El juego de Geri
- raulgr98
- 20 ago
- 3 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Sigo sin energía para publicaciones largas, y el día de hoy tenía mucho miedo de no tener preparado nada. Como siempre que me siento en aprietos, regreso a la infancia en busca de inspiración, y vino a mí el recuerdo del primer cortometraje que recuerdo haber visto, que reproduje en un viejo VHS hasta que la cinta se arruinó.
Estrenado en 1997, el corto escrito y dirigido por Jan Pinkava inició la larga tradición del estudio Pixar de acompañar sus estrenos de cine con un corto animado, y éste tuvo tal popularidad que creo que es recordado con más cariño que la película a la que sirvió de apertura (Bichos). Protagonizada por Bob Peterson como el único personaje, el corto fue bien recibido y ganó el Oscar a Mejor Corto Animado.
De poco menos de cinco minutos de duración, la historia sigue a un anciano que juega contra sí mismo una partida de ajedrez, asumiendo los roles de ambos contrincantes. La popularidad del protagonista fue tal que años después haría un cameo extendido en Toy Story 2, una de las primeras muestras de los “easter eggs” que se convertirían en sello del estudio.
El corto animado no tiene mayores pretensiones a nivel temático, el diálogo es nulo a excepción de un puñado de exclamaciones y la risa del protagonista), pero la ejecución del ritmo es impecable, el sentido del humor muy bien logrado (el final, en particular, es excelente), y en general una celebración de la dicha de la vida, en especial relevante considerando la edad del protagonista (hay una sola toma que pone énfasis en la soledad del personaje, y evita caer en la melancolía); y la atmósfera dulce pero picaresca es realzada por la banda sonora a cargo de Gus Viseur.
La aparente simpleza narrativa se compensa con creces por la ambición técnica, pues se trata de uno de los primeros (si no es que el primer) relato hecho con animación por computadora que es protagonizada por un ser humano, tarea en extremo compleja para la época, que requirió la invención de nueva tecnología para lograr tanto la textura de la piel como de la tela, y que estas pudieran reaccionar al unísono con el movimiento. Creo que la edad y rasgos exagerados de Geri son, en parte, para facilitar un poco la tarea al equipo de animadores, quienes logran construir lo que en esencia son dos personajes (pese a partir del mismo modelo) y a través de sus expresiones y corporalidad hacer al jugador de las blancas claramente diferente a aquel que mueve las negras. Aunque la edad del corto se nota en la falta de detalle y un movimiento un poco estático, se conserva mejor de lo que uno esperaría para una película de casi treinta años, y creo que una remasterización sería una tarea sencilla, pero bienvenida.
La razón por la que este corto es uno de mis favoritos, y lo ha sido desde niño, es que en mi inocencia de aquel entonces, llegué a creer que estaba viendo a dos personas distintas enfrentarse, pese a que los primeros minutos revelan la realidad de forma evidente. Tal es el nivel de adentramiento en la historia que logró en un niño, que olvidó el planteamiento e interactuó con la ficción a otro nivel gracias no sólo al excelente trabajo de animación, sino a una edición, mezcla de sonido y montaje excelentes que son un buen referente de lo que se llama coloquialmente la “magia del cine”.
Hasta el próximo encuentro…
Navegante del Clío
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