Chicago
- raulgr98
- 15 mar 2023
- 3 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Por primera vez en este espacio, y como parte de la trilogía secreta a la que aludí la semana pasada, les traigo por primera vez una adaptación de algo cubierto en otra sección: la película de Chicago.
Estrenada en 2002, la película es dirigida por Rob Marshall y escrita por 2002. Exitosa en la taquilla, estuvo nominada a 13 premios Oscar, de los cuales ganó cinco: Mejor Sonido, Mejor edición, Mejor diseño de vestuario, Mejor diseño de producción, Mejor actriz de reparto (Catherine Zeta-Jones) y Mejor Película.
No me detendré mucho en la historia, los temas o la música porque creo que son muy fieles a los del musical original, que desglosé en su tiempo. Al respecto con esos aspectos, debo decir que no extrañé los números que fueron cortados y estoy bastante contento con los cambios en la ejecución, de los cuales me concentraré en dos: creo que mover el tap de Billy Flynn al momento del juicio (en lugar de Roxie manipulando a Amos) le dio más intensidad a la resolución. Otro cambio que me agrada es un epílogo extendido que profundiza en los argumentos usados en el juicio y como los personajes llegan al número final, pues creo que los agregados profundizan en el cinismo de la obra y los temas de la historia.
La dirección de Marshall es interesante, particularmente por la estética que le da a las dos realidades. Intercalar una paleta de colores apagada y gris para representar la realidad con los colores aumentados del vaudeville que Roxie imagina no sólo ayuda a justificar la existencia de los números musicales, sino que le abre a estos la posibilidad de ser montados de manera más imaginativa, particularmente en el aspecto de vestuarios y coreografía. Que la película sea varias décadas posterior al musical creo que también es una prueba de lo relevante de la historia, pues la crítica a la justicia y la farándula ha permanecido vigente a través del tiempo.
Concluyo con lo que para mí es el aspecto más relevante de la película, que es su elenco de primera. El departamento de casting logró juntar a un grupo de actores y actrices maravilloso que hicieron justicia al material, incluso papeles secundarios como Taye Diggs (el maestro de ceremonias) y Christine Baransky (Mary Sunshine). Para mí, con su corporalidad particular y su profesionalismo vocal Renée Zellweger, Queen Latifah y John C. Reilly se convirtieron en las versiones definitivas de Roxie, Morton y Amos respectivamente, y son a los que imagino cuando pienso en los personajes. El caso de Richard Gere es un poco más complicado, pues aunque es el cantante más débil de todo el elenco creo que domina a la perfección el carisma, astucia y encanto de Billy Flynn en los momentos no musicales (es en gran medida gracias a su actuación que el juicio es la escena más memorable de la cinta). Por encima de todos ellos se encuentra Catherine Zeta Jones como la mejor Velma Kelly desde Chita Rivera (quien la interpretó en escena en 1975), dando una interpretación magnética, genuina a pesar del cinismo del personaje y muy divertida, realzada por una memorable interpretación vocal y el trabajo dancístico más complejo de todo el elenco principal.
Adaptar un musical a la pantalla grande (particularmente si no es animado) es una tarea difícil: no sólo se cuenta con menos tiempo en términos generales, sino que es más difícil que la audiencia cinematográfica quede inmersa en la narrativa (los asistentes al teatro aceptan con más facilidad la incorporación de números musicales), por lo que el trabajo aparentemente sencillo de adaptación del equipo detrás de Chicago, dado el éxito que tuvo, debería ser más reconocido y celebrado.
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
¡Me encanta esta película! Para mi no hay otra Velma que no sea la de Catherine Zeta Jones.