Como el Grinch robó la Navidad
- raulgr98
- 25 dic 2024
- 2 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Otra publicación breve ésta mañana, pues estoy seguro que muchos estamos cansados. Sin embargo, hay ocasiones en que lo breve es más efectivo, tal como la recomendación de hoy, un clásico decembrino de sólo veinticinco minutos.
Basado en el cuento homónimo de Dr. Seuss, quien escribe el guion, el cortometraje de 1966 fue dirigido por Chuck Jones y Ben Washam, contando con las voces de Boris Karloff (Narrador/El Grinch), Dallas McKennon (Max) y June Forey (Cindy Lou Who). Aunque la recepción inicial tendió a ser mixta, se ha convertido en uno de los cortos más populares de la Historia, retransmitiéndose anualmente en varias cadenas.
Puesto que el guion es en extremo similar al libro original, tiene todo el encanto de las rimas del doctor Seuss, tanto ingeniosas como memorables, incluso en la traducción es cautivante. Por regla general, la narración no es un recurso que se traslade bien al cine, pero en este corto, gracias al formato corto y el estilo lírico de los diálogos, apoyado en el rol dual de Boris Karloff, es el mejor elemento de esta narrativa.
En el apartado visual, a ojos modernos puede parecer muy simple, sobre todo por la falta de detalle de los decorados, pero considerando que fue diseñado para televisión, el esfuerzo destinado al diseño de personajes, incluso los incidentales, es encomiable. La animación es sencilla, pero la dirección tiene un gran ojo para la comedia visual, y el personaje del Grinch es sumamente expresivo (algunos de sus gestos se han convertido en iconos, ya sea como memes o GIF’s). Sin embargo, es el perro Max, igual de detallado que el personaje titular, quien para mí es quien cohesiona todo el corto, tanto en el aspecto humorístico como emocional, en un mensaje navideño que es cálido y entrañable incluso antes del clímax.
En más de un sentido, este especial de veinticinco minutos es un pilar de la cultura navideña occidental. Por ejemplo, el color verde característico del Grinch se origina en el corto, no en el libro que le precedió; y la orquestación es excelente, liderada por un tema central interpretado por Thurl Racenscroft que es prácticamente perfecto. Gracias a un ritmo impecable y una sinceridad bienintencionada, esta modesta adaptación de la obra de Seuss es mucho más efectiva que cualquiera de los dos largometrajes posteriores.
Hasta el próximo encuentro…
Navegante del Clío
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