El mercader de Venecia
- raulgr98
- 9 sept
- 5 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! El día de hoy tuve una conversación interesante sobre teatro, y me sentí motivado a regresar, creo que por cuarta vez, a Shakespeare. Algo que me molesta un poco de su difusión en México es que, salvo por Sueño de una noche de verano, es muy poco común ver una de sus comedias en el escenario, pues siempre se da prioridad a las tragedias, y el día de hoy quiero recomendar una de las más emblemáticas dentro del género poco explorado.
Aunque tradicionalmente se le considera una comedia, en realidad la obra tiene muchas similitudes con lo que ahora llamaríamos un drama romántico, con elementos bastante oscuros: el personaje titular es el rico Antonio quien, para ayudar a que su amigo Bassanio conquiste a una mujer (este cortejo es una excelente trama B, con ambas recibiendo un peso similar en número de escenas) pide un préstamo al rencoroso usurero judío Shylock (él no tiene liquidez pues toda su fortuna está invertida en sus barcos). Cuando la flota se pierde en el mar, sus amigos deben encontrar una manera de evitar que el vengativo judío se cobre la deuda con una libra de la carne del mercader, pues tal era el acuerdo.
Quiero comenzar con el aspecto más criticado de la obra, que es la caracterización del villano. Construido casi por completo con estereotipos judíos, lo cual tiene lógica si se considera que es muy probable que el dramaturgo nunca conociera a uno, pues habían sido expulsados de Inglaterra en el siglo XIII, muchas de sus interpretaciones han sido consideradas ofensivas, puesto que, con la popularidad de la obra, Shylock se convirtió en el arquetipo del malvado prestamista (con la expresión una libra de carne introducida al vocabulario popular), llegando a ser utilizado en propaganda nazi. Dados los valores de la época, su desenlace, en el que es obligado a convertirse al cristianismo, es visto tanto como un justo castigo como una oportunidad de redención. Si bien no hay duda en que las acciones del hombre (sobre todo en relación a su hija) son crueles, creo que Shakespeare es hábil al no reducir la trama a un discurso maniqueo, pues Shylock tiene motivaciones válidas para odiar a Antonio (claramente antisemita), un duelo como parte de su trasfondo y referencias explícitas a su condición de marginación. Asimismo, el dramaturgo lo dota de excelentes monólogos donde habla de la condición humana, igual para judíos y cristianos e incluso llega a, de acuerdo con reinterpretaciones contemporáneas, criticar su castigo al plantear el juicio como un ejercicio que roza la farsa, pese al supuesto heroísmo de los protagonistas, quienes deben recurrir a engaños para triunfar. Concluyo este apartado reiterando que una obra literaria no es responsable del uso que se le dé con otras intenciones, y la importancia de interactuar de forma directa con la obra, pues en este caso la caracterización es mucho más compleja de lo que el discurso parecería indicar.
La trama me parece una de las obras más redondas de Shakespeare en cuanto a balance tonal (sólo superada en ese sentido por La Tempestad), pues logra equilibrar momentos profundamente dramáticos (la trama de Antonio y Shylock) con una comedia absurda pero muy efectiva a cargo del hilarante personaje secundario Graciano y una historia de amor sólida (los personajes tienen tiempo de interactuar antes del cortejo), que permite a los personajes demostrar su ingenio: la secuencia de los cofres y los pretendientes bien podría pertenecer a la mitología griega, pues comparte muchas de sus características como una aparente simpleza pero efectiva en su moraleja. El elenco es grande, pero en una muestra muy hábil de ritmo, el dramaturgo logra que la exploración temática y el humor tengan momentos para respirar, e incluso encuentra el espacio suficiente para incorporar dos romances secundarios ( Jessica y Lorenzo, Graciano y Nerissa) y añadir, en un rol muy menor, a sus arquetipos del bufón y el príncipe (o en este caso el dux).
En cuestión de estructura, la obra recurre al estándar de cinco actos, pero experimenta un poco con la distribución de escenas: el primero contiene tres escenas e introduce a las dos tramas principales. El segundo acto expande a muchos de los personajes secundarios, con sus respectivas subtramas y tiene la peculiaridad que, pese a contar con nueve escenas, en ninguna aparece el personaje de Antonio, el supuesto protagonista. El tercer acto, de cinco escenas, es casi un clímax anticipado, pues se resuelve la trama romántica y la relación entre Antonio y Shylock llega a su punto más álgido, con la ruina del primero: en un excelente uso de altibajos emocionales para afectar al espectador. El cuarto acto, de sólo dos escenas (y la última de ellas muy breve) es quizá el más elocuente de toda la obra, pues consiste casi en su totalidad en el juicio de Antonio, involucrando a muchos miembros del elenco y mezclando humor y comedia de enredos con drama. El quinto acto, de una sola escena, regresa al lado más cómico de la obra para cerrar las tramas románticas y las artimañas de las mujeres, que involucran otra de las estrategias comunes del canon shakespereano: el disfraz. Mención especial en este apartado técnico merece el diálogo, que considero de entre los más accesibles de la obra del Bardo gracias a su ritmo ágil y un excelente uso de los juegos de palabras, pero que contiene también monólogos que nada envidian a los más importantes de la carrera del autor.
Si bien la representación de minorías ha resultado polémica, creo que la obra de Shakespeare rompe paradigmas en su tratamiento de personajes femeninos, que se encuentran entre los mejores de su obra: si bien las tres mujeres tienen una relación romántica, no están limitadas a un interés amoroso, sino que se les permite tener motivaciones propias, claroscuros morales y líneas en extremo divertidas. Contrario a muchas otras mujeres de la literatura de la época, Portia es introducida por separado mucho antes de su encuentro con Bassiano, lo que le permite conservar su agencia dentro de la trama. Ella es, por mucho, el personaje más inteligente del elenco y clave para la resolución del conflicto principal, logrando salvar al amigo de su marido a la vez que reafirma su rol independiente al ponerle pruebas al joven pretendiente, incluso después de casados, negándose a asumir un rol de sumisión tradicional.
La obra arranca con Antonio presa de una gran tristeza, que nunca se explica del todo, y es de esta ambigüedad en caracterización de la que surge la interpretación más interesante de la obra: pese a que la naturaleza de la afección que el mercader siente por Bassiano permanece ambigua, la melancolía y devoción en sus primeras escenas, sumado a ciertas tendencias homoeróticas que Shakespeare parece presentar en sus sonetos, muchas adaptaciones contemporáneas han optado por darle una lectura a la obra desde la perspectiva LGBT, dando dirección a la motivación del protagonista sin alterar el diálogo. Imposible determinar cuál era la concepción del autor de sus propios personajes, pero tras haber leído la obra desde ambas perspectivas (el amigo leal y el enamorado no correspondido), puedo afirmar que ambas funcionan y en todo caso la segunda, dado que mantiene el respeto por el texto sin bastardizar sus ejes temáticos y narrativos puede ser la superior de las dos, pues enriquece psicológicamente al personaje central y ofrece una visión caballeresca, cortés y romántica del amor, el desear la felicidad del afecto del deseo, aunque sea en otros brazos.
Tal es la gran paradoja de El mercader de Venecia, que ha sido llamada en proporciones similares retrógrada y progresista, antisemita y pro tolerancia, dependiendo del énfasis que se le dé a ciertos personajes y pasajes. De esta manera, la segunda comedia más popular de Shakespeare (y una de las más cortas) se consolida como una obra viva, que invita a cada lector a descubrirla para obtener sus propias conclusiones, pues todo análisis es, por su propia naturaleza, parcial.
Título original: The merchant of Venice
Autor: William Shakespeare
Año de estreno: 1596
Hasta el próximo encuentro…
Navegante del Clío
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