Fuego y sangre
- raulgr98
- 9 jul 2024
- 4 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! La segunda temporada de la Casa del Dragón se está convirtiendo en mi serie favorita del año, por lo que quise aprovechar esta semana para comentar brevemente el material literario en el que está inspirado.
No es inusual que las sagas de fantasía y ciencia ficción tengan material suplementario que de información adicional sobre el mundo y los personajes, de hecho, Fuego y Sangre no es el primero en publicarse sobre el universo de Canción de Hielo y Fuego. Sin embargo, este se distingue de otros en tres características claves: el contexto de elaboración, el formato, y el que esté escrito por el propio autor. Dedicaré un apartado a cada uno de estos factores, pero primero daré una breve sinopsis: el libro es una crónica de los primeros ciento treinta y ocho años de la historia de la casa Targaryen, desde la Guerra de Conquista hasta el final de la regencia de Aegon III, el séptimo rey de la dinastía (hay un segundo volumen planeado, que cubriría el siglo y medio que faltaría para llegar al presente de la historia).
Lo primero que quiero abordar es la la composición, pues Fuego y Sangre no es del todo una pieza literaria original: de los siete grandes bloques que componen la obra, cuatro ya habían sido publicados con anterioridad en revistas y antologías, en una versión preliminar. El trabajo de Martin, además de escribir los tres restantes, fue un trabajo de reedición, realizando pequeños cambios para que el material nuevo y el adaptado tuvieran cohesión. Aunque se puede llegar a notar un poco cuales son los segmentos nuevos, en términos generales creo que el trabajo fue exitoso, y la nueva versión publicada se percibe como una sola obra con una voz narrativa clara, planeada como un ente individual sin saltos muy bruscos en cuestión de estilo.
El segundo elemento que quiero discutir es el del formato, que es la razón por la que es un libro que resonó particularmente conmigo. Fuego y Sangre no está escrito por George RR Martin en un sentido tradicional, sino en el de su alter ego, el archimaestre Gyldayn, pues lo que el lector descubre es un libro de historia dentro del universo ficticio, lo que involucra un desafío de composición, pero resulta en una experiencia de lectura muy interesante. El estilo de redacción es formal y académico, minimizando por lo tanto la presencia de diálogos y acción (mas que reportes de la misma), y el autor comenta y contrasta múltiples fuentes, tomando en cuenta las dificultades de hacer una crónica de un tiempo semejante al medieval, donde no hay manera de comprobar la veracidad, autoría y manipulación de las fuentes (un ejemplo muy claro es un libro que el narrador menciona como fuente, al que cada copista le agregaba elementos de su invención, por lo que es difícil saber que información pertenece a la obra original). Pese a que el contraste de fuentes le da una atmósfera de objetividad, un análisis más profundo revela que Gyldayn es un narrador parcial, y desentrañar significados ocultos en lo que muestra y evade es un caldo de cultivo ideal para relecturas y teorías.
Como comentamos cuando cubrimos la saga principal en diciembre pasado, Martin es un autor que siente fascinación por la historia, y en Fuego y Sangre, al asumirse como un historiador ficticio puede incorporar esa pasión. El trabajo de balancear las diferencias evidentes entre la historia de Poniente y la real (la presencia de magia, por ejemplo) con las alusiones realistas (sobre todo a la conquista normanda, el periodo de la Anarquía y cuestiones más mundanas como políticas fiscales) es uno difícil de lograr, pero que le da a esta lectura una cualidad única, a la vez de seguir explorando algunos de los temas más importantes de la saga principal como una crítica explícita a la guerra y el fanatismo religioso, envuelto en un discurso sobre las pruebas, tentaciones y peligros del poder.
Pese a no tener una trama como tal, me parece increíble que la narración le haya podido dar a los personajes suficiente caracterización para que el lector conecte emocionalmente con ellos, lo que favorece en particular los pasajes de Jaehaerys y Alysanne (que toman el carácter de un drama familiar) y la Danza de los Dragones (muy bien adaptada hasta el momento por HBO). En ese sentido, que este material complementario haya sido escrito por el propio autor muestra una relación interesante con la saga original: adapta, pero también deconstruye y resignifica las breves menciones al pasado dadas por los personajes de la novela, y a su vez el libro de historia permite un conocimiento más profundo de las familias de la historia principal (de las importantes, los Tully, los Tyrell, los Lannister y los Martell se ven especialmente beneficiados), mientras que nuevos jugadores como los Velaryon, los Hightower y los Blackwood cobran relevancia, quizá en preparación para futuras novelas.
Concluyo reafirmando mi recomendación de esta lectura que deja muchas interrogantes, invitando al lector a realizar sus propias interpretaciones, a la vez que le permite alcanzar una comprensión más profunda de uno de mis mundos favoritos de ficción; pero no me quiero despedir sin reconocer antes el excelente trabajo de Doug Wheatley en las ilustraciones, que son no sólo de una excelente calidad, a la usanza de grabados y retratos, sino claves para construir la atmósfera de lo escrito.
Título original: Fire and Blood
Autor: George RR Martin
Año de publicación: 2018
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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