La bella y la bestia
- raulgr98
- 29 abr 2023
- 3 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! En esta ocasión el musical del mes será más breve que de costumbre, pero me pareció relevante compartir uno de los primeros musicales que recuerdo haber visto en escena: La bella y la bestia.
Estrenada en 1994, tan sólo cuatro años después de la película, Tim Rice remplaza como letrista al fallecido Howard Ashman. De un éxito comercial inmediato, es el inicio de la incursión de Disney en las artes escénicas y uno de los montajes responsables de la explosión de las súper producciones teatrales (de alto presupuesto, buscando espectáculo). Aunque el único Tony que ganó fue Mejor vestuario (estuvo nominado a otros ocho), su impacto es innegable al permanecer en taquilla trece años, convertida en una de las más comunes producciones infantiles y juveniles.
No me detendré mucho en la trama ni en los principales números, pues se apega mucho a la película, cuyo análisis pueden encontrar ya en este espacio. Sin embargo, las palabras que me quedan las dedicaré a profundizar en las diferencias, para explorar los retos, pero también las ventajas, de adaptar una película a escena.
Una de las dificultades más evidentes, consiste en el montaje y producción. Al contrario del lenguaje cinematográfico, en teatro cambiar la angulación y perspectiva es imposible, y cualquier cambio de escenario debe realizarse simbólicamente o de manera muy veloz, lo cual requiere un grado de dificultad extra. Además, en el caso de la bella y la bestia recrear objetos encantados y otros elementos mágicos resulta complejo al trabajar con actores reales. La solución que el libreto encontró fue que los sirvientes no fueran objetos mágicos completos, si no un híbrido entre humano y mobiliario que se va transformando progresivamente a lo largo de la trama, lo que permite que el elenco pueda interactuar con estatura humana. Representar esto, junto con el maquillaje de la Bestia, que permite recrear su monstruosidad a la vez que se le permite al intérprete cantar, es una de las razones por las que el diseño de Ann-Hould Ward fue tan premiado.
A nivel de historia, la trama es sumamente fiel a la cinta original, en gran medida por contar con la misma guionista, con las únicas adiciones importantes son las incorporaciones de las seis nuevas canciones. No analizaremos todas aquí, pero en general buscan el objetivo de profundizar en las caracterizaciones de los personajes tanto principales como secundarios (la relación de Bella y Gastón es explorada en un dueto, Maurice tiene una canción y la participación de los sirvientes es expandida. Sin embargo, son tres las adiciones más relevantes, que se han convertido en casi tan icónicas como las originales: Home y A change in Me son nuevos solos para Bella, uno al quedar atrapada en el castillo y otro al percatarse que se ha enamorado, que son de gran ayuda para marcar la evolución de la protagonista. Por otra parte, If I can't love her, el final del primer acto, suple la que yo considero la única debilidad estructural de la película original como musical, y es la falta de un solo para la Bestia. En esta bella balada, el protagonista masculino expresa sus sentimientos y adquiere nuevas dimensiones que lo convierten en un personaje con el que la audiencia puede empatizar más rápido.
Los dejo con la ficha técnica de la obra, pero si espero que al menos una lección haya quedado aprendida, es que vean este musical como algo más allá del producto comercial que fue, pues en esencia representa lo que una adaptación debería hacer: honrar el espíritu y la magia de la original, pero encontrando oportunidades únicas al nuevo medio para aportar elementos nuevos e incluso suplir posibles debilidades.
Año de estreno: 1994
Música: Alan Menken
Letra: Howard Ashman y Tim Rice
Libreto: Linda Woolverton
Dirección: Robert Jess Roth
Elenco original
Susan Egan (Bella)
Terrence Mann (Bestia)
Burke Moses (Gastón)
Gary Beach (Lumiére)
Beth Fowler (Sra. Potts)
Heath Lamberts (Din Don)
Kenny Raskin (LeFou)
Tom Bosley (Maurice)
Stacey Logan (Babette)
Eleanor Glockner (Madame de la Grande Bouche)
Brian Press (Chip)
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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