Arcane
- raulgr98
- 13 nov 2024
- 5 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Quedé tan impresionado con los primeros capítulos de la nueva temporada de Arcane, que decidí dedicar un poco más de tiempo a hablar de este esfuerzo creativo, y puesto que nunca reseñé la primera temporada, esta es la oportunidad perfecta.
Estrenada a finales de 2021, la serie fue creada por Christian Linke y ALex Yee, quienes dirigen el equipo de guionistas. Los nueve episodios, todos dirigidos por Pascal Charrue y Arnaud Delord, fueron estrenados en Netflix por bloques y se convirtió en una sensación, arrasando en los premios Annie y ganando el Emmy a mejor programa animado. La historia de la separación entre dos hermanas paralela al inicio de una guerra civil, cuenta con un carismático y polifacético elenco que incluye a Hailee Steinfeld (Vi), Ella Purnell (Jinx), Kevin Alejandro (Jayce), Katie Leung (Caitlyn), Toks Olagundoye (Mel), Harry Lloyd (Viktor), Red Shannon (Ekko), Mick Wingert (Heimerdinger), Brett Tucker (Singed), Jason Spisak (Silco) y JB Blanc (Vander).
No quiero repetir mucho lo que ya escribí en la publicación del sábado, pero me parece importante reiterar que Arcane es una serie que explota el potencial del videojuego que la origina, pero eleva los personajes, mundo y temas a nuevas alturas. Aunque hay muchos guiños y referencias para seguidores del juego, y es clara la existencia de un mundo más grande, centrarse en sólo la región de Piltover/Zaun me pareció la decisión correcta para la primera temporada, pues ofrece a nuevos espectadores un mundo fascinante, donde coexisten la magia y la ciencia (con claras influencias steampunk), pero sin que el exceso de información sea abrumadora.
Otra de las decisiones más acertadas del equipo creativo fue la estructura de la serie, dividida en tres actos. Aunque el salto temporal entre el primero y el segundo permite que la división sea evidente, es la separación entre el segundo acto y el tercero donde se muestra el dominio de técnicas narrativas por parte del equipo de escritores, pues es benéfica para el ritmo y los arcos dramáticos. Cada conclusión es simultáneamente un final abierto que invita a continuar y una resolución satisfactoria tanto para la macro historia (que sigue un esquema de escalamiento de tensiones) como para el drama personal (separación, reunión, conflicto). La trama tiene muchas piezas en movimiento, pero la atención al detalle de la producción permite seguirlos de una manera fácil, y la audiencia anticipa los cambios en las dinámicas entre los personajes.
Tres elementos técnicos más son los más comúnmente mencionados: el primero es la banda sonora pop-rock (Imagine Dragons colabora con muchas de las piezas). No sólo le proporcionan a la serie una energía vibrante, sobre todo en un par de excelentes montajes, incluyendo el que cierra la temporada, sino que las letras acompañan y potencian el desarrollo temático de la historia. El segundo es la animación, a cargo del estudio francés Fortiche, que considero la mejor de la década en cuanto a su calidad técnica: sumamente expresiva en cuanto a los personajes se refiere, que resaltan sobre fondos que casi parecen óleos (donde se luce el diseño de producción, que cuenta su propia historia), su movimiento fluido y tridimensionalidad en diseño es para mí el híbrido perfecto entre la experimentación de Into the Spiderverse y la tradición consolidada de las dos últimas décadas de Disney-Pixar. El tercero son las secuencias de acción, coreografiadas con excelencia, que desarrollan a los personajes y la historia a la vez que son un espectáculo visual (el duelo que cierra el capítulo siete, por ejemplo, me parece una de las mejores secuencias de 2021).
Me parece que Arcane tiene mucho potencial de re visualización, no sólo porque todos los giros están debidamente planteados, lo que enriquece el volver a experimentarlo, sino por una compleja exploración temática, sobre todo desde el punto de vista de la moralidad: aunque la guerra civil es un concepto muy común en la ficción, pocas producciones "mainstream" han abordado con este grado de sofisticación como la responsabilidad muchas veces recae en elementos nocivos en ambos bandos, pero sobre todo en las fallas sociales sistemáticas, heredadas por generaciones, combinando detonantes coyunturales a males estructurales; y pese a todo, en el que me parece el comentario mejor logrado de la serie, que realza su naturaleza trágica, es que la paz siempre es posible. Arcane se niega a aceptar la guerra como una inevitabilidad, y al explorar como se origina, le permite a los escritores entrelazarla con otros temas secundarios como el trauma, la corrupción política, la adicción y la marginación, haciendo una condena tan enérgica de la ambición manipuladora y fría como de la ingenuidad del idealismo de algunos de los personajes más privilegiados, en un conflicto de clases que se siente pertinente y orgánico.
Cierro con el aspecto de los personajes, que es por mucho el aspecto más entrañable de la historia, puesto que me gustaría dedicarle un ensayo completo a cada uno de los protagonistas. Vi, Jinx, Caitlyn, Ekko, Jayce, Viktor, Heimer y Singed son personajes jugables en el juego, y la serie aprovecha los esbozos de su trasfondo para construir personalidades complejas, con virtudes y defectos muy bien definidos, que hacen que el desenlace de sus respectivos arcos se sienta como una consecuencia natural. Sin embargo, celebro que el equipo no se limitara a construir a sus "campeones", sino que impartió el mismo amor y cuidado en la concepción y diseño de sus personajes originales como Mel, Silko y Vander, que reciben tantos minutos en pantalla o más que algunos de los más consolidados, lo que es fundamental para que la serie se sostenga por sí misma (en ese mismo sentido, celebro que incluso personajes secundarios, que en una serie menor serian poco más que tropos o clichés, como Marcus, interpretado por Remy Hii, reciban arcos propios). El elenco, que combina a actores de voz con actores live-action, pero es muy mesurada en el uso de celebridades, es excelente y en combinación con los animadores crean algunos de los momentos más poderosos que he visto, con muchas capas, en el que los villanos tienen motivaciones no sólo comprensibles sino ricas, y los héroes cometen múltiples errores, pero en todo momento producto de una cosmovisión bien planteada. No ´puedo detenerme en todos tanto como quisiera, pero me limitaré a decir que el triángulo Vi-Jinx-Caitlyn es uno muy bien construido, consistiendo en una relación romántica y una filial, donde radica el corazón de toda la serie, mientras que la historia de Viktor es quizá la más trágica de todas.
Decir que una serie entonces de una sola temporada de nueve capítulos es de las mejores de la historia puede parecer absurdo desde una mirada externa; pero cuando se combinan diseños creativos, excelentes diseños de producción y un impecable entrelazamiento de arco, trama y tema; no puede negarse una vez que se le da la oportunidad. Arcane rompe los prejuicios no sólo contra la animación sino contra las adaptaciones de videojuegos, e insto a todos aquellos que no le han dado la oportunidad que se sumerjan en un fascinante nuevo mundo.
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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