Nightcrawler
- raulgr98
- 12 feb
- 4 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Aunque siempre he intentado mantenerme actualizado sobre lo que pasa en el mundo, tiene muchos meses que no veo un noticiero en televisión. Las razones son muchas, que van del estrés e impotencia que generan a la censura y falta de crítica que cada vez noto más; pero una de las principales es que me molesta exponerme a noticias sensacionalistas y violentas. El día de hoy, la película recomendada es una crítica mordaz a este tipo de periodismo: Nightcrawler, titulada en Hispanoamérica como “Primicia mortal”.
Escrita y dirigida por Dan Gilroy, la cinta de 2016 sigue a un estafador de Los Ángeles que encuentra una fuente de ingresos en grabar hechos violentos para vender el metraje a noticieros. Protagonizada por Jale Gyllenhaal (Louis Bloom), René Russo (Nina Romina), Riz Ahmed (Rick), Bill Paxton (Joe), Michael Hyatt (Frontieri) y Kevin Rahm (Frank), la película fue un éxito muy modesto en taquilla pero gozó de una excelente recepción crítica y llegó a ser nominado al Premio Oscar a mejor guion.
Lo primero que me llamó la atención cuando vi la película fue su estructura, inusual para un thriller, en el sentido de que el crimen central es introducido demasiado tarde, poco antes del tercer acto. Sin embargo, eso no significa que la trama carezca de tensión, pues hace un trabajo excelente escalando el conflicto a fin de crear una atmósfera de tragedia inevitable. Incluso cuando el espectador puede anticipar muchos de los acontecimientos, como las traiciones, chantajes y mentiras, cuando estos suceden son dirigidos con tal crudeza que aún así te sorprenden en su ejecución. Más aún, la película logra una complejidad tonal inesperada, en la que aunque la indignación es la emoción principal que el espectador experimenta, hay muchos momentos de humor negro que refuerzan el comentario socio económico.
Al transcurrir casi toda la película de noche, requiere de una excelente cinematografía para funcionar, lo que logra gracias a un notable trabajo de iluminación que mantiene la atmósfera opresiva pero permite ver la acción con claridad. En ese mismo sentido, el trabajo en locaciones es espectacular, pues logra darle a Los Ángeles una personalidad distintiva: caótica y desolada, como si de un western se tratara, a la vez que establece diferencias notorias entre las grandes autopistas, los barrios pobres y los acomodados, diferencia clave para la historia. Aunque la cinta no puede catalogarse de como de acción, la persecución climática en el tercer acto está muy bien rodada, y resulta en una de las secuencias más inmersivas de la película.
El director y guionista declaró hace años que su historia trataba sobre la simbiosis tóxica que se requiere para que subsista la sociedad de consumo, y me parece que este tema está muy bien tratado: la audiencia demanda contenido violento y escandaloso, y eso empuja a los personajes a tomar decisiones cada vez más cuestionables para aumentar el valor del metraje en el mercado. La progresión de alterar detalles de la escena del crimen a mover cuerpos, llegando incluso a generar nuevas olas de violencia es llevada a cabo de forma metódica, y la breve exploración de la responsabilidad legal de estos actos fue un buen detalle. Si bien la crítica al sistema podría perderse al ser los personajes despreciables en lo individual, el ataque al capitalismo encuentra su fuerza en el personaje de Rick, el corazón de la cinta, muy bien interpretado por Riz Ahmed, cuya ingenuidad y desesperación son un buen reflejo de la facilidad que tiene el sistema para explotar a sus entes marginados.
Jake Gyllenhaal es espectacular en el rol protagónico, y uno de los mejores papeles de su carrera. Diseñando un patrón de habla peculiar y un lenguaje corporal que lo aleja de otros de sus roles; es magnético en todas sus escenas, al encarnar a un personaje con gran inteligencia (que vuelve sus elecciones aún más trágicas/cuestionables), capaz de modificar su comportamiento en forma sutil para manipular a los demás, y proyectando siempre un aura de desconfianza. En ese sentido, creo que la primera escena es una de las más importantes de la película, pues muestra la moralidad de Lou como un protagonista atípico: no es corrompido por el trabajo, el trabajo era ideal para él porque ya carecía de ética.
Siempre he despreciado la nota roja, tanto en televisión como en prensa escrita, y esta película hace un buen trabajo mostrando la degradación social que busca y recompensa el placer morboso en este tipo de espectáculos. Un guion sólido, lleno de comentario, encuentra su diálogo más agudo en el segundo acto, cuando se establece que se dedican quince minutos de cobertura de crímenes por cada treinta segundos de noticias relevantes. Tomando eso en cuenta, se vuelven más comprensibles los resultados electorales recientes y una creciente falta de empatía colectiva. Si bien los que graban el material son los que reciben la mayor parte del foco de la cinta, la cinta también extiende su crítica a quienes transmiten las noticias, sobre todo al nivel ejecutivo (en ese sentido, Rene Russo da una gran interpretación, encontrando el punto medio entre ser despiadada y vulnerable); con la manipulación de titulares y el encumbrimiento de información para maximizar los números de audiencia. El breve comentario sobre cómo hay criterios raciales y de clase para determinar qué noticias importan, perpetuando prejuicios dañinos, es también brutal.
Cierro comentando el final, de manera general, pues me parece excelente: cuando vean la película, muchos de ustedes se sentirán frustrados, impotentes, insatisfechos, pero esto es por diseño. Que los personajes más despreciables triunfen es también responsabilidad nuestra, pues al consumir los productos que ofrecen aceptamos e impulsamos sus cuestionables métodos de obtención. Sólo negándose a seguir alimentando de forma pasiva el sistema es como el mundo real tendrá esperanzas de un mejor desenlace.
Hasta el próximo encuentro…
Navegante del Clío
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