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El sexto sentido*

¡Bienvenidos pasajeros! En esta ocasión, para conmemorar el final de las festividades de Halloween y Día de muertos, comentamos una de las películas de fantasmas más importantes de la historia del cine: el sexto sentido.


Protagonizada por Bruce Willis (Malcolm Crowe), Haley Joel Osment (Cole Sear), Toni Collette (Lynn Sear) y Olivia Williams (Anna Crowe), la cinta de 1999 fue escrita y dirigida por el entonces desconocido M. Night Shyamalan, siendo la película que lo catapultó a la fama. Nominada a seis premios de la Academia (Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión Original, Mejor Edición, Mejor Actor de Reparto para Osment y Mejor Actriz de Reparto para Collette), aunque no ganó ninguno si se convirtió en la segunda película más taquillera de ese año, lo cual cimentó su legado como cinta de horror.


Crowe, protagonista de la cinta, es un psicólogo infantil que, en medio de una crisis personal, decide comenzar a tratar a un niño de nueve años con ansiedad social, quien eventualmente le revela que el origen de sus miedos es que puede percibir e interactuar con gente muerta. Crowe, tras debatirse si creerle o no, debe ayudarlo a perderle el temor a su poder y así reparar la rota relación que tiene con su madre (Collette).


Lo que en mi opinión hace grande a la película es la gran humanidad que explora el guión: incluso si se eliminara de la cinta el aspecto sobrenatural, las relaciones entre los cuatro personajes principales seguirían siendo interesantes y conmovedoras. Crowe siente que está fallando como médico y como esposo, y ve en este caso una última oportunidad de remediar sus errores y Toni Collette mueve el corazón del espectador como una madre desesperada por conectar con su hijo, de quien se siente alejada a pesar de sus mejores intenciones de ayudarlo; pero la relación que marca esta película es la de Crowe y Cole, que no está desprovista de humor, pero cuya fuerza emocional se encuentra en como los personajes se retroalimentan y forman en pantalla un vínculo casi de padre-hijo. Bruce Willis brilla en una de sus últimas actuaciones dramáticas antes de ser encasillado como héroe de acción, pero la cinta pertenece a Haley Joel Osment quien tiene probablemente el papel más difícil pero lo logra y, si se junta este trabajo con o hecho en Inteligencia Artificial dos años después, me permiten a mí afirmar que Osment es el mejor actor infantil de la historia, siendo lamentable que le haya sido difícil mantener su carrera como adulto.


En cuanto al elemento fantasmagórico, este es muy bien trabajado a través de la dirección, pues no todos los fantasmas son iguales: algunos asustan, pero otros te ponen triste o te reconfortan, un reflejo de que ni en vida ni en muerte todos somos iguales. Creo que la mayor muestra de la astucia de Shyamalan detrás de cámara es como usa lo sobrenatural no sólo para contar una típica historia de miedo, sino como metáfora de los temas de la película: la inseguridad de sentirse diferente al resto, el proceso de madurez, los arrepentimientos, las dificultades para establecer relaciones, la culpa que produce la impotencia y la importancia de la búsqueda e identidad y propósito; cada una de estas reflexiones retratada en la evolución de las relaciones centrales, y también en las apariciones esporádicas a lo largo de la cinta.


Finalmente, no me quería despedir sin antes mencionar el final sorpresa que volvió a esta película famosa. No lo contaré aquí por si existe entre los lectores todavía alguien que no lo haya visto, o leído en internet, pero cabe decir que hay una razón por la que es uno de los giros de trama más famosos del cine. Te sorprende la primera vez que la ves, pero tiene sentido lógico y enriquece la experiencia si se observa una segunda vez conociendo el final. Por supuesto que la película es mejor con el giro, pero creo también importante señalar que incluso sin él la película seguiría funcionando, lo cual es una muestra de la fortaleza del guión y de los personajes, que hubieran llevado adelante la historia sin necesitar de una sorpresa.


Como conclusión, debo afirmar que El sexto sentido es una película perfecta para la temporada de sustos, pero no se limita a esta. En esencia, es una película sobre relaciones familiares y un muy buen ejemplo de que las mejores películas de fantasmas son aquellas que, al tratar sobre la muerte, te hacen reflexionar sobre la vida.


Hasta el próximo encuentro


Navegante del Clío


*Disponible en Star Plus

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