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Newsies

¡Bienvenidos pasajeros! En muchas ocasiones en este espacio hemos cubierto casos de historias que se originan en el escenario y transicionan al cine, con niveles distintos de éxito. El día de hoy vemos el caso contrario: una película de 1992 que fue un monumental fracaso financiero fue rescatada del olvido y llevada al teatro, donde su segunda oportunidad la volvió un éxito.


Inspirada en la huelga de repartidores de 1899 (aunque simplificada para focalizar la trama), el musical sigue al repartidor de periódicos Jack Kelly, quien organiza a sus compañeros para protestar, a través de una huelga, por el incremento de precios (con cargo al repartidor) por parte de titanes del medio como el World y el Journal, uniendo a las distintas pandillas de los barrios de Nueva York en un sólo movimiento, enfrentando a policías y rompe huelgas. Un éxito crítico y financiero, fue nominado a ocho premios Tony (incluyendo Mejor musical), de los cuales ganó dos (Coreografía y Banda Sonora).


En cuestión de producción, el musical recrea el difícil entorno urbano de los personajes con el uso de andamios metálicos como principal escenografía, capaz de moverse y modificarse para servir las necesidades de la historia, complementándose con proyecciones digitales y algunos escenarios más complejos cuando la trama se mueve a los sectores más acomodados de la ciudad, siendo el contraste de clases más notorio en un excelente diseño de vestuario y maquillaje.


Más allá de las canciones, en las que me detendré más adelante, el mismo libreto también busca preservar un vigor juvenil y rebelde en la historia, lo que logra por un lado con un sentido del humor ágil, de respuestas rápidas y dobles sentidos realzados por los peculiares acentos de los protagonistas. Combinando estructuras de un viaje del héroe tradicional con una atmósfera narrativa que remite a Amor sin Barreras, Newsies está diseñado para apelar a la clase trabajadora, con personajes que logran ser simultáneamente soñadores pero también realistas, con muy pocos o ningún momento de ingenuidad. En particular Jack Kelly me parece un gran protagonista, automáticamente carismático; inteligente y empático, pero con varias capas, sobre todo en el segundo acto, que lo vuelven psicológicamente más complejo. De los otros personajes, Katherine Plumber es quizá la mejor mejora con respecto a la película original, permitiéndole trascender los límites del interés amoroso tradicional, y Pulitzer me parece un gran antagonista central, pero también hay que destacar el papel del ensamble ya que, al tratar puntos de trama como el sindicalismo y la huelga, recurrir narrativamente a personajes colectivos fue una gran decisión, con los repartidores actuando como un movimiento vivo, fluctuante, con cada extra teniendo pequeños momentos de caracterización que realzan el mundo de la historia.


A un nivel temático. aunque toca brevemente el papel de la prensa en la política (y creo que la cubertura de un periódico más pequeño del movimiento ayuda a mostrar una visión más balanceada del "cuarto poder", gran parte de las ideas presentadas hacen referencia a la explotación económica, con una historia que muestra de una forma muy clara como los grandes capitales estiran sus márgenes de ganancia cargando a trabajadores e intermediarios, que continúan batallando en el día a día, obligándolos a recurrir a manipulación (como el trabajo infantil) para evitar la delincuencia. El tema de los problemas económicos y la importancia del trabajo colaborativo se ve reforzado por dos subtramas: la del orfanato, que permite realizar también una crítica de la corrupción y problemas de financiamiento en las instituciones públicas, así como en la de los hermanos Jacobs, únicos repartidores que no son huérfanos, pero que se ven obligados a trabajar por la falta de seguridad social para sus padres recientemente desempleados. Finalmente, interludios en el teatro de Madame Medda no sólo sirven como un necesario alivio cómico para inyectar espectacularidad tradicional a la historia, sino que sirven como un comentario metatextual sobre la importancia cultural del teatro y la alianza tradicional que ha existido entre artistas de ciertas esferas y trabajadores.


Como ya comentamos en obras anteriores, me parece que el teatro es el medio que más permite la versatilidad, adaptándose a los tiempos sin sacrificar el espíritu temático y narrativo de la historia. En ese sentido, antes de cerrar con la exploración musical creo importante señalar que aunque el montaje inicial era predominantemente masculino, nuevas producciones han incorporado más mujeres al ensamble, visibilizando a las repartidoras femeninas, que jugaron un rol clave en la huelga real.


La música, con motivos recurrentes impregnados de juventud, me parece uno de los trabajos más infravalorados de Menken, en los que la música con toques modernos se complementa con letras que evocan la emoción de la edad de oro, Cada número fluye en el otro de forma orgánica gracias a la repetición de motivos antes y durante las secuencias de diálogo, y algunas se encuentran entre las canciones más memorables de la década de los 2010. "Santa Fe" es un excelente solo de protagonista que no tiene nada que envidiar a las que el Renacimiento Disney hizo famosas, pero las secuencias más memorables son los tres números de ensamble: "Carrying the banner", "The world will know", "Seize the day", "King of New York" y "Once and for all" (la mayoría con al menos un reprise) caracterizados por el que es, para mí, el mejor elemento del musical, una brillante e impresionante coreografía, acentuada con movimientos acrobáticos y de ballet, que realza el espíritu colectivo de la narrativa.


Sobre todo dado los sucesos del año pasado, y el continuo maltrato a sectores productivos como animadores, trabajadores de supermercado y conductores; con el creciente peligro de pérdida de empleos por automatización e inteligencia artificial, resulta irónico que una de las más grandes corporaciones del globo haya producido un musical (y mantenga la grabación en alta definición de la obra en su catálogo de streaming) sobre la codicia capitalista y la importancia del sindicalismo, pero creo que es importante seguir revisitando Newsies, pues pese al final feliz de esta historia, aun queda mucho camino por recorrer para alcanzar la justicia laboral.


  • Año de estreno: 2012 (Broadway)

  • Música: Alan Menken

  • Letra: Jack Feldman

  • Libreto: Harvey Fierstein

  • Dirección: Jeff Calhoun

  • Elenco original

    • Jeremy Jordan (Jack Kelly)

    • Kara Lindsay (Katherine Plumber)

    • Andrew Keenan-Bolger (Crutchie)

    • Ben Fankhauser (Davey Jacobs)

    • John Dossett (Joseph Pulitzer)

    • Capathia Jenkins (Medda Larkin)

    • Lewis Grosso y Matthew Schechter (Les Jacobs)

    • Kevin Carolan (Theodore Roosevelt)





Hasta el próximo encuentro....


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