Juego de Tronos
- raulgr98
- 22 nov 2023
- 3 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! El año pasado realizamos nuestra primera serie literaria en este espacio y como nuevamente nos acercamos a la temporada de fiestas, comenzaré el análisis de otra de las sagas literarias más cercanas a mi corazón, que ha formado mi personalidad como lector: Canción de Hielo y Fuego.
Puesto que los cinco libros me parecen a niveles muy similares en estilo y calidad, no reseñaré cada novela por separado, sino que cada semana revisaremos uno de los principales elementos que en mi opinión, las hacen algunas de las mejores piezas de fantasía moderna, y el día de hoy comentaremos algunos de los elementos generales.
El primer volumen sigue tres tramas principales, que se relacionan unas con otras sin mezclarse, girando en torno a ocho personajes narradores: En el mundo de Poniente, Ned Stark debe navegar en una red de intrigas y conspiraciones en una pelea por el trono que involucra a su esposa Catelyn, sus hijos Bran, Sansa y Arya, así como el enano Tyrion Lannister. En las lejanas tierras del norte, el bastardo de Ned, Jon Snow, atraviesa lo que se puede considerar una deconstrucción del viaje del héroe mientras investiga una amenaza misteriosa, y más allá del mar, la princesa exiliada Daenerys Targaryen encuentra la fuerza para recuperar su hogar (esta historia, la más desconectada de todas, se había publicado anteriormente como una novela corta, antes de ser incorporada a un mundo más grande).
Además de aquellas características a las que dedicaré sus propias secciones en las próximas semanas, me parece que son tres las decisiones más acertadas del autor para distinguirse de otras novelas del género:
La primera es su decisión de tener múltiples narradores, pues permite complejizar el mundo que ha creado, sobre todo desde la perspectiva política, pues se abordan ambos lados del conflicto. Entre más avanza la historia, más compleja se vuelve la red narrativa y los lectores tienden a tener tomar favoritos y defender con pasión casas y bandos (lo cual, como veremos en una publicación futura, es caer en la trampa del autor). Aunque los capítulos están fijos a un punto de vista, no están escritos en primera persona, sino que Martin recurre a un narrador equisciente, lo que da la ilusión de objetividad en la narración, y oculta algunos de los defectos de carácter que en retrospectiva (o cuando un personaje punto de vista es visto desde la mirada de otro) son evidentes.
Un segundo elemento es la construcción del misterio, que parte de la selección de los personajes, pues, por norma general en toda la saga, los personajes que menos conocimiento tienen de la trama son desde los cuales esta es narrada, lo que permite la existencia de misterios en el que el lector está incluso un poco más informado que sus personajes favoritos. Esto puede resultar frustrante en algunas de las subtramas, pero permite un mayor involucramiento emocional, pues hay un deseo, que roza en la necesidad, por desentrañar los secretos ocultos en la trama.
Estos secretos son elevados gracias al uso de la descripción que tiene Martin. Aunque su prosa es más elevada que la de algunos de sus contemporáneos, sigue siendo en su mayor parte accesible para nuevos lectores, y no me resulta abrumadora pese a su extensión. Aunque la crítica lo compara con Tolkien, por lo que abarca la narrativa, y con Faulkner por el intento de hilo de pensamiento en los personajes, creo estilísticamente es más parecido a las novelas inglesas del siglo XIX en un sentido de mostrar con vividez el espacio geográfico. En ese sentido, las descripciones, aunque pueden ser extensas, están bien delimitadas con un propósito narrativo en el que sobre todo los colores, el clima y las formas tienen significados ocultos, o representan simbólicamente puntos narrativos. El diálogo tiene a su vez cierta cadencia shakespereana, en la que destaca un uso sutil del doble sentido, que se esconde gracias a que en raras ocasiones se describe explícitamente el tono e intención del enunciador, que el lector debe interpretar con base en las reacciones y acciones consecuentes.
Por todos estos motivos, estamos ante una narrativa de múltiples piezas en movimiento, en ocasiones confusas pero cuyas nuevas revelaciones están siempre ancladas a pistas menores dejadas en las primeras páginas y volúmenes, por lo que, aunque leerlo es una experiencia curiosa y atrapante, releerlo es todavía más gratificante, y esta invitación a regresar al origen después de más información y encontrar significados totalmente nuevos pero congruentes con el texto, es la razón principal de su éxito.
Título original: A game of thrones
Autor: George RR Martin
Año de publicación: 1996
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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