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Bodas de sangre

¡Bienvenidos pasajeros! Hace dos años, cuando inició Navegante del Clío, mi primer relato fue sobre el asesinato de Federico García Lorca. En esta semana de aniversario, volveremos a tres de las publicaciones de aquella semana, pero las moveremos a otra sección para volver la celebración un poco más interesante. Por eso el día de hoy comentamos una de las obras del español, que también versa sobre la muerte.


Bodas de sangre es, en muchos sentidos una tragedia tradicional, pues involucra un triángulo amoroso que lleva a todos los personajes a un triste desenlace. Al igual que Yerma y La Casa de Bernarda Alba, transcurre en Andalucía, y realiza una crítica a la rigidez y crueldad que implica el tradicionalismo de la región, donde la individualidad se subyuga o explota con funestas consecuencias: aunque ninguno de los personajes, salvo quizá la Madre del novio y la Mujer de Leonardo, son retratados positivamente (todos los demás son ingenuos, impulsivos y/o interesados) se puede argumentar con bastante certeza que la principal fuerza antagónica es la sociedad misma, pues fueron elementos sociales (las distintas clases) y económicos (la posesión de tierra) lo que empuja a la novia y a Leonardo a matrimonios sin amor, y los personajes secundarios (criados y transeúntes) son chismosos y prejuiciosos, con gran parte de su diálogo marcado por la burla y el doble sentido.


Otro de los grandes temas de la obra, relacionado con la tradición y opresión social, es el peso del legado y la violencia cíclica, Ninguno de los personajes puede escapar al pasado y creo que Lorca es astuto al nunca dar un origen a las sangrientas rencillas entre los Félix y la familia del Novio, mostrando la violencia como un sinsentido. La atención al detalle en la construcción del mundo es muy fina, y mucha de la información proporcionada cumple un doble propósito (que se menciona que la Novia es mayor que el Novio, de la edad del hermano fallecido de éste establece la juventud e ingenuidad de ambos, la falta de cercanía entre la pareja, la nostalgia de la Madre y posible explicación tanto a la rencilla como al triángulo amoroso, así como una introducción a la sexualidad femenina reprimida, otro de los temas de Lorca).


En cuestión de estructura, la obra consta únicamente de tres actos (de tres escenas el Primero, de dos los restantes), lo que resulta en un ritmo sólido y a buena velocidad (el primero son los preparativos de la boda, el segundo la boda en sí y el último las secuelas). Sin embargo, hay una clara diferencia estilística entre ellos: si bien los primeros dos actos transcurren en entornos habitados, dónde casi la mayor parte del diálogo es en prosa y en un contexto costumbrista, el tercero es en el bosque, con un uso del verso que la acerca más a la dramaturgia tradicional (los leñadores sirviendo un rol similar al coro refuerzan esta influencia), pero dónde la ambientación es en extremo sobrenatural. Hablando del diálogo, creo que este es puntual y efectivo, que permite delinear casi al instante las motivaciones de cada personaje pero dejando suficientes elementos del trasfondo abiertos a la interpretación del director, el actor y el espectador mismo.


Hay elementos visuales recurrentes (el caballo, la luna, el agua, el cuchillo), y el uso de canciones es clave para el éxito de la historia (sobre todo la canción de cuna en el primer acto) pues sirve no sólo como un ominoso presagio de la trama, sino que vuelve explícita la exploración temática. En ese mismo sentido, las escasas acotaciones de Lorca son precisas, y las descripciones que hace de los adornos de los espacios (en particular las casas del Novio y Leonardo, así como la "cueva" de la novia) y los vestuarios han sido la principal fuente de análisis de la obra, en particular desde la teoría del color, pues el amarillo, el blanco, el azul y el rosa (los colores más prominentes) le dan a cada escena una connotación simbólica distintiva.


Cierro con una mención a los personajes, pues es muy notorio que, salvo Leonardo (en torno a quien gira el conflicto), ninguno recibe nombre en la obra. Esto ayuda a que la obra se perciba por un lado como arquetípica e impersonal, pero paradójicamente también más cercana al espectador, pues la puede trasladar con mayor facilidad a su propio contexto, tiempo y espacio. Como es común en la bibliografía de Lorca, los personajes femeninos están mejor delineados que los masculinos, y es a la Novia, la Mujer y la Madre a quienes pertenecen los mejores diálogos, y en quienes radica la fuerza narrativa. Cada uno de estos personajes representa una fase distinta de la experiencia de la mujer en el entorno social (la primera cree ingenuamente que puede balancear la pasión y el deber, la segunda acepta el sistema pero tiene la esperanza aún de adecuarlo a su beneficio, la tercera tiene la sabiduría de la edad pero también una notoria resignación a la inevitabilidad de la injusticia). Los tres personajes masculinos principales (el Novio, Leonardo y el padre de la Novia) son en apariencia proactivos (tienen ambiciones y se mueven en medio del conflicto entre honor y pasión) pero en realidad son las mayores víctimas de las circunstancias, y ni siquiera en el clímax Lorca les cede el control de sus acciones. Finalmente, la aparición de dos personajes sobrenaturales: la Luna y la Muerte (esta última tradicionalmente no acreditada en el reparto) ayudan a construir un magnífico tercer acto, donde el destino juega un rol clave (como si la violencia fuera una inevitabilidad) que rompe con la monotonía de las negociaciones y chismes de las primeras dos partes y la tensión es alta, puesto que fuerzas más grandes que los personajes actúan de forma deliberada y casi maliciosa.


Todos los personajes de Bodas de Sangre han perdido algo al inicio de la obra (a la Madre le falta un hijo, al Novio un padre y a la Novia una madre), y pierden mucho más en el transcurso de la tragedia, pero quizá el punto de Lorca es que, bajo las normas sociales de las que escribe, donde las expectativas son imposibles de sostener, incluso la familia más feliz está condenada a sentirse incompleta.


  • Título original: Bodas de Sangre

  • Autor: Federico García Lorca

  • Año de publicación: 1931



Hasta el próximo encuentro...


Navegante del Clío





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