La maldición del perla negra
- raulgr98
- 16 nov 2022
- 4 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Continuamos la semana marítima con la siguiente película recomendada, quizá el último clásico live-action de Disney antes de que la compañía transicionara a una obsesión con los remakes: La maldición del Perla negra.
Estrenada en 2003, la versión final de la cinta fue escrita por Ted Elliott y Terry Rossio, con la dirección corriendo a cargo de Gore Verbinski, después de años de reescrituras perdido en la fase de desarrollo. Inspirada en la atracción de Disneylandia (movida que incluso en la época se vio cínica y desesperada), la película fue sorprendentemente bien recibida por la crítica y el público, llegando incluso a estar nominada a cinco premios Oscar (aunque no ganó ninguno).
Me parece que el principal legado de la película fue catapultar a la fama a su elenco, muchos de los cuales eran desconocidos o contaban apenas con un par de producciones de renombre, pero se consolidaron como estrellas después de esta cinta. Aunque Johnny Depp (Jack Sparrow) fue probablemente el más beneficiado, sería un error minimizar las actuaciones del resto del elenco, encabezado por Orlando Bloom (Will Turner), Keira Knightley (Elizabeth Swann), Geoffrey Rush (Capitán Barbossa), Jack Davenport (Norrington), Kevin McNally (Gibbs) y Jonathan Pryce (gobernador Swann).
La historia se desarrolla en el 1720 caribeño (alrededor de la actual Jamaica) y sigue a un joven herrero (Bloom) que debe violar la ley y aliarse con un misterioso pirata (Depp) para salvar al amor de su vida (Knightley), prisionera en un barco fantasma cuya sanguinaria tripulación busca romper una maldición ancestral.
Antes de continuar con la película quiero hacer un breve trasfondo histórico. La película está inscrita en el género que se ha denominado "de capa y espada", aventuras donde la esgrima, un héroe carismático y cínico y un fuerte elemento de romance son los signos característicos (Robin Hood, Zorro y los tres mosqueteros son los ejemplos más conocidos). Este subgénero dominó Hollywood desde los años 20's hasta principios de los 50's, pero para mediados de los 90's casi no se hacían, y los pocos estrenados eran casi siempre terribles fracasos financieros, por lo que hacer la película era una apuesta muy arriesgada para el estudio, lo que puede explicar el presupuesto relativamente pequeño con el que contó la producción.
Para calmar los temores del estudio, a los guionistas se les ocurrió manipular las convenciones del subgénero al mantener los elementos de aventura en un contexto de época pero reduciendo el elemento romántico y jugando un poco con la estructura (el protagonista es un héroe noble tradicional y el "canalla carismático con corazón de oro" es un personaje secundario sin interés romántico). Además, el equipo creativo decidió agregar un elemento que en mi opinión distinguió a la película de sus predecesoras: lo sobrenatural, que le permitió a Verbinski combinar en su dirección humor familiar, la energía de una cinta de aventura tradicional e incluso elementos del cine de terror.
El diseño de producción tuvo como objetivo principal combinar los elementos de fantasía e historia, para lo que recurrieron a un diseño de vestuario históricamente correcto, así como prostéticos y lentes de contacto para hacer ver más sucios y temibles a los piratas. Los sets (particularmente Port Royal y la cueva del tercer acto) fueron construidos por completo con mucha atención al detalle y herreros fueron contratados para darle "personalidad" a las espadas.
Tratándose de la semana marítima, debo hacer mención especial de los tres barcos que se construyeron para la producción: el Perla Negra, el Audaz y el Interceptor. Aunque por cuestiones de presupuesto la mayor parte de las escenas en estos navíos se grabaron atracados, los buques fueron construidos casi en su totalidad y parte de la batalla entre el Perla Negra y el Interceptor si fue grabada en mar abierto durante seis días.
En cuanto a otros aspectos técnicos que destacar, los efectos especiales para la tripulación del Perla, aunque ya no se sostienen totalmente para estándares actuales, fueron sorprendentes en su época, y la banda sonora (una colaboración de Klaus Badelt y Hans Zimmer) se ha convertido casi en sinónimo del cine moderno de aventura. Las actuaciones, aunque sin mucha complejidad, logran volver a los personajes icónicos, impregnándole cada intérprete un carisma diferente a los héroes y villanos; pero la principal fortaleza es el guión, que logra establecer una mitología y plantear el tono y la trama muy rápido de manera efectiva, permitiendo que la corta duración no pierda el tiempo en explicaciones y pueda explotar las bien coreografiadas y grabadas escenas de acción (tanto en tierra como en mar).
La película se convirtió en el lanzamiento de una nueva franquicia, que a la fecha está conformada por cinco largometrajes, pero desafortunadamente en mi opinión la primera es la única que puede considerarse realmente buena. Haciendo un breve diagnóstico, creo que la popularidad exponencial del personaje de Johnny Depp fue el principal responsable, pues las siguientes películas le dieron al personaje de Jack Sparrow cada vez más foco, olvidando que su energía maniática funciona mejor en pequeñas dosis y sólo estaba concebido al inicio como un personaje secundario, olvidando que Orlando Bloom y Keira Knightley (aunque con personajes quizá menos memorables) fueron los actores que cargaban el peso narrativo y gracias a la empatía que sentías por su relativa "normalidad" es que la película funcionaba y la audiencia podía aceptar los elementos más fantásticos y estrambóticos del guión.
Sin embargo, me parece que la mala reputación que la serie se ganó posteriormente no debería ser un impedimento para disfrutar la primera entrega, una historia sencilla pero bien ejecutada, que logra capturar la emoción de la aventura y que, a pesar de su poca ambición, logró lo que se creía (y muchos siguen creyendo) imposible: destilar una historia con calidad partiendo de hacerle promoción a un producto empresarial.
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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