top of page

La silla de plata

¡Bienvenidos pasajeros! Esta semana continuamos con la aventura por las Crónicas de Narnia, con la novela que me sorprendió descubrir es la menos favorita de muchos fanáticos, la penúltima en orden cronológico, pero la cuarta en publicarse, infame por ser la novela cuyo proceso de adaptación colapsó, y por lo tanto la primera en no tener contraparte cinematográfica.


Setenta años han pasado en Narnia, y Caspian es ahora un anciano en el ocaso de su vida. En la Tierra, menos de un año de regresar de su última aventura, Eustace se convierte en el nuevo protagonista cuando es transportado de regreso al reino mágico, junto con una nueva amiga, y se le encomienda la misión de encontrar al hijo desaparecido del rey antes de que su amigo fallezca.


Ligeramente más corto que el libro anterior, pero con la misma extensión de capítulos, fue una sorpresa comprobar lo “corto” que era, pues incluso de niño me pareció el más largo de todos, probablemente por ser el menos episódico de toda la saga: la misión principal es introducida en los primeros capítulos, y hay muy pocas desviaciones, pero es la novela en la que los personajes pasan más tiempo viajando.


Algo que se me olvidó comentar de “Viajero del Alba” es que tiene por mucho el mejor mecanismo para acceder a Narnia, al menos en mi opinión. Esto viene a colación pues silla de plata es probablemente el que menos me gusta, simplón, como si el autor estuviera desesperado por iniciar la aventura. En ese mismo sentido, si bien Lewis intenta regresar a los tintes de fantasía épica que tanto beneficiaron al Príncipe Caspian, y utilizar el terreno inexplorado, pero mencionado varias veces, del Norte fue una buena idea, el resultado final es uno que entiendo pueda resultar decepcionante. Sin embargo, esto es solo una fracción del libro, que en realidad puede dividirse en dos segmentos con identidades claramente diferenciables.


Los primeros cinco capítulos, salvo por el mecanismo de llegada a Narnia, me parecen bastante efectivos; creo que el shock de Eustace al descubrir el paso del tiempo es un momento emocional infravalorado entre los fanáticos, la aparición temprana de Aslan le da a la misión una identidad distinta, mucho mejor definida que en otros libros, y las cuatro señales son un buen ejercicio de memoria e intriga para los lectores más jóvenes (sobre todo considerando que se falla en la primera de ellas, aumenta sin esfuerzo la tensión). La introducción cumple muchos otros propósitos (entre ellos la mención al que sería el siguiente libro de la saga) y el excelente capítulo del parlamento de los búhos, en el que Lewis perfecciona su estilo de un relato dentro de otro.


El problema para mí comienza en el siguiente segmento, los capítulos seis a diez. Me parecen bien escritos, y tienen momentos memorables, pero la locación (primero el Páramo, después el subterráneo) me parece la menos interesante de toda la saga, y los gigantes, que ocupan gran parte de la trama, nunca han sido criaturas fantásticas por las que sienta particular interés, y los terranos no están lo suficientemente bien construidos para compensarlo (al menos no en esta sección, cobran más relevancia en el clímax), pero el último de estos capítulos se revaloriza mucho poniéndolo en perspectiva.


El viaje, claustrofóbico y un tanto gris, se compensa con los últimos seis capítulos, que en mi opinión son el mejor clímax de cualquiera de los siete libros. Quizá no tiene tanta acción como otros, pero los momentos de personajes son excelentes, los giros de trama bien construidos (si bien un poco obvios en retrospectiva), la villana bastante imponente pese a sólo haber tenido una aparición previa a la resolución, y un origen que nunca se explica del todo (de hecho, encuentro sus artimañas muy parecidas a las de Saruman, otro villano icónico de la fantasía), y los momentos de heroísmo entre los más memorables de la historia, pues involucran la relación entre fe y memoria. El último capítulo, agridulce y nostálgico, pero también divertido con una acción nunca antes vista, es uno de los epílogos más emotivos.


¿Hay algo redimible en la parte media? Sin duda los protagonistas, pues Eustace es un personaje muy diferente a su caracterización en la novela anterior, pero de una manera que parece congruente con su presentación y le permite conservar un poco de mala actitud. Jill, la nueva protagonista femenina, es lo más opuesto a Lucy Pevensie que podría uno imaginarse (miedosa, escéptica, quejumbrosa), pero eso hace que su arco de personaje sea más completo (que algo tan sencillo como usar los nombres de pila en lugar de los apellidos provoque una respuesta emocional es prueba de la efectividad del desarrollo). Sin embargo, la novela pertenece a los personajes secundarios, el carismático búho (mi animal favorito) Plumabrillante en la primera parte, el príncipe tardío en la resolución y sobre todo el meneo Charcosombrío; cínico y pesimista pero también valiente, leal y sumamente inteligente, su monólogo en el clímax es quizá mi diálogo favorito de toda la saga, y en general es posiblemente mi personaje favorito de todos los siete libros, sin duda el mejor de los secundarios.


Lewis no esconde su desprecio por la educación experimental, en una crítica bastante aguda (enfocada a sus malas prácticas pedagógicas, pero también a un laicismo exacerbado); y cierra con un excelente chiste a la clase política del Reino Unido (con aplicaciones universales), pero quiero cerrar, como es costumbre, con el apartado religioso, pues en éste se concentran los temas. Por un lado, la muerte como concepto es explorado a mucho más detalle que en libros anteriores, con resultados tanto positivos (una escena bastante cristiana detalle resurrección) como negativos (ni en este libro ni en el último creo que haya sido acertado incluir al Padre Tiempo); pero los dos temas principales del libro son la tentación y la fe. En cuanto al primero, que la antagonista tome la forma de una serpiente es una metáfora bastante obvia, pero hay otras tentaciones que no están necesariamente asociadas al mal, y que pueden ser más peligrosas, como la rutina y la aventura. En lo que concierne al segundo, a lo largo del libro hay varios momentos en los que los personajes deben tomar un salto de fe (a veces literal, a veces metafórico), y es el libro donde Aslan pone más a prueba a los personajes en lo que concierne a creer en su palabra pese a las aparentes pruebas de los sentidos. Los dejo con un diálogo del león, que explica a la perfección porque hay quienes dejan la religión, o nunca se criaron en ella, pero súbitamente algo los motiva a investigarla, y terminan fortaleciendo su creencia: “no me habrían llamado si yo no los hubiera llamado primero a ustedes”.




  • Título original: The Silver chair

  • Autor: CS Lewis

  • Año de publicación: 1953





Hasta el próximo encuentro…


Navegante del Clío

Entradas recientes

Ver todo
El sobrino del mago

¡Bienvenidos pasajeros! A punto de terminar nuestra exploración de las crónicas de Narnia, continuamos con la sexta entrega, pero primera en orden cronológico, que tiene el propósito de contar la hist

 
 
 
El caballo y el muchacho

¡Bienvenidos pasajeros! Continuando con la exploración por las crónicas de Narnia, llegamos a la quinta novela en ser publicada, pero que cronológicamente es el más difícil de clasificar. La mayoría d

 
 
 
La travesía del viajero del alba

¡Bienvenidos pasajeros! Por problemas logísticos de la semana pasada, me resultó imposible tener listas reseñas para hoy, pero decidí adelantarles nuestra exploración de las crónicas de Narnia; con el

 
 
 

Comentarios


bottom of page