Cantando bajo la lluvia
- raulgr98
- 7 ago 2024
- 4 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! El otro día escuché a un comentarista de Youtube decir que las películas que hablan sobre la propia industria del cine fracasan, y me llamó la atención, puesto que la que hoy es considerada la película musical más icónica de la historia versa sobre ese mismo tema: Catando bajo la lluvia.
Escrita por Betty Comden y Adolph Green, la cinta de 1952 es dirigida por Gene Kelly (quien también realizó la coreografía) y Stanley Donen, y es en esencia un romance entre una celebridad del cine mudo y una corista en la transición al cine sonoro. Nominada a dos premios Oscar (banda sonora y actriz de reparto), pero sólo un éxito modesto en taquilla; fue revalorizada en las décadas subsecuentes y se convirtió en inspiración y pilar de la edad dorada del musical en la pantalla grande. El elenco está encabezado por el propio Kelly (Don Lockwood), y cuenta con la participación de Debbie Reynolds (Kathy Selden), Donald O'Connor (Cosmo Brown), Jean Hagen (Lina Lamont), Douglas Fowley (Roscoe Dexter) y Millard Mitchell (RF Simpson).
La película fue concebida por Arthur Freed, basándose en el catálogo de canciones que escribió con su colaborador Herb Brown durante los 20's y 30's, por lo que la historia en muchos sentidos es sólo un pretexto para incorporar las melodías (pero irónicamente las dos que podrían parecer más forzadas en la trama "Make em laugh" y "Moses Supposes", son originales de la cinta), lo que tiene el efecto de crear una atmósfera más auténtica, pues la historia transcurre en 1927, alrededor de cuando la música fue compuesta. Con esto no quiero decir que la trama sea superficial, me parece que logra incorporar de forma ingeniosa la transición al cine sonoro, y que el romance central es sólido; pero en lo que es un vestigio de otra forma de hacer cine, si pasa a segundo plano en favor de centrarse en el carisma del elenco y el espectáculo de los números musicales, con muchas de las canciones convirtiéndose en icónicas, como la ya mencionada "Make em laugh", "Singing in the rain" y "Good morning", entre otras.
La producción de esta película fue notablemente difícil, con múltiples revisiones al guion, Kelly grabando su icónica secuencia de "cantando bajo la lluvia" con 39° de temperatura, conflictos entre miembros del elenco e, irónicamente (considerando que su personaje dobla a una actriz en la trama), Debbie Reynolds siendo doblada en dos de las canciones por una cantante profesional. Sin embargo, el resultado final es una película agradable, con un ritmo impecable (hora cuarenta minutos) y un excelente timing cómico. La dirección brilla al dejar a los números musicales y los pasos de baile hablar por ellos mismos, pero a nivel visual, hay dos secuencias surrealistas que destacan (la secuencia romántica "You were meant for me" y el delirio onírico "Broadway Melody", luciéndose en este último las complejas coreografías de Kelly, mezclando elementos de ballet con ritmos propios de la juventud de la época) en las que la cinematografía, aprovechando todas las secuencias del Tecnicolor, se convierte en un bello espectáculo visual, y al transcurrir ambas en sets de grabación, encapsulan la magia del cine, siendo casi una demostración práctica de porque las multitudes se enamoraron del medio.
El guion logra producir situaciones hilarantes, bien dirigidas; sobre todo la entrevista inicial a Lockwood (que usa el uso clásico de que lo que ve la audiencia contradice el diálogo), las sesiones de grabación de la primera película sonora de los personajes (sin duda el momento más divertido de la cinta) y la muestra del primer intento fallido de esta misma cinta; sin embargo, casi todo el humor y la energía proviene de un excelente elenco, interpretando a personajes que no tienen caracterización muy compleja, pero cautivan la atención del espectador. Hasta los actores secundarios optan por un estilo actoral hiperbólico, lo que hace que la modestia y naturalismo de la interpretación de Reynolds la haga aun más entrañable con el público, y su romance con el personaje de Gene Kelly (que equilibra su carisma de protagonista con lo estrambótico de sus días de vaudeville) tiene el suficiente desarrollo para ser el corazón de la cinta. Sin embargo, Cantando bajo la lluvia pertenece a dos actores secundarios: Jean Hagen como la villana, memorable gracias a su excelente trabajo vocal y Cosmo Brown como el mejor amigo, a quien considero el mejor comediante físico de la historia del cine, con un manejo de la corporalidad que sorprende aún hoy en día.
En una de las primeras escenas de la película, los dos protagonistas pelean sobre las diferencias entre el teatro y el cine, y la valía de los estilos actorales respectivos. Aunque este debate es abandonado rápidamente para concentrarse en el cine (tanto como medio como industria), en esa discusión se encierra el tema de la película que es una valoración del arte y su constante búsqueda de evolución. Volviendo al comentario que detonó esta publicación, Cantando bajo la lluvia carece del cinismo autocomplaciente de muchas cintas modernas sobre Hollywood (descrito coloquialmente como "palmaditas en la espalda") y al mostrar no sólo el cine, sino el baile, la música y el canto, parece más un ejercicio genuino de dar crédito al arte norteamericano. Es por eso que, setenta años después, el primer intento de Hollywood de homenajearse a sí mismo sigue siendo el más exitoso.
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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