El anciano del puente
- raulgr98
- 14 nov 2023
- 3 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Ernest Hemingway es uno de mis escritores favoritos de todos los tiempos, pues me parece cautivante su manera de concentrar subtexto en frases y descripciones sencillas; lo que vuelve la relectura muy fructífera. Cuando estaba decidiendo que cubrir de su bibliografía, si una de sus novelas, uno de sus cuentos más famosos o quizá un relato no tan popular, al final decidí guiarme por mi experiencia personal y reseñar el primer cuento suyo que leí: El anciano del puente.
Este cuento no sólo fue mi primer acercamiento al escritor norteamericano, sino una de mis primeras oportunidades para profundizar en el tema de la Guerra Civil Española, El relato, de tintes autobiográficos, es en apariencia sencilla: un soldado conversa con un anciano junto a un puente mientras un convoy de militares y civiles se esfuerza por cruzar el río.
Los estudiosos de Hemingway han denominado estilo del iceberg a un modelo de escritura en el que la trama parece ser sólo un fragmento del universo diegético, y corresponde al lector deducir y/o complementar con su propia inventiva la narrativa. En el caso de este cuento, el autor proporciona un par de misterios que no tienen respuesta (¿qué tiene de particular la ropa del anciano? ¿Por qué al narrador el Ebro le recuerda a África?, etc.), además de una estructura in media res, no vemos la evacuación del pueblo de San Carlos, y desconocemos el destino final de los refugiados, o si el narrador abandonó al anciano (el final es abierto, en ese sentido). La ubicación temporal misma, de no ser por la referencia geográfica y una mención al fascismo, sería ambigua, pues permite hablar de la universalidad de la guerra.
El estilo está marcado por los párrafos cortos, de oraciones simples, dominando el punto y seguido, además del diálogo. La primera vez que lo leí, me pareció un tanto repetitivo, y puede que hasta banal, pero sin descuidar el estilo, esto dota a la narración de un realismo que acentúa los temas del cuento. Asimismo, lo aparentemente inútil de la conversación ayuda a comprender el estado mental del narrador, dominado por la frustración, siendo fuente de tensión que constantemente haga hincapié en el estado de la evacuación, y mire con impaciencia el puente.
Ni el viejo ni el protagonista tienen un hilo de pensamiento claro, por lo que su trasfondo y profundidad psicológica se deben descifrar a partir de la interacción que tienen y las descripciones del espacio que aporta el narrador. Creo que el no saber el bando o el pasado del anciano es un punto importante, pues estamos en el mismo grado de incomprensión que siente el personaje de su presente: atrapado en un punto fijo (probablemente por estrés post traumático), carece de una opinión política y ha perdido incluso voluntad de continuar, una descarnada muestra de la penumbra (exteriorizada en el clima del cuento) que envuelve a las víctimas civiles de un conflicto armado.
El trauma ocasionado por la guerra (sea la Primera Guerra Mundial o la Civil Española) es uno de los temas recurrentes del escritor, y en este pequeño relato vemos como afecta también al narrador, paranoico por el lento avance y casi totalmente incapaz de empatizar con el anciano, al que quiere apurar por motivos en gran medida egoístas. La descripción del chirrido de los camiones es un indicio de la desilusión de Hemingway con el mundo moderno, y aunque su afinidad con la naturaleza como medio de redención y purificación no está tan presente como en otros trabajos, se puede observar una asociación de la libertad y la supervivencia con los animales del anciano (sea esta una mentira para conservar la calma o una verdad), mientras que lo único que rodea a los hombres, como indica la última línea, es un aura de fatalidad.
No creo que el gato, las palomas y las cabras tengan algún significado alegórico, más allá del ancla del personaje a una vida perdida, pero creo que sirven para enfatizar el amor por una vida sencilla, que se ve absorbida por la vorágine del conflicto, otro de los temas recurrentes de Hemingway. Aunque la alegoría religiosa que caracterizó sobre todos sus trabajos tardíos no está presente, los arquetipos del anciano y el alter ego del escritor como personajes principales se comienzan a delinear, así como una discusión sobre la muerte (el anciano, al contrario que el narrador, no le teme a la muerte, sino que llora lo que ha perdido en vida).
El cuento es fatalista, casi rozando el nihilismo, y muestra un panorama muy negro de la humanidad. Sin embargo, en las imágenes que Hemingway construye, rodeadas de soledad y arrepentimiento, se logra asomar un atisbo de la naturaleza del hombre, profundamente sensible, que no puedo describir de otra forma que no sea hermosa.
Título original: Old Man at the bridge
Autor: Ernest Hemingway
Año de publicación: 1938
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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