In the heights
- raulgr98
- 29 jun
- 6 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! La publicación de hoy llega un poco tarde, de hecho la postergué varios meses, pues no me gusta enforcarme en un solo realizador, y el autor de esta obra es el mismo responsable de la primera que escribí para Navegante del Clío, pero la migración y la identidad son conceptos cada vez más importantes en las discusiones de ciencias sociales, y el teatro es una excelente manera de abordar dichos temas de una forma accesible sin perder la complejidad.
Basado en un concepto original, semi autobiográfico, trabajado por casi diez años, el musical sigue tres días en la vida de los habitantes (en su mayoría de origen hispanoamericano) de un barrio de la ciudad de Nueva York, durante una oleada de calor, cuando se descubre la venta de un boleto premiado de lotería. Gozando de una excelente recepción tanto crítica como comercial, fue nominado a trece premios Tony, de los cuales ganó cuatro (mejor musical, banda sonora, coreografía y orquestación).
Quiero comenzar hablando de los aspectos técnicos, pues son en ellos donde tengo la mayoría de los problemas con la obra. Puede ser una opinión controversial, pues fue nominado al Tony, pero nunca me ha gustado el diseño de escenografía de la obra, está bien construido y en particular los fondos son preciosos, pero siempre me ha parecido que padece de sobrecarga sensorial (decisión creativa que en parte entiendo, pues refleja los problemas de población y falta de servicios de la locación). Sin embargo, creo que este aspecto la producción lo logra solventar con un excelente trabajo de iluminación, que explota el uso del color, y que ayuda a darle focalización a la trama y los personajes cuando es necesario. En ese mismo sentido, el diseño de vestuario también logra su cometido, es en extremo urbano, y de un realismo que paradójicamente casi roza lo artificial, pero ayuda a darle vida a la caracterización de Washington Heights (que funciona como un personaje más dentro de la ficción), con pequeños detalles que realzan su conformación no sólo multicultural, sino las sutiles diferencias sociales entre sus habitantes (todos son de clase trabajadora, pero algunos están en mejor posición).
Como es de esperarse, uno de los temas centrales de la obra es la migración, pero esta es abordada de una forma compleja e interesante, evadiendo en su mayor parte los tropos comunes de las historias de migrantes (en particular las condiciones que enfrentan al cruzar la frontera, el tráfico de personas y la delincuencia de pandillas, que han llegado a convertirse en un cliché de la comunidad latina) para darle a cada personaje no sólo un trasfondo distinto, sino aspiraciones diferentes, abriendo un debate sobre si hay que sentir orgullo por el origen migrante o hacer lo posible por dejarlo atrás, así como las diferencias entre buscar un mejor nivel de vida y traicionar a la comunidad. En ese mismo sentido, algo que me parece fascinante de la exploración de la migración por parte de la obra, muy poco trabajado en el arte pero el principal argumento que desmiente la narrativa del partido republicano: no se puede considerar a los migrantes una "fuerza invasora" pues un porcentaje importante de ellos sueña con regresar a sus países de origen una vez que reúnan suficiente dinero.
Leí alguna vez críticas negativas sobre el libreto, que lo acusa de demasiado sentimentalista, pero yo creo que funciona pues contrasta la ingenuidad de los personajes más jóvenes, cuyo idealismo aún así es inspirador, con la sabiduría de los personajes más viejos que se ve amenazada por prejuicios y cinismo. Uno de los aspectos que más disfruto del teatro musical es que al asignarle canciones a más personajes aparte de los protagonistas, hay una mayor oportunidad de darle a cada miembro del ensamble una voz propia, que impida que se pierda en el fondo; y "En el barrio" es un buen ejemplo de eso, en el que los protagonistas no eclipsan al resto del elenco, la mayoría de los personajes secundarios tienen un par de secuencias emblemáticas y hay ocasiones, sobre todo en el primer acto, en las que la pareja secundaria (Nina y Benny) es mucho más magnética que la principal.
La exploración del cosmos social de la comunidad también es interesante, pues aunque ninguno de los personajes vive en lo que a nuestros ojos se concebiría como pobreza extrema pero tampoco en condiciones de abundancia. Sin embargo, sus problemas no son sólo económicos sino sistémicos: la deficiencia de los servicios en condiciones marginales, la gentrificación de los barrios en perjuicio de los negocios locales y las dificultades para conseguir referencias y recomendaciones. Por eso el incidente inicial de la trama, que parecería mundano, el descubrimiento de la venta de un boleto de lotería premiado, es una revelación trascendental para el ensamble.
Si bien cada uno de los personajes representan un aspecto diferente de la vida de los norteamericanos de origen latino (salvo Benny, único personaje de la obra que no habla español y por lo tanto sirve de contrapunto en la trama, un personaje periférico dentro de la periferia), y el sentido del humor es una pieza clave, si bien infravalorada, de la caracterización; el que más conectó conmigo fue el de Nina, primera habitante del barrio en entrar a la universidad y por lo tanto cargando con expectativas imposibles, siendo su historia una fuera pero eficiente crítica a la fantasía de la meritocracia.
En términos generales, no me gustan las historias en las que los personajes combinan el español y el inglés en su hablar diario, pues en la mayoría de los casos los errores de sintaxis y pronunciación sólo realzan la ignorancia de los creadores, resultando en una diversidad artificial, en este caso creo que funciona muy bien combinar los dos idiomas, pues no sólo refleja el dialecto propio del barrio, sino que abre un abanico mayor en cuestión de rimas y juegos de palabras dentro de las letras. Dado el origen del compositor, la inmensa mayoría de las expresiones en español tienen un origen puertorriqueño, pero debo reconocer que hubo cuidado de buscar un puñado de elementos lingüísticos y culturales de otros países, sobre todo Cuba y República Dominicana, para volver más completo el mosaico cultural y ser congruente con el trasfondo escrito para los personajes (pero dando suficiente margen de maniobra a futuros montajes para cambiar las referencias acorde a los cambios de elenco).
Como siempre, cierro con el análisis de la banda sonora, que no considero mi favorita (la reorquestación de la adaptación cinematográfica, aunque menos efectiva narrativamente, es superior en la cuestión musical), pero a la que respeto por lograr mantener cohesionados influencias dispares: si bien retoma influencias del teatro clásico en su estructura, como la presencia de un narrador, el aspecto urbano de la historia se refleja sobre todo en la música, que tiene distintivos toques de hip-hop (los excelentes juegos de palabras son algunas de las mayores muestras de ingenio del guion), pero también de salsa, merengue y soul; lo que por un lado genera un soundtrack vibrante y ecléctico, y por el otro le da grandes oportunidades al montaje, que brilla en los números musicales gracias a la excelente coreografía de Andy Blankenbuehler, que logra retomar todas las influencias y hacer que funcionen en complejos números dancísticos. En cuanto a las canciones individuales, me resulta difícil hacer una selección, creo que la mayoría funcionan de forma impecable en la estructura narrativa, pero si tuviera que escoger un solo, "Breathe" es yo creo que el más conmovedor y "Paciencia y fe" el momento de mayor fuerza dramática; mientras que de los números de ensamble "When you're home" es un gran solo, "Carnaval del Barrio" sirve como un excelente respiro de la trama y "96'000" pertenece al tipo de canción de teatro musical que mejor conecta conmigo, el ensamble que combina los motivos individuales de todos los personajes.
Año de estreno: 2008 (Broadway)
Música: Lin-Manuel Miranda
Letra: Lin-Manuel Miranda
Libreto: Quiara Alegría Hudes
Dirección: Thomas Kail
Elenco original:
Lin-Manuel Miranda (Usnavi de la Vega)
Mandy González (Nina Rosario)
Christopher Jackson (Benny)
Karen Olivo (Vanessa)
Olga Merediz (Abuela Claudia)
Robin de Jesús (Sonny)
Andréa Burns (Daniela)
Janet Dacal (Carla)
Carlos Gómez (Kevin Rosario)
Priscilla López (Camila Rosario)
Seth Stewart (Grafitti Pete)
Eliseo Román (Piraguero)
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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