Noche de juegos
- raulgr98
- 3 abr 2024
- 4 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! En mi opinión, escribir e interpretar comedia es más difícil que el drama, pues requiere de una combinación más precisa de elementos, como el ritmo, la energía y el ingenio. En ese sentido, el día de hoy les traigo la que posiblemente sea mi comedia norteamericana favorita de la década pasada: Game night.
Escrita por Mark Perez, dirigida por John Francis Daley y Jonathan Goldstein, la cinta de 2018 sigue a un grupo de amigos cuya noche de juegos se ve trastornada cuando se ven involucrados sin saberlo en un secuestro real donde nada es lo que aparenta. Un éxito crítico y comercial, el elenco está encabezado por Jason Bateman (Max Davis), Rachel McAdams (Annie Davis), Kyle Chandler (Brooks Davis), Billy Magnussen (Ryan Huddle), Sharon Horgan (Sarah Darcy), Lamorne Morris (Kevin Sterling), Kylie Bunbury (Michelle Sterling) y Jesse Plemons (Gary Kingsbury).
La dirección de esta película ofrece un ritmo sensacional, en el que equilibra a la perfección la exposición, los chistes y los giros de trama de tal manera que, aunque la historia nunca se detiene, cada momento respira sin abrumar al espectador. Como género, la cinta recupera estructuras y herramientas de tres: la comedia, el thriller y la acción. Empezando por este último apartado, me parece que los directores lograron un buen balance entre mantener el buen humor y preservar cierta tensión (pese a la ligereza del diálogo, hay una preocupación genuina por los personajes), y el montaje demuestra creatividad en la versatilidad de las secuencias, que incluyen una persecución en coche, un tiroteo, robo y escape de una mansión y el clímax en un avión.
A pesar de que la película se mofa del thriller, subvirtiendo algunos de sus clichés (su interpretación de la escena de infiltración y espionaje es especialmente hilarante), también utiliza a su favor las fortalezas del género para producir un guion muy ingenioso, que logró sorprenderme más de una vez, pero hizo perfecto sentido para el final, teniendo una estructura similar al rompecabezas, muy ad hoc con el tema de la cinta. En una película menos trabajada, la noche de juegos sólo sería un pretexto para detonar la trama, pero fue muy agradable como distintos pasatiempos fueron usados en los tres actos, incluyendo la resolución, resultando en una experiencia más satisfactoria.
Las actuaciones del grupo principal son excelentes, no sólo por un timing cómico impecable, sino porque logran tener la energía de un grupo consolidado por muchos años sin esfuerzo. De los personajes "individuales", Kyle Chandler es un excelente antagonista con una versión mezquina y patética de los personajes que usualmente interpreta, mientras que Jesse Plemons roba todas las escenas en las que aparece con una actuación que roza lo perturbador y el sentido del humor más distintivo de todo el elenco. En cuanto a las parejas, creo que hubo un esfuerzo de que cada una fuera distintiva, y ningún personaje pareciera sólo de relleno, dándole a cada una un chiste recurrente y subtrama distintivo. Aunque el dúo integrado por Bateman y McAdams es el que recibe más atención (su competitividad la hace una pareja inusual, pero en ningún momento cae en lo tóxico, de hecho es un romance bastante maduro), hay un esfuerzo notable en caracterización, incluso en maneras sutiles. Por ejemplo, la estrategia que aborda cada pareja al juego dice mucho de sus personalidades sin necesidad de ahogar el guion con diálogo o flashbacks innecesarios.
El sentido del humor es muy bien logrado, pues logra colocarse justo en la frontera entre lo ingenioso y lo soez. El tono es bastante negro en ocasiones (que encaja con la trama principal, alrededor de un acto criminal), con chistes subidos de tono sobre violencia y sexualidad, pero en ningún momento se opta por el chiste barato, o desciende en la vulgaridad, pues hay un esfuerzo del guion por encontrar la salida creativa a las situaciones humorísticas planteadas. La manera que tuvo el equipo creativo de insertar chistes en los puntos álgidos de la acción y aun así lograr preservar la tensión y emoción del momento me parece una habilidad poco común que debería analizarse con más detalle. Hace unos días descubrí que muchos de los mejores chistes han resurgido en redes sociales, y varios de ellos ya los considero momentos emblemáticos de la comedia moderna, en gran medida por el compromiso del elenco.
Sin embargo, no toda la película es una burla, y el éxito de su historia radica en que tiene un corazón alrededor del que gira la trama. No sólo es la relación central una sólida, que la audiencia espera ver triunfar, sino que las situaciones absurdas permiten explorar dos conflictos muy humanos: la rivalidad filial y las dudas sobre si uno está hecho para la paternidad/maternidad, situaciones con las que muchos pueden empatizar. Una buena historia, ejecutada a la perfección, concluyo con el mayor impacto que dejó en mí, que considero otra prueba de su efectividad: deseé que la práctica de la noche de juegos estuviera más arraigada en mi círculo social.
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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