Agentes de SHIELD
- raulgr98
- 30 abr
- 8 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Como les comenté ayer, el lunes se celebró el día del superhéroe, y reservé el día de hoy para hablar del Universo Cinematográfico de Marvel, una franquicia que incluso con sus altibajos sigo disfrutando, pese a las opiniones en contra. Pensé mucho sobre si hablar de algunas de sus películas, más famosas, o defender alguna de las series de Disney Plus anteriores al inicio de este blog, pero acabé decantándome por el primer esfuerzo de la franquicia en televisión, y que considero por mucho su entrega más infravalorada.
Agentes de SHIELD se transmitió originalmente por la cadena ABC de septiembre de 2013 a agosto de 2020, estando a cargo de un equipo de escritores dirigido por Jed Whedon, Maurissa Tancharoen y Jeffrey Bell, y es por mucho la serie live-action más larga de Marvel, alcanzando los ciento treinta y seis episodios repartidos en siete temporadas. Protagonizada por Clark Gregg, repitiendo su papel de Phil Coulson de las películas, es acompañado por Ming-Na Wen (Melinda May), Brett Dalton (Grant Ward), Chloe Bennet (Skye), Iain De Caestecker (Leo Fitz) y Elizabeth Henstridge (Jemma Simmons), con futuras incorporaciones al elenco principal incluyendo a Nick Blood (Lance Hunter), Adrianne Palicki (Bobbi Morse), Henry Simmons (Alphonso Mackenzie), Luke Mitchell (Lincoln Campbell), John Hannah (Holden Radcliffe), Natalia Córdova-Buckley (Elena Rodríguez) y Jeff Ward (Deke Shaw).
¿Por qué considero que la serie es la producción menos valorada de Marvel? Después de un interés inicial al momento del estreno, los ratings cayeron drásticamente antes de que finalizara la primera temporada, y aunque conserva una base de espectadores devota, ésta apenas era lo suficientemente grande para justificar las renovaciones. Aunque las críticas positivas se mantuvieron constantes, fue casi completamente ignorada por las temporadas de premios, pues no podía escapar, por un lado, a los prejuicios de la época contra las producciones de superhéroes, y por el otro a la “mala reputación” de la televisión por cable (salvo cadenas especializadas como AMC, FX y sobre todo HBO) en la incipiente era del streaming. Sin embargo, creo que sus fans han logrado mantener la llama viva y aumentado su reputación en años recientes, y hoy quiero aportar mi granito de arena al confirmarla como una serie sólida, que recompensa a su espectador leal.
Como su nombre lo indica, la serie sigue a un grupo de agentes secretos dentro del universo de las películas, que conforman una suerte de familia adoptiva mientras enfrentan diversas amenazas en la clandestinidad. Una de las razones por las que decidí recomendar la serie esta semana es porque los agentes pasaron por prácticamente todos los arquetipos y villanos clásicos de historias de superhéroes: combatieron organizaciones secretas, alienígenas y androides, viajaron al espacio y a través del tiempo; desarrollaron tecnología extraordinaria y tuvieron encuentros con la magia; fueron traicionados y perseguidos, algunos incluso desarrollaron súper poderes, implementando algunos de esos puntos mejor que las propias películas.
Desarrollándose, dentro de la temporalidad de la franquicia, en paralelo al periodo que va de la primera película de Vengadores a Infinity War (unos seis años de tiempo narrativo), al comienzo de su existencia tenía lazos muy estrechos con el resto de la franquicia, lo cual se convirtió en un arma de doble filo: si bien la promesa de interconexión motivó gran parte del interés inicial, también los limitó creativamente en sus primeros capítulos. Sin embargo, el crossover con la segunda cinta de Capitán América fue algo especial de ver, casi un milagro, pues no tenía predecentes que una película afectara de forma drástica e irreversible la naturaleza de una serie de televisión a mitad de su temporada. Este cambio de dirección fue lo mejor que le pudo haber pasado a la serie, pues salvo una referencia explícita a Era de Ultrón, las conexiones con las películas se volvieron más sutiles o sólo temáticas, permitiéndole a Agentes de SHIELD construir una identidad propia, si bien atenta a los cambios contextuales introducidos en las películas (por ejemplo, creo que implementa los Acuerdos de Sokovia mejor que cualquiera de las secuelas de Civil War).
Otra de las críticas comunes de la serie, sobre todo en sus inicios es que había mucho “relleno”. Y sí, no negaré que las temporadas de veintidós capítulos pueden afectar el ritmo, pero me parece un error gravísimo por parte de las sudiencias modernas considerar aquellos capítulos que no son “trascendentales” como relleno, incluso cuando parecen ser sólo episódicos. Las temporadas largas tenían una razón de ser, y es que darle a las tramas tiempo para respirar era clave para que los personajes se desarrollaran de forma orgánica y la audiencia llegará a conocerlos cuando las tensiones no eran tan altas. Agentes de SHIELD desde su concepción fue experta en jugar con la estructura, en el que los elementos semi episódicos logran que cada uno sea satisfactorio por sí mismo, pero todos contribuyen de alguna manera a la trama o a los personajes, pues la inmensa mayoría de los elementos y puntos de trama se vuelven recurrentes, con un buen uso de “poscréditos” en casi todos los capítulos.
Otros aspectos técnicos que creo importantes señalar son una dirección eficiente, sobre todo tras el cambio de cámaras en la segunda temporada, resultando en una cinematografía más compleja y la excelente banda sonora de Bear McCreary, así como un sólido trabajo con vestuarios y un uso creativo del diseño de título, que llegó a cambiar a veces dentro de una misma temporada. Las limitaciones de presupuesto se notan, y la serie nunca se vio tan bien como las mejores películas de la franquicia, pero el equipo creativo supo distribuir muy bien sus recursos, con escenas de acción que dependían más de la coreografía que de los efectos; sets recurrentes y trabajo en locación, para que cuando utilizar efectos fuera absolutamente necesario, estos se vieran tan bien como se podía esperar dadas las limitaciones (las escenas del espacio han envejecido particularmente bien). Un reconocimiento que no se les puede negar es que, pese a que un ojo atento podrá percatarse de la falta de presupuesto, esto nunca repercutió en la eficiencia narrativa.
No quiero hablar mucho de la trama, pues al ser un show de espionaje hay muchos misterios y conspiraciones que la audiencia debe desentrañar por sí misma, pero me limitaré a decir que aunque no todas las decisiones funcionan para mí, todas las temporadas tienen una planeación sólida, diálogos que hacen un gran balance entre humor y drama, sobre todo a partir de la segunda mitad de la primera temporada. Son historias que se atreven a tomar riesgos, y por más elementos extraordinarios que introduzcan, conservan en su núcleo la integridad de la caracterización. A nivel temático, los arcos individuales permiten abordar temas como el abandono, la familia, el trauma y el arrepentimiento; pero también es una serie valiente políticamente hablando, con una condena abierta a Trump y su exploración de las sutilezas del fascismo y sus nexos con el poder económico y la prensa (sobre todo en las temporadas dos a cinco), así como la persecución y explotación de grupos vulnerables son quizá más relevantes hoy que en la transmisión original.
Sin embargo, el elemento, por encima de los demás, que hace tan especial esta serie es lo que creo que también ha sido la clave del éxito de la franquicia en lo general: sus personajes. Creo que a lo largo de sus siete temporadas la serie hizo un gran trabajo balanceando los personajes que migraron de las películas (Coulson, Nick Fury, Maria Hill) con personajes emanados de los cómics (Pájaro burlón, Robbie Reyes, Hombre absorbente, Quake, etc.) e invenciones originales de la serie, algunas de estas tan populares que rápidamente fueron introducidos en la página. El elenco principal tiene una química extraordinaria, y su dinámica eleva incluso los puntos más débiles de la trama, pues cada uno tiene arcos propios y relaciones únicas con el resto del elenco (cada miembro del elenco principal tiene al menos una interacción con todas y cada una de sus coestrellas, lo que hace que el grupo se sienta más real y unido). Más allá de las conexiones explícitas, el principal punto de unión con las películas es que Sarah Halley Finn también fue la directora de casting de la serie, y en su mayor parte los actores están a la altura de las estrellas de las películas. De hecho, ese es quizá el aspecto más frustrante de la recepción de la serie, y son los prejuicios contra un elenco “muy TV” que merecía una oportunidad en la pantalla grande. Aunque los personajes están diseñados para corresponder a un arquetipo, esto es sólo para que los escritores pudieran subvertir las expectativas y darles tridimensionalidad, por lo que me parece una gran tragedia que intérpretes como Wen, Dalton, Henstridge y sobre todo un impecable y polifacético De Caestecker hayan sido considerados para nominaciones.
Antes de pasar al cierre, creo importante hacer un pequeño ranking de las siete temporadas:
Temporada Seis: Tras apenas sobrevivir a una amenaza de cancelación, la temporada parece casi un nuevo inicio de la serie, con un tono un poco más ligero y una duración menor, y por lo tanto sufre de lo que se le podría considerar una crisis de identidad. Tiene los villanos más débiles de toda la serie y una de las tramas menos interesantes, pero el arco de May es sólido, y Fitz y Simmons son una luz brillante que compensa los aspectos de la serie que no fueron tan bien logrados.
Temporada Cinco: Aunque creo que sus valores de producción son excelentes, nunca he disfrutado mucho las secciones espaciales de la primera mitad de la temporada, salvo por el desarrollo de Fitz y Mack. Sin embargo, creo que la serie se recupera en su segunda mitad con un excelente capítulo cien, un villano más que sólido y probablemente el final más emotivo de toda la serie.
Temporada Uno: Nunca he entendido del todo el desprecio a la primera temporada; si bien es cierto que se requiere paciencia para llegar a lo que están construyendo, no hay ningún elemento en la primera mitad de la temporada que quede desaprovechado. Sin embargo, creo que la temporada sí sufre una limitación por su rol de planteamiento, y es que las dinámicas del equipo y los temas parecen superficiales en comparación con el desarrollo que alcanzarían en las temporadas siguientes.
Temporada Tres: Discrepo de algunas de las decisiones narrativas tomadas en la segunda mitad, sobre todo las que giran alrededor del personaje interpretado de Chloe Bennett, que llega a ser insufrible, y creo que desaprovecha a miembros clave de su elenco, pero es también la temporada que logra la mejor construcción de mundo de toda la temporada y gracias a un conjunto particularmente bueno de villanos, tienen también algunos de los momentos más tensos y desarollo más dramático.
Temporada Siete: Malos villanos es lo único que detiene a esta temporada de estar más alto, pues creo que la reincorporación de muchos elementos pasados fue excelente (incluso de Agente Carter, otra serie infravalorada de Marvel), y la creatividad al abordar distintas épocas y géneros le dio a esta historia una personalidad única, concluyendo con un final satisfactorio para todos los miembros del elenco.
Temporada Dos: Un tono más maduro y decisiones más arriesgadas ayudan mucho a esta temporada, que adquiere las dinámicas y desarrollo temático que permanecería con ella el resto de su duración. Los personajes crecen en esta temporada a pasos agigantados y las incorporaciones al elenco son excelentes. Los misterios de la temporada son resueltos de forma satisfactoria y la introducción de los inhumanos fue impecable, pero el mayor acierto de la serie fue encontrar su propia nicho más allá de las conexiones.
Temporada Cuatro: Sin exagerar, creo que la cuarta es una de las mejores temporadas de televisión que he visto. No sólo es brillante en su exploración temática, sino que es la mejor actuada, con los efectos (en particular los de Ghost Rider) impresionantes considerando el presupuesto y su estructura en tres arcos mejora mucho el ritmo sin perder la cohesión. Los villanos de los dos últimos tercios son los mejores de toda la serie, pero el trabajo con los héroes también es excepcional, con Fitz y Simmons consolidándose como dos de mis personajes favoritos del UCM.
Cierro con una pregunta que muchos fans se han hecho, sobre todo desde el lanzamiento de nuevas series en Disney Plus ¿Es canon? La serie tuvo mucho cuidado durante sus primeras cinco temporadas de no contradecir a las películas, y aunque el lado fílmico no siempre tuvo la misma consideración, creo que las inconsistencias que se han generado no son tan grandes para implicar un rompimiento definitivo, y podría reincorporarse a la continuidad si los ejecutivos así lo desean. Pero la verdadera respuesta, es que es irrelevante, se trata de una gran serie con mucho valor, y eso es lo único que importa.
Hasta el próximo encuentro…
Navegante del Clío
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