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Inception

¡Bienvenidos pasajeros! Como mencioné en mi crítica de Oppenheimer hace un par de meses, mi valoración del cine de Christopher Nolan es más mixta que muchos de mis pares. Ahondando en eso, puedo concentrar mis críticas en tres aspectos: no me gusta como dirige secuencias de acción, que me parecen muy pobres; la escritura de personajes femeninos claramente no es su fuerte y el que me parece más grave, hay ocasiones en las que olvida la narrativa en favor del concepto. Aún así, su influencia en el cine contemporáneo es innegable, y puesto que nunca lo he reseñado en la sección de los miércoles, he decidido hablar de una de sus mejores cintas, que en mi opinión logró resolver mis tres problemas principales con su arte: Inception.


Estrenada en 2010, la cinta es escrita y dirigida por Nolan. Una de las películas de concepto original más taquilleras del siglo XXI, tuvo una recepción crítica excepcional, siendo nominada a ocho Oscares (incluyendo Mejor Película y Mejor Guión Original), de los cuales ganó cuatro: Cinematografía, Edición de sonido, Mezcla de sonido y Efectos visuales. El elenco está encabezado por Leonardo DiCaprio (Dom Cobb) y cuenta con la participación de Elliot Page (Ariadne), Joseph Gordon-Levitt (Arthur), Marion Cotillard (Mal), Ken Watanabe (Saito), Cillian Murphy (Robert Fischer Jr.), Tom Hardy (Eames), Dileep Rao (Yusuf), Tom Berenger (Browning) y Michael Caine (Miles).


La sinopsis de la película es uno de los conceptos más complejos del cine comercial, pero que Nolan logra hacer accesible a todo público: en un mundo en el que se ha creado tecnología para sueños compartidos, un equipo especializado en robar información del subconsciente es contratado para una tarea aún más difícil, implantar una idea en la mente del objetivo. Para lograr esto, los personajes (un ladrón, un investigador, un falsificador, un químico y una arquitecta) deben introducirse a varios niveles del inconsciente (sueños dentro de sueños), cuestionándose el significado de la realidad en una carrera contra el tiempo.


Lo que la mayoría recuerda de esta película son elementos técnicos que se convirtieron en icónicos casi al momento del estreno: los efectos visuales de la ciudad doblándose en sí misma (que prueba que, contrario a la creencia popular, Nolan no desprecia el CGI sino que sabe como utilizarlo con moderación) y el sintetizador usado en la banda sonora de Hans Zimmer, que se combina con orquestación más clásica para reforzar los temas de sueño contra realidad de la película. Asimismo, la dirección de secuencias de acción es fenómenal (la única buena del director en mi opinión), gracias a su inventiva en cinematografía y diseño de producción, que permite jugar con el montaje. En ese sentido, aunque casi todas las secuencias de acción son memorables, la pelea en gravedad cero en el segundo nivel es por mucho la mejor lograda.


En cuanto a la escritura, creo que hay mucho talento por parte de Nolan, y sin duda la película donde el concepto mejor se entremezcla con la narrativa. Pese a que la primera media hora es básicamente exposición (presentar las reglas del mundo y la filosofía del sueño), el intercalar con secuencias de acción e increíbles efectos tanto prácticos como digitales (usualmente una mezcla imperceptible entre los dos) permite retener la atención del espectador, que asimila los conceptos de forma inconsciente. Una vez que la trama toma forma, inspirada en la estructura clásica de un thriller de espionaje (con el subconsciente del personaje de Murphy usado como fuerzas antagónicas), el concepto adquiere su mayor fuerza al aumentar las libertades creativas del director: cada nivel de sueño (cuatro en la película) es una locación totalmente diferente, lo que requiere reconfigurar los límites y escala de la acción en lenguajes cinematográficos distintos (una persecución en coche, un forcejeo en un hotel, un asalto a una fortaleza, el caos de Limbo) de manera que puedan seguir enlazados a su vez. Uno de los distintivos de Nolan como director es su oposición al tiempo lineal, lo cual se muestra también en la cinta: cada nivel de sueño transcurre más lentamente que en el superior, pero la "patada" (mecanismo para coordinar el despertar) debe ser simultánea, lo que representa un desafío adicional para los personajes.


Hablando de los personajes, todos destacan en la cinta, algunos por su carisma (Hardy, Watanabe) y otros por su seco sentido de humor (Levitt), garantizando que las distintas personalidades se complementen en dinámicas interesantes. Sin embargo, son tres los personajes más importantes: lo que distingue a Inception de un simple thriller de ciencia ficción es que la historia es un mecanismo para explorar el drama humano de sus protagonistas. Pese a aparentar tener control total de la situación, el personaje de Leonardo DiCaprio vive atormentado por la culpa y en busca de redención, siendo este factor emocional el que genera la conexión de los personajes con la trama (asimismo, su relación con el personaje de Cotillard, un misterio durante casi toda la película, funciona de manera sensacional para generar tensión). Tanto en el protagonista como en el personaje de Cillian Murphy el tema de la paternidad juega un papel fundamental, y la exploración de la psicología de éste último es desarrollada a lo largo de la cinta de tal manera que el clímax emocional es más poderoso en torno a la víctima que en cualquiera de los miembros del equipo. Finalmente, quiero hacer mención del personaje de Ariadna (Elliot Page), pues antes de Oppenheimer me parecía el mejor personaje femenino escrito por Nolan, pues cumple una doble función fundamental: brújula moral y "audience surrogate". Este último término hace referencia al personaje que representa al espectador al descubrir el mundo al mismo tiempo que ellos. En ese sentido, lo que vuelve especial al personaje de Page es que tiene lógica porque los otros personajes detienen la trama para explicarle las reglas (es la nueva en el equipo), pero al ser inteligente, comprende todo a una buena velocidad, por lo que nunca se da la situación en el que el espectador se frustre al entender las cosas más rápido que el personaje.


Es importante finalizar con los temas de la película, que toman inspiración de muchos lugares, pero que encuentran cercanía con Borges (interesado en sueños y laberintos, como he mencionado en otras publicaciones). Cuando se trata de películas que cuestionan sobre el significado de la realidad a través de la ciencia ficción, en lo que parecerá una opinión controversial creo que Inception está mejor lograda que Matrix, pues la tentación de permanecer en "el sueño" es mayor al estar involucrados sentimientos de pérdida (hay personajes que sólo están "vivos" en el sueño) y la percepción de vidas enteras vividas en el subconsciente. Creo que la posibilidad de encontrar catarsis ante relaciones fallidas y decisiones equivocadas dentro de un sueño tiene méritos psicológicos muy interesantes pues pese a que las interacciones no son reales en el sentido estricto de la palabra, la sanación en el soñador sí lo es. Sin embargo, vivir en la fantasía es una situación que puede resultar muy peligrosa (enlazado en la película al significado de "morir" en un sueño), pero me agrada que la película deje al espectador tomar sus propias decisiones sin tomar partido por la moralidad de alterar el subconsciente y la validez del sueño como realidad. Algo que no me queda a mí todavía muy claro son las declaraciones de Nolan del sueño en Inception como metáfora de la realización de una película, pero en lo que sí concuerdo con él es en el efecto que puede tener la imaginación en la realidad: el potencial creativo del ser humano es ilimitado, y aunque la ficción sea precisamente eso, el legado mental y emocional que producen es tan válido como los acontecimientos reales.


Concluyo brevemente con mi opinión sobre el final abierto: ¿la última toma es un sueño o una realidad? Aunque me parece que los recursos visuales de Nolan refuerzan la teoría de que es la realidad, lo que cada espectador responda depende de una pregunta más fundamental ¿La vida en un sueño es vida, y se puede ser feliz ahí? De ser afirmativa su respuesta, creo que el significado de la última toma no tiene la mayor importancia, pues el arco narrativo se ha cumplido y los temas han permitido llegar a una conclusión.




Hasta el próximo encuentro...


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