¿Cuál es el mejor capítulo de Bob Esponja?
- raulgr98
- 30 jul
- 4 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! En días pasados vi el avance de la nueva película de Bob Esponja, y dos pensamientos en apariencia contradictorios cruzaron por mi mente: el primero fue nostalgia al recordar los buenos momentos de infancia con esa serie (de hecho el año pasado, en una noche de insomnio, me topé con una repetición de viejos capítulos); el segundo, sin embargo fue la sorpresa al darme cuenta que no siento el más mínimo interés en ver la nueva película.
Tal es el curso natural de la vida, dejamos atrás algunas cosas que antes nos apasionaban, pero eso no significa que los recuerdos pierdan su valor. De verdad, que haciendo memoria de niño vi infinidad de caricaturas; pero ninguna completa (salvo quizá Phineas y Ferb, más reciente que las otras). En aquella época, mi favorita fue quizá Jimmy Neutron, pero la que está más presente en mi memoria es sin duda Bob Esponja, posiblemente por su presencia en memes, que perdura décadas después de su estreno; hay capítulos que podría citar de memoria. Sin embargo, reseñar la serie completa sería una irresponsabilidad de mi parte, pues posiblemente no haya visto más de la mitad, y la variación de calidad de una temporada a otra es enorme. Como alternativa, hice un ejercicio de remembranza para ubicar cuál era mi episodio favorito de los que vi en su momento, y quiso el destino que fuera uno que, en opinión de la prensa y los fans, se considera uno de los mejores en toda la historia de la serie.
Dirigido por Aaron Springer y escrito por él en colaboración con CH Greenblatt y Merriwether Williams; Band Geeks es el segundo segmento del episodio número quince de la segunda temporada, y se transmitió originalmente en septiembre de 2001. Los miembros del elenco principal que participaron en el capítulo fueron Roger Bumpass (Calamardo), Tom Kenny (Bob Esponja/Gary/Narrador), Bill Fagerbakke (Patricio), Clancy Brown (Don Cangrejo), Carolyn Lawrence (Arenita), Mr. Lawrence (Plankton/Larry) y Mary Jo Catlett (señora Puff), con Dee Bradley Baker la estrella invitada en el rol antagónico de Calamarino. Puesto que el capítulo dura solo alrededor de once minutos, la de hoy será un reseña muy corta, pero aún así espero que la disfruten y que aquellos lectores que tengan más o menos mi edad puedan recordar un poco de su infancia.
Siempre he preferido los capítulos protagonizados por Calamardo, y no estoy seguro de por qué. Aunque su pesimismo y cinismo crónico son rasgos de personalidad que no comparto, y llegan a irritarme. Sin embargo, debo confesar que los protagonistas Bob Esponja y Patricio me parecen más desesperantes, y a menudo pensaba que yo reaccionaría como su vecino amargado ante muchas de las situaciones bizarras de la serie. Revisitando capítulos en mi adultez, me parece que el personaje era una advertencia de lo que podría ser mi peor versión: incapaz de disfrutar la vida atrapado entre la arrogancia y el complejo de inferioridad. El planteamiento de este capítulo parece estar destinado a ser un episodio arquetípico en el que el personaje acaba humillado por sus propios errores, pues el detonante es una mentira: afirma ser líder de una banda de guerra en un afán de competir con un rival de bachillerato del que siente celos, y que lo llama buscando humillarlo. Desesperado, Calamardo recluta a los habitantes de Fondo de Bikini para salvar su honra.
Band Geeks es uno de los mejores ejemplos de la calidad que distinguía a las primeras temporadas de Bob Esponja (aquellas transmitidas antes de la primera película): al ser parte de la segunda temporada, la animación tiene una mayor calidad, con movimientos más fluidos y una paleta de colores más efectiva, pero sin perder el entrañable estilo que ahora se consideraría vintage, sin pretensiones innecesarias. El guion tiene un ingenio agudo y una energía infecciosa, y pese a su corta duración se las arregla para tener una firme estructura en tres actos.
De estas tres partes, la más divertida, con diferencia, es la segunda, en la que la banda ensaya. Plagada de líneas icónicas, que más de uno de ustedes podrá citar, el guion es uno de los pocos ejemplos que puedo recordar de las series animadas de los 2000 en el que las peleas no cruzan la línea de lo que hoy en día se consideraría violencia. El segundo punto de giro, en el que el protagonista del capítulo pierde toda esperanza, permite regresar el foco a Bob Esponja; y en una sola escena, en un capítulo donde ni siquiera es el personaje central, logra demostrar sus grandes cualidades, tales como la lealtad, el optimismo y la empatía.
No creo que sea necesario hablar del clímax del capítulo, pues es una de las secuencias más icónicas jamás transmitidas, y lo más curioso es que cerca estuvo de no ser. En la conclusión original, escrita en el guion, la banda tocaba una marcha de guerra tradicional, pero ante los problemas de presupuesto, que impedían licenciar música o pagar un compositor, el estudio proporcionó una colección de piezas libres de derechos de autor. La mayoría, como era de esperarse, era de música clásica, pero en el catálogo se coló una canción de rock, Sweet Victory, y los creadores de la serie decidieron reanimar los últimos minutos del capítulo para que correspondieran al hallazgo, mezclando la nueva animación con segmentos live action (la mayoría tomados de archivo, unos cuantos grabaciones originales). El resultado habla por sí solo, un clímax icónico que volvió a causar furor hace pocos años, cuando un homenaje en el Súper bowl no estuvo a la altura de las expectativas.
Y aún así, el número musical no es lo que más recuerdo del episodio, sino la última toma. Es muy raro que un capítulo de la serie terminara en un “freeze frame” (toma congelada), pero es que esta conclusión merecía ser preservada para la eternidad. No sólo todos los personajes, hasta los que son tradicionalmente antagonistas formaron una comunidad e hicieron frente común, sino, lo que es aún más insólito; Calamardo, quizá el más sufrido del elenco principal, terminó un episodio no sólo triunfal, sino feliz, una expresión de tan profunda jovialidad que no creo haber visto en ningún otro episodio.
Hasta el próximo encuentro…
Navegante del Clío
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