes de la industria, no es una cuestión menor.
Transparentar cuantas personas ven realmente cada producción en un servicio de streaming no sólo garantizaría que actores, guionistas, directores y demás participantes en el proceso de realización reciban su merecida compensación, sino que beneficia también al consumidor, pues este también es víctima de titulares falsos o información engañosa por parte del estudio sobre "éxitos y fracasos" en un esfuerzo por manipular el contenido que consume, razón por la que a nosotros nos convendría también que la huelga tenga éxito.
Antes de pasar al siguiente punto de conflicto, debo ser claro: las carencias económicas son un problema que enfrentan trabajadores de todos los sectores en todo el mundo. En teoría, el capitalismo debería favorecer que cada hombre y mujer genere su propia riqueza a través de su trabajo, pero la desigualdad social se ha extendido. Exigir aumentos de sueldos y/o pagos de regalías no sólo son un grito de ayuda desesperado, sino lo mínimo necesario para llevar una vida digna, y todos, sin importar nuestra profesión, debería empatizar la angustia que es batallar para sostener una familia, un hogar, e incluso a uno mismo.
La segunda situación, que me parece aun más preocupante, es la regulación del uso de la inteligencia artificial. En el caso de los guionistas, temen que los estudios usen herramientas como Chat GPT para escribir la estructura y sinopsis de una historia (en cuyo caso los guionistas solo tendrían que retocar los diálogos, recibiendo menos ingresos) o al revés, pagarles únicamente por un concepto y que el software construya el resto de la historia. Incluso se podría llegar al extremo de eliminar completamente el elemento humano en el proceso de escritura. Por otra parte, la inteligencia artificial también afecta a los actores, pues recientemente se ha revelado que en el acuerdo que el estudio ofreció y el sindicato rechazó, a los extras (y nada garantiza que los ejecutivos no harían lo mismo con protagónicos en el futuro) se les escaneé digitalmente tras pagarles sólo un día de salario, y una inteligencia artificial pueda insertarlos a perpetuidad en una película o serie sin el consentimiento del escaneado, y sin que este reciba remuneraciones futuras, siendo el peligro que llegue el día en que los estudios tengan una base de datos tan extensa que no vean necesidad de contratar más actores.
Desde el punto de vista artístico, definitivamente el uso de inteligencia artificial es una medida absolutamente desastrosa, pues no importa cuanto avance la tecnología, un algoritmo nunca va a estar a la altura de la creación humana, pues incluso la imperfección que implica la individualidad es valiosa, y en estas pequeñas variaciones (incluso en los errores) radica la belleza del arte. La inteligencia artificial podrá recrear exactamente el presente de la información que se le inserta (e incluso esto es debatible), pero eso significaría que la cultura se quede estancada, pues al carecer de creatividad, replicar eternamente lo que es cierra la puerta para siempre a descubrir lo que podría ser.
El uso de inteligencia artificial evidentemente no tiene la intención de mejorar las producciones, esto es imposible, su motivo es meramente económico. Así que en este punto debo ser muy enfático: si el creador no da consentimiento y no recibe compensación, y la imagen y/o palabras de hombres y mujeres (fallecidas en muchos casos) es usada sin autorización explícita, estamos simple y llanamente ante un robo y un fraude. Afortunadamente, hasta el momento los creadores no han vendido su alma a corporaciones codiciosas, pero espero que pronto se legisle al respecto de los derechos de autor, pues la presencia de inteligencia artificial (que no existía al momento de la redacción de las leyes) representa una laguna legal que ha sido explotada por ya demasiado tiempo.
Podrán llamarme paranoico o anticuado, pero nunca confiaré en la inteligencia artificial. Entregarle el destino de la humanidad, el futuro, a una máquina es irresponsable pues no tenemos ninguna garantía de poder controlarla. Más aún, su uso como manera de ahorrarse centavos y desaparecer el trabajo de cientos de personas me parece una monstruosidad totalmente asquerosa. Las cabezas de los estudios, que ganan cientos de millones de dólares cada año tan sólo en bonos (sin contar sus sueldos y prestaciones) no tienen ninguna autoridad moral para decir que personas que luchan por la supervivencia de su arte y trabajo exigen demasiado, y es completamente repugnante que usen la prensa para convencer al público en general que ellos son los buenos, y los sindicatos quieren provocar una crisis económica. Si el 90% de la industria batalla para comer y el 10% tienen más dinero del que tres generaciones pueden gastar, la crisis económica ya existe. La huelga no es la causa sino la consecuencia.
Quizá algunos de ustedes crean que esto es algo que afecta exclusivamente a Hollywood, que no tiene por qué importarles. Al fin y al cabo, muchas producciones son malas, sus participantes no merecen más dinero. Por un lado, esta cínica actitud me parece reprobable, pues no han considerado que a lo mejor la calidad de la que muchas series y películas carecen existiría si los realizadores tuvieran la compensación y el tiempo adecuados para trabajar. Por el otro, este pensamiento egoísta me parece errado y sin vistas a largo plazo, pues no hay que engañarnos, el entretenimiento sólo es un paso en una tendencia mundial. En un afán de maximizar ganancias, los grandes capitales son perfectamente capaces de lentamente suprimir todos los trabajos con software y tecnología, ya a comenzado en otras áreas como la prestación de servicios. Si no nos unimos todos ya mismo, con nuestra apatía construiremos un futuro en el que el desempleo sea la realidad, sin importar a que se dedique uno.
¿Y qué podemos hacer? A quienes quieran boicotear las películas y los servicios de streaming, están en todo su derecho. Quienes no quieran perjudicar a los realizadores, o estén demasiado apegados a algunas historias para desprenderse de ellas, es totalmente respetable. Pero no hay que olvidar que las huelgas son una carrera de resistencia, y mostrando solidaridad, aunque sólo sea expresándolas en redes sociales, le puede dar a trabajadores valientes el aliciente que necesitan para resistir lo necesario, y si triunfan, puede que los poderosos se asusten lo suficiente como para pensarlo dos veces antes de abusar de las vidas de los miembros de otro sector. No nos engañemos, insistir en despreciar demandas, en mi opinión fáciles de satisfacer, moderadas y justas, es el mal absoluto, y este debe combatirse aunque sea sólo difundiendo la información.
¡Navegante del Clío apoya la huelga de guionistas!
¡Navegante del Clío apoya a la huelga de actores!
¡SÍ al trabajo bien remunerado, NO al reemplazo humano!
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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