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El jorobado de Notre Dame

¡Bienvenidos pasajeros! ¿Cuando una adaptación se aleja tanto de la obra original que deja de serlo? Para muchos puristas de la literatura, las películas animadas de Disney se ubican en ese espacio, y resulta que una de ellas, cuando se adaptó al teatro, pasó por un fenómeno similar. Tomando elementos tanto de la película como de la novela, la obra de este mes es una historia híbrida, que remite a ambas, sin ser fiel a ninguna.


El jorobado de Notre Dame se encuentra en una posición peculiar, sobre todo comparada con otras que hemos cubierto aquí, en el sentido que está respaldada por un gran estudio (Disney Theatrical, en este caso), pero jamás llegó a Broadway o al West End, si bien ha tenido una existencia productiva en circuitos menores y producciones escolares por todo el mundo. Es por esto que, pese a las críticas positivas, medir la popularidad de la obra resulta difícil (fue, al momento de su estreno, el musical alemán que más tiempo se mantuvo en taquilla, pero ese país no tiene una fuerte tradición en el género) y carece de nominaciones en premios importantes.


La historia de producción es fascinante: Jorobado fue ofrecido como alternativa por el estudio a un teatro alemán que no pudo conseguir los derechos de El Rey León, y su realización fue bizarra por decir lo menos: no se trató de una importación de un éxito de Broadway, pero el equipo detrás de la película aceptó participar en el proyecto. El resultado: un libreto y banda sonoras escritas y ensayadas en inglés, que fueron traducidas poco antes del estreno. Tras esta temporada inicial, el concepto se mantuvo congelado por quince años hasta un nuevo intento de montarlo, ahora en Estados Unidos, lo que trajo consigo ajustes significativos al libreto, por lo que el día de hoy hablamos de casi dos obras distintas. Debo decir que aunque investigué la versión alemana, y la tocaré brevemente cuando hable de la historia, sólo he visto la norteamericana, lo que se refleja en el listado de actores que decidí incorporar en la ficha técnica; y para poder explicar bien el proceso de adaptación, deberé hablar a detalle del desenlace de la obra, quedan advertidos.


Antes de entrar en detalles de la historia, la diferencia inmediata entre la película animada y la obra de teatro está en el tono, pues incluso cuando se adaptan escenas de forma casi textual, la dirección integra una atmósfera gótica constante gracias sobre todo a dos elementos: un excelente diseño de iluminación (jugando sobre todo con el rojo y el negro), y la presencia de un coro completo que asemeja algunas de las canciones casi a un cántico gregoriano (sobre todo en la versión en inglés), además de otros cambios menores como reubicar el final del primer acto de un molino a un burdel, volviendo más adulto el contexto de muchas secuencias. Reduciendo muchos de los elementos de humor, la versión en el escenario es un drama trágico que conserva el toque adulto que hizo famosa la versión animada pero agudizando su crítica a la hipocresía, los prejuicios y la persecución religiosa, tratando de aproximarse más a la ambientación y energía de la novela de Víctor Hugo, El diseño de vestuario, por desgracia, queda a deber en ambas versiones, pero la escenografía está bien lograda y, considerando las limitaciones de presupuesto, secuencias como el final del primer acto y el clímax en Notre Dame están muy bien logradas.


Si ustedes revisan la comparación entre los dos elencos, encontrarán que cada versión tiene cuatro personajes que no existen en la otra. La alemana, aunque con ya muchos cambios incorporados a la historia, tiende puentes a la película animada al incluir a las gárgolas (con su rol como alivio cómico sustancialmente reducido) y al archidiácono, mientras que la versión en inglés los elimina, con Frollo regresando a su rol de la novela de figura eclesiástica, las gárgolas siendo sustituidas por un coro de santos como la representación de la imaginación de Quasimodo y la creación de Jehan, hermano menor de Frollo (cuya personalidad, si bien no sus acciones, están basadas en la caracterización de su contraparte literaria) para cumplir un rol clave en el primer número.


Permitiéndome entrar en detalles, aunque el Frollo fílmico es uno de los mejores villanos del estudio, creo que las adecuaciones que hace la versión americana a su personaje, sobre todo la razón por la que accede a hacerse cargo de Quasimodo lo vuelven un personaje más rico y polifacético, y su lujuria por Esmeralda adquiere nuevas complejidades al regresarlo a su posición como archidiácono. El otro personaje que se acerca mucho más a la versión del libro que al de la película es Quasimodo, quien está un poco más cerca de la ambigüedad moral sobre el escenario, y aunque no me gusta el diseño de maquillaje, usado para representar su deformidad, creo que la decisión de volverlo casi sordo (como en el libro) y diseñar una especie de lenguaje de señas, con el actor sólo cantando con claridad en sus momentos de mayor emoción, casi siempre solo, fue brillante. Estos acercamientos al libro son clave para que la versión teatral se acerque más en espíritu a las intenciones originales de Víctor Hugo, una deconstrucción del concepto de amor, pero me alegra que, incluso en su nueva forma más madura, los creativos no desdeñaran las, en mi opinión, acertadas ideas de la película, como la eliminación de la subtrama del libro sobre el robo de niños, una caracterización más inspiradora de Esmeralda, y sobre todo el trabajo con Febo, radicalmente distinto al de la novela (de forma que sea más tradicionalmente heroico), pero con un identidad expandida con respecto a la cinta original.


De hecho, creo que los cambios en la caracterización de los cuatro personajes principales logra que la decisión de utilizar el final original del libro (Esmeralda muriendo y Quasimodo asesinando deliberadamente a Frollo para después dejarse fallecer abrazando a la muchacha) tengan un impacto emocional aún más grande en la obra que en la novela, pues el trágico desenlace del triángulo amoroso no se da por los errores banales de los protagonistas, sino como una inevitabilidad ante los embates de una sociedad injusta.


Para el análisis de la música me centraré únicamente en la versión en inglés, que es a la que tengo acceso, aunque no debo dejar de notar que hay muchas diferencias en la orquestación y estructura de ambas obras, sobre todo alrededor de los personajes romani, que experimentan adecuaciones y reordenamientos en los números en los que participan, y en ocasiones, canciones totalmente nuevas.


La obra reutiliza muchas de las canciones de la película original, y la mayoría de ellas, preservadas de forma casi íntegra, son tan poderosas como en la animación, sobre todo God help the outcasts, Heaven’s light, Out There y Hellfire, que recuerdan porque consideró a la versión de Disney de El Jorobado un musical muy sólido. The bells of Notre Dame, aunque muy parecida en instrumentación (lo que le ayuda a preservar su poder como número introductorio), ve sus letras modificadas de forma considerable, lo que ayuda a preparar al espectador para los cambios de adaptación que se harán cada vez más frecuentes. Cada personaje tiene una melodía que es usada como leitmotif (identidad musical recurrente), que considero una estrategia narrativa excelente (por ejemplo, permitir a Febo cantar sus propias canciones, en más de un número, es clave para que su personaje sea más completo). En cuanto a las canciones nuevas, Made of Stone es probablemente la más famosa, un desgarrador solo para Quasimodo en su momento más bajo, mientras que Esmeralda es un excelente número de ensamble para contrastar a los personajes masculinos, y los reprises son usados con mucha efectividad, pero el corazón de la obra se encuentra Someday, compuesta para la película original, pero en la cual fue relegada a los créditos, reconvertida en un agridulce dueto que de alguna manera logra encapsular los temas románticos, sociales y religiosos de la historia, un clamor por justicia y esperanza.


¿Es la obra de El Jorobado de Notre Dame una adaptación de la novela o de la película? ¿De ambas? ¿Acaso de ninguna? Toma demasiadas libertades con una y de otra para poder afirmar por completo que es fiel a cualquiera de ellas, pero en lugar de palidecer frente a ellas, o faltarle el respeto a la historia, logró construir una identidad nueva, intermedia, con mucho que ofrecer.


  • Año de estreno: 1999 (Berlín)/2014 (San Diego)

  • Música: Alan Menken

  • Letras: Stephen Schwartz

  • Libreto: James Lapine (1999)/Peter Parnell (2014)

  • Dirección: James Lapine (1999)/Scott Schwartz (2014)

  • Elenco original (versión de 2014)

    • Michael Arden (Quasimodo)

    • Ciara Renée (Esmeralda)

    • Patrick Page (Frollo)

    • Andrew Samonsky (Febo)

    • Erik Liberman (Clopin)




Hasta el próximo encuentro…


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