Cuestión de honor
- raulgr98
- 2 abr
- 4 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! No era mi intención cubrir dos películas que involucran el derecho seguidos; pero leyendo un artículo me percaté que nunca he cubierto a Aaron Sorkin, quizá el guionista más famoso de la edad contemporánea, conocido por un equilibrio entre diálogos ágiles, usualmente proclamados mientras los personajes caminan, y poderosos monólogos. La recomendación de hoy es una adaptación que hizo de su propio guion teatral, y que le abrió la puerta de Hollywood.
Dirigida por Rob Reiner, la cinta de 1992 es protagonizada por Tom Cruise (teniente Kaffee), Demi Moore (teniente Joanne Galloway), Kevin Pollak (teniente Sam Weinberg), Wolfgang Bodison (Harold Dawson), James Marshall (Louden Downey), Kevin Bacon (capitán Jack Ross), Kiefer Sutherland (teniente Kendrick), JT Walsh (teniente coronel Markinson), JA Preston. (coronel Randolph) y Jack Nicholson (coronel Jessep). Inspirado, con muchas licencias, en una historia real, la película sigue el juicio de dos marines acusados de asesinar a un compañero. Un éxito crítico y comercial, fue nominado a cuatro premios de la Academia, incluyendo mejor película, y aunque no ganó ninguno, su reputación ha crecido con los años, estudiada en clases de actuación.
Lo primero que distingue a esta película de otras semejantes es la casi total ausencia de misterio: desde las primeras escenas la audiencia se vuelve consciente que los acusados son responsables de la aversión que derivó en la muerte de Santiago, la victima; por lo que el objetivo del juicio es encontrar matices dentro de las motivaciones, y llevar la responsabilidad última a otros mandos pese a la admisión de culpa. Asimismo, un flashback bien incorporado en el primer acto respalda que la teoría de la defensa es correcta, por lo que la tensión no es generada por descubrir la verdad, sino por comprobarla.
Aunque se toma licencias e inventa un par de figuras, el guion en términos legales es más exacto que muchas otras películas, algo sorprendente considerando que la ley militar es mucho más compleja que la penal que se aplica a los civiles. Bien dirigida, el proceso jurídico es uno de los mejores que he visto en la pantalla grande, pues las estrategias tanto de la defensa como de fiscalía son claras desde un inicio, y ambas partes recurren a técnicas muy ingeniosas para encontrar agujeros lógicos y contradicciones en los testimonios, resultando en un duelo de astucia que carga cada escena de mucha tensión. La estructura de la historia, pasando de testigos secundarios a los acusados, para finalizar en el clímax, es impecable, siendo complementada con la banda sonora para darle peso a las secuencias sin caer en el melodrama.
incluso quienes no hayan visto la película habrán visto en memes o referencias el testimonio del personaje de Jack Nicholson, una de las escenas más icónicas de la historia del cine. Aunque no profundizaré en ella para no caer en spoilers, me limitaré a decir que hay una razón por la que Nicholson recibió una nominación al Oscar pese a aparecer en la película por menos de diez minutos, repartidos en tres escenas. La energía del veterano actor, respaldada por Cruise en una de sus interpretaciones más fuertes, es imponente, pero solo tiene el efecto deseado gracias a que el guion se ha tomado su tiempo para construir esa confrontación.
De hecho, aunque no es el foco de la trama, el arco del personaje central es uno bien planteado, y si bien no tiene escenas muy conmovedoras, el descubrimiento de la pasión por el derecho, y de creer en la justicia, es una narrativa sólida, elevada por un trasfondo bien escrito, fallas evidentes de carácter y una excelente dinámica con uno de sus clientes (Dawson, interpretado por Wolfgang Bodison, en su primer papel), que vuelve al agridulce cierre otra de las grandes escenas de la cinta. El elenco secundario es asimismo muy fuerte, aunque la crítica se centre en los papeles de Nicholson y Cruise. El personaje de Demi Moore está subdesarrollado, aunque la actriz lo compensa con su actuación; mientras que Bacon, Sutherland, Walsh y Preston hacen memorables papeles pequeños. Sin embargo, para mí la actuación más infravalorada es la de Kevin Pollack como el tercer miembro del trío defensor, quien funciona no solo como alivio cómico, sino que se convierte en la brújula moral de la defensa, y balancea muy bien las diferencias entre Cruise y Moore, resultando en escenas sutiles, pero que encontré en ocasiones más emotivas que los grandes despliegues dramáticos.
Pese a que la película está impregnada de patriotismo y respeto a las fuerzas armadas, tampoco tiene miedo de hacer una fuerte crítica social al sistema, opresivo en más de una forma y proclive a los actos violentos y al fanatismo; pues la realidad de la muerte de Santiago es sistémica, e involucra un cúmulo de factores difíciles de combatir, incluyendo el elemento recurrente (tanto en el crimen como en el juicio) de las consecuencias adversas de la devoción a la cadena de mando. No me encanta el uso de Guantánamo como locación, sobre todo en el contexto de los noventa, pues me parece inexacto, pero ha producido un efecto paradójico en el que el ego y fanatismo cuasi religioso de ciertos sectores de las fuerzas armadas es probablemente más relevante ahora, después de la guerra de terror, que al momento de escribirse el guion.
A nivel temático, lo que me pareció más relevante de la cinta es el énfasis que pone en el efecto psicológico del ejército no sólo en los soldados jóvenes sino en los mismos oficiales, un interés por la salud mental de los hombres que rara vez se ve en películas que no involucran directamente la guerra o el campo de batalla. Sin embargo, creo que esta trama se puede extrapolar para que cualquier miembro de la audiencia reflexione sobre el peso de las expectativas y la importancia del valor, incluso contra las figuras de autoridad. El título original de la cinta se traduciría de forma literal como “unos cuantos hombres buenos”, y creo que ambos títulos son ideales, pues ¿qué es ser bueno? ¿Cómo actuar con verdadero honor? y ¿se puede alcanzar la justica? son algunas de las preguntas que elevan uno de los thrillers legales mejor escritos de Hollywood.
Hasta el próximo encuentro…
Navegante del Clío
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