Hidalgo: la historia jamás contada
- raulgr98
- 17 abr 2024
- 3 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! El dia de ayer comentamos cómo el arte tiene una capacidad ilimitada para deconstruir personajes históricos problemáticos. Aunque casi siempre que comento esto me refiero a los considerados villanos, las mismas estrategias se pueden usar para ofrecer nuevas perspectivas de los próceres patrios, humanizándolas más allá de sus representaciones semi míticas. Aunque para mi la mejor reinterpretación de Miguel Hidalgo la sigue ofreciendo la literatura, con la novela Los pasos de López, durante la conmemoración del bicentenario de la independencia se realizó una buena interpretación en el formato fílmico.
Estrenada en 2010, la cinta es dirigida por Antonio Serrano, con un guion escrito por él en colaboración con Leo Eduardo Mendoza. Protagonizada por Demián Bichir (Hidalgo), Ana de la Reguera (Josefa Quintana), Cecilia Suárez (Amadita), Miguel Rodarte (José Santos Villa), Flavio Medina (José Mariano de Abasolo), Carolina Politti (Isabel Berenguer), Raúl Méndez (Ignacio Allende), Andrés Palacios (Morelos), Juan Carlos Colombo (Obispo), Plutarco Haza (cautivo) y Odiseo Bichir (Padre Urquiza); la película causó controversia al momento de su estreno (aunque fue mejor recibida por la prensa internacional), pero fue un éxito moderado en taquilla.
Abordaré primero el aspecto que menos me gusta de la cinta, y es el que, con menos de dos horas de metraje, es demasiado corta para satisfacer todas sus ambiciones. Ante la intención de contar una vida entera, recortes fueron necesarios, y aunque creo que fue acertado eliminar la mayoría de los acontecimientos históricos (ya conocidos por otras fuentes) para concentrarse en descifrar al Hidalgo hombre, su ideología personal fue un poco subutilizada al concentrarse, en mi opinión excesivamente, en la vida romántica y sexual del cura. Los pasajes que sí se ven de la Historia, la mayoría secuelas de algunos hechos conocidos como el de la Alhóndiga de Granaditas, o eventos pocos conocidos (como las ejecuciones a cargo de un ex-torero) sirven para acentuar el lado caótico de la insurgencia, que aunque es reconocido por la Historia oficial siempre ha sido minimizado.
Por otra parte, lo mejor de la película es un excelente diseño de producción (a cargo de la ganadora del Oscar Brigitte Broch) que logra recrear de una manera inmersiva varias ciudades de finales del siglo XVIII y principios del XIX, estableciendo una diferencia muy clara entre regiones y clases sociales (realzada por una efectiva pero sutil banda sonora). La dirección es en la mayoría de los casos sólo adecuada, pero le reconozco mucha habilidad en el montaje y la edición, logrando realzar la narrativa con saltos temporales muy bien repartidos a lo largo de la historia. Aunque me parece que la cinta es muy efectiva en las escenas de violencia, quizá las más memorables además de las románticas, al realizar comentario político es cuando el guion encuentra su mayor fortaleza, sobre todo en las secuencias que involucran el montaje de la obra de teatro, que además de divertida es tensa, y funciona en varios niveles.
Pese a tener una nominación al Oscar, Demián Bichir me parece uno de los actores mexicanos más infravalorados que siguen trabajando, y en esta película domina cada escena con la difícil tarea de retratar los aspectos más inseguros, taimados e hipócritas del iniciador de la lucha de independencia. En cuanto al resto de los personajes, las actuaciones son sólidas en todo el elenco secundario, y fue una buena decisión que la mayoría de las grandes figuras de la historia tuvieran un papel secundario, pues le permitió a la historia tener más libertad con personajes o bien ficticios o no muy bien documentados. En ese sentido, disfruté en particular a los personajes femeninos, pues la exploración de distintas mujeres novohispanas ofrece un contexto mucho más completo a la vida en los últimos días de la Colonia.
En conclusión, Hidalgo: la historia jamás contada, no es tan subversiva como el título parece indicar, pues sigue manteniendo clara la caracterización del cura de Dolores como un idealista ilustrado, con preocupaciones sociales innegables, pero, dentro de los límites que implica adaptar a una figura tan valorada, logra balancear los claroscuros y mostrar no al padre de la patria, sino a un ser humano capaz de tentación, confusión y remordimiento.
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
Comentarios