El gran showman
- raulgr98
- 18 dic 2024
- 5 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Esta es mi semana de cumpleaños, y he decidido celebrarlo hablando de una de mis películas recientes favoritas, que en su momento fue vapuleada por la crítica, pero que ha tenido un impacto mayor que el anticipado en la cultura popular, con una adaptación al teatro en desarrollo.
Escrita por Jenny Bicks y Bill Condon, la cinta de 2017 es dirigida por Michael Gracey, con un elenco integrado por Hugh Jackman (PT Barnum), Michelle Williams (Charity Hallett-Barnum), Zac Efron (Phillip Carlyle), Zendaya (Anne Wheeler), Keala Settle (Lettie Lutz), Rebecca Ferguson y Loren Allred (Jenny Lind, actuación y voz cantante respectivamente), Sam Humphrey (Charles Stratton), Yahya Abdul-Mateen II (WD Wheeler) y Paul Sparks (James Gordon Bennett). Tras un primer fin de semana desastroso, la película protagonizó una de las historias de recuperación más sorprendentes de la historia del cine, multiplicando casi veinte veces su estreno (lo común es de dos a dos veces y medio), convirtiéndose en uno de los musicales más exitosos del siglo. Pese a las críticas negativas, la banda sonora fue un éxito, nominada a un premio Oscar (canción original) y ganando un Grammy.
Sería deshonesto no iniciar la reseña con el aspecto más criticado de la trama, el elemento que más se repite entre las críticas negativas. La historia de un estafador que encuentra su vocación dirigiendo un circo es una muy libre adaptación de la vida del empresario P.T. Barnum, siendo el problema que el verdadero Barnum tiene una biografía plagada de abuso y explotación, y siendo francos, es indefendible desde el punto de vista moral. Dado que las similitudes entre el personaje real y el fílmico se limitan al nombre y la asociación al circo, mi recomendación como productor hubiera sido cambiar el nombre al protagonista de la historia, evitando una controversia innecesaria. Sin embargo, también creo que los críticos mostraron un claro prejuicio hacia el hombre que inspiró la producción, y eso se refleja en una falta de imparcialidad en la evaluación de El Gran Showman, pues creo que esta tiene muchos elementos de valor, si se logra ver más allá del apellido Barnum.
La narrativa, aunque sencilla en su estructura y un tanto simple en su exploración temática, es una que logra comunicar con efectividad mensajes de diversidad, amor propio, la importancia de la familia y el peligro de la ambición. De una forma casi predictiva, la película incluye una subtrama sobre la diferencia entre "alta cultura" y "cultura popular", pero al contrario de muchas otras películas logra expresarlo sin villanizar o caricaturizar al personaje del crítico, que tiene una excelente escena en el tercer acto. De hecho, ninguno de los personajes centrales de la cinta es un villano arquetípico, todos tienen más de una capa de caracterización, y creo que el guion merece más crédito del que ha recibido por atreverse a mostrar al protagonista como el más moralmente ambiguo de todo el elenco; y su codicia y oportunismo son reprendidos incluso en el tercer acto, siendo elementos del personaje que relucen pese al evidente carisma de Hugh Jackman en el protagónico, quien me parece da una interpretación más redonda y mejor ejecutada que su nominado papel en Les Miserables.
En cuanto al resto del elenco, sé por el detrás de cámaras que los intérpretes que asumieron el rol de los cirqueros colaboraron con el equipo de maquillaje y vestuario para volver a cada miembro del ensamble distinguible tanto visual como corporalmente, y aunque las historias de muchos de ellos podrían haber sido expandidas (Keala Seattle es por mucho la que tiene más tiempo para brillar), hay lo suficiente para distinguirse en las secuencias que protagonizan. En cuanto al resto de los personajes de soporte, Michelle Williams y Rebecca Ferguson son excelentes como los dos intereses amorosos del protagonista, y metáforas cada una de la oposición temática de la cinta (la felicidad y el éxito), la primera de ellas cargando sobre sus hombros muchos de los momentos emocionales, pero para mí son Zac Efron y Zendaya los que casi se roban el show: regresando ambos a su formación musical, su química es impecable y el romance en su subtrama es uno sincero y puro que sirve de contraste a las complejidades del trío amoroso principal. Que la película haya sido vilipendiada por miembros importantes de la industria, y aún así fuera la cinta que revitalizara la carrera de Efron y despegara la de Zendaya es evidencia del carisma que demostraron en esta interpretación.
Esta fue la primera película de su director, tras años trabajando en diseño de producción y efectos visuales, y creo que su trasfondo en ambas sale a relucir en esta cinta. Ambientada en un siglo XIX que casi parece un mundo de fantasía, la realidad de "El Gran Showman" es una claramente aumentada, con colores brillantes y una cámara firme pero dinámica que se siente cómoda dirigiendo secuencias extendidas. Sin embargo, la principal virtud de esta dirección, que es una difícil de medir pero muy fácil de distinguir, es el corazón. Totalmente desprovista del cinismo cada vez más abundante en las mega producciones, la película ve su propia sencillez como una virtud, construyendo una atmósfera de genuino asombro, en el que el equipo tanto frente como detrás de cámaras vuelve evidente su pasión por el proyecto, que pasó años en desarrollo.
Concluyo, como pueden imaginarse, con el elemento musical, pues creo que esta cinta comparte todas las virtudes del Broadway moderno, incluyendo el tempo pop de las composiciones, pero manteniendo homenajes espirituales al teatro de la era de oro, y creo que el dúo de Benj Pasek y Justin Paul (La La Land, Spirited, Dear Evan Hansen), ganadores del EGOT, se encuentran entre los más talentosos actualmente trabajando. Los doce números musicales que integran esta película me parecen muy bien dirigidos: por supuesto que los grandes números corales (This is me, From Now On, Come Alive, The Greatest Show) brillan gracias a una excelente coreografía de Ashley Wallen, de las mejores que he visto en la pantalla grande en los últimos diez años, pero incluso en los números más callados (A million dreams, Never enough, Tightrope) la dirección logra inyectar cierta creatividad para preservar el dinamismo y/o el asombro. Mención aparte merecen los que yo creo que son los mejores números de la película, un punto intermedio entre el espectáculo visual de los ensambles y la creatividad de los individuales: "The other side" un duelo de carisma sorprendentemente parejo entre Efron y Jackman, con la mejor letra de todo el álbum; y "Rewrite de stars", visualmente novedoso y auditivamente romance en estado puro.
Los dejo con una pregunta para que reflexionen: ¿cual es esa película que defenderían a capa y espada, aunque todos se empeñen en decirles que es mala?
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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