Jedi Night (Star Wars Rebels)
- raulgr98
- 29 ene
- 4 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Por varias semanas ya he dedicado muchos pensamientos a las series animadas de Star Wars, que aunque nunca han destacado en los números de audiencia, se encuentran entre las producciones hechas con más pasión dentro de la franquicia, y desde mi punto de vista han sido la clave para sustentarla creativamente. ¿Cuál es la mejor de ellas? La mayoría diría Clone Wars, y debo reconocer que cuando esta es buena, se encuentra entre lo mejor de Star Wars, pero su estructura de arcos individuales resulta en más inconsistencias de las que yo hubiera preferido. Gracias a una narrativa serializada que sigue el desarrollo de un pequeño grupo de personajes, que no emanaron de las películas, la serie Rebels quizá no alcanza los puntos más altos de su predecesora, pero tampoco cae en los más bajos; y hoy discutiremos mi capítulo favorito de esta serie, con spoilers.
Antes de saltar al episodio debo comentar de forma breve algunos de mis aspectos favoritos de la serie: que se situara entre los episodios III y IV, que en ese entonces era un periodo relativamente inexplorado del canon, se sintió como una bocanada de aire fresco, sobre todo porque el equipo creativo resistió la tentación de establecer grandes conexiones con las películas, optando por dejar que nos familiarizáramos con el elenco principal en un entorno contenido antes de lanzarlos a la galaxia, y aunque eventualmente sea involucran con la rebelión a gran escala, la serie nunca pierde el aspecto íntimo de la narrativa. Si bien es cierto que el estilo de animación no es tan detallado como en Clone Wars, yo siempre aprecié su homenaje al arte conceptual que Ralph McQuarrie hizo para la película original, y creo que las secuencias de acción están infravaloradas.
Había muchos capítulos de los cuales escoger, sé que para muchos el final de la segunda temporada es inigualable, pero yo opté por el décimo capítulo de la cuarta y última temporada, dirigido por Saúl Ruiz y escrito por Dave Filoni y Henry Gilroy, transmitido originalmente en febrero de 2018, con la participación en el elenco de Taylor Gray (Ezra Bridger), Vanessa Marshall (Hera Syndulla), Freddie Prince Jr. (Kanan Jarrus), Tita Sircair (Sabine Wren), Steve Blum (Garazeb Orrelios), Mary Elizabeth McGlynn (Arynda Pryce), Stephen Stanton (Tarkin), Warwick Davis (Rukh) y Lars Mikkelsen (Thrawn). En lo que inicia como un episodio estándar, los rebeldes Ezra, Kanan y Sabine se embarcan en una misión para rescatar a su compañera Hera, capturada en el episodio anterior; y aunque sin duda es el final lo más memorable, quiero hablar primero de las virtudes del resto del capítulo.
Lo que en el guion parece una simple infiltración en una base imperial, algo que Star Wars ha hecho infinidad de veces antes, aquí es donde la energía un tanto más juvenil de la serie es aprovechada para encontrar ejecuciones creativas: la construcción de planeadores para aparentar ser fauna local está bien argumentada en el apartado lógico, y evita alienar a la audiencia gracias al medio de animación. De hecho, una de las grandes fortalezas del guion es su habilidad para el balance tonal, pues logra incorporar de forma orgánica elementos de levedad como un suero de la verdad, o la manera de deshacerse de la tripulación de un transporte robado, sin distraer o estorbar un tono serio en las secuencias más maduras, como aquellas de tortura, un equilibrio difícil.
Debo confesar que siempre me cuestioné la necesidad de tener dos antagonistas principales en la última temporada, hasta que lo entendí en este capítulo. Los dos interrogatorios a Hera son grandes escenas para explorar las diferencias entre Thrawn y Pryce, y si bien la participación del primero en el capítulo es breve (establecer una conexión con Rogue One es una buena excusa para sacarlo de la trama), su diálogo, que inicia con una discusión sobre arte y termina con lo que en la práctica es una secuencia de muerte es excelente, mientras que su ausencia permite brillar a Pryce, un personaje más cruel pero también impulsivo, clave para que el clímax del episodio funcione, pues sin llegar a ser tonta (lo que disminuiría su fuerza como antagonista), carece de la brillantez táctica de su colaborador.
Pasamos ahora al final del capítulo, pues la serie decide matar a uno de sus personajes principales, anticipado con el ingenioso juego de palabras del título. Desde que se anunció al comienzo de la serie que uno de los personajes principales sería un jedi sobreviviente de la orden 66, los fans sabían que una sombra se cernía sobre él, pero sacarlo de la historia en el primer capítulo después del descanso decembrino fue una sorpresa. Si bien la dirección ya indicaba que el foco del capítulo sería Kanan, el episodio hace un gran trabajo en que sus despedidas sean sutiles, y permite al espectador ilusionarse con otra resolución antes de dar pie al clímax, un sacrificio muy bien montado, con una excelente paleta de colores y recursos estéticos bien ejecutados, casi mudo pero realzado por una preciosa composición de Kevin Kiner.
Si bien el romance entre Kanan y Hera recibe casi toda la atención en el capítulo, y la declaración de amor (acompañada del beso) es una escena clave para que la tragedia tenga impacto, agradezco que el guion no perdiera oportunidad de también poner un punto final a la relación entre Kanan y Ezra, quizá la más importante de la serie, y permite tanto a uno como a la otra ver los momentos finales del caballero jedi. Su muerte, diseñada de tal modo que sea definitiva, pero no gráfica, es uno de los momentos mejor dirigidos de todo Star Wars, y las acciones finales de Kanan se encuentran entre las demostraciones más poderosas de la Fuerza, sin caer en la exageración de la que han pecado algunos videojuegos.
La mayor cualidad de Star Wars Rebels, lo que hizo que conectara con el público, es su capacidad de hacer que los personajes principales, se sintieran como una verdadera familia, por lo que la pérdida de uno de ellos resulta en uno de los capítulos más emocionales de la franquicia, tan bien ejecutado que el delito común de Star Wars de sacar de la nada nuevos poderes no me molestó, pues el regreso mágico de la vista no fue usado para resolver un conflicto, sino para regalarles a los personajes un último instante de conexión.
Hasta el próximo encuentro…
Navegante del Clío
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