Noticias del imperio
- raulgr98
- 28 may 2024
- 5 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! La literatura y la historia no están tan peleadas como algunas discusiones académicas quieren hacer creer. Muchas de las mejores novelas son producto de años de investigación, ya sea periodística o historiográfica para recrear mundos pasados y hacer comentarios críticos del presente. Como ejemplo, el día de hoy les traigo una versión revisada de una reseña de quizá la novela histórica más famosa que México ha producido: Noticias del imperio.
El 19 de julio de 1867 tres hombres caminan hacia el paredón; condenados por traición. Tras pronunciar sus últimas palabras (unos discursos, otros simples susurros) proclaman su amor por la patria mexicana antes de sucumbir ante el pelotón, decidiendo su posición como un homenaje o metáfora a la crucifixión de Cristo. Sus nombres, infames en la historia oficial, y trágicos en la memoria heredada del romanticismo aún resuenan a través del tiempo: Miguel Miramón, Tomás Mejía, Maximiliano de Habsburgo. Dos militares y un noble, mexicanos los primeros y austríaco el último; confían en que su sangre sea la última derramada en la historia mexicana, pero el destino no cumpliría su última petición.
Para la mayoría, la historia del segundo imperio mexicano terminó con sangre en el cerro de las campanas; pero en su Noticias del Imperio, publicada en 1987, Fernando del Paso continúa la historia de la protagonista secreta de esta historia, la única persona viva en 1927 que presenció la última vez que una corona imperial se ciñó en territorio mexicano, y la primera mujer en ostentar de iure la titularidad del Poder Ejecutivo en la historia nacional, de acuerdo con las normas de regencia establecidas en el Estatuto imperial. El novelista la retrata pasando sus últimos días sola con sus recuerdos en el sombrío Castillo de Bouchout, una protagonista tan sombría y polémica, pero a la vez fundamental: la princesa Carlota Amalia de Bélgica.
Aunque los extensos monólogos de la anciana viuda de 86 años conforman cerca de la mitad de la novela; no constituyen el único discurso narrativo del autor, quien logra recrear un panorama completo no sólo de la sociedad mexicana del siglo XIX; sino de la Europa anterior a la Primera Guerra Mundial. Tan diversos como ricos son los capítulos de la novela, y sus narradores un auténtico mosaico; pues van desde un baile de máscaras en la corte donde se planea una invasión hasta la tortura de un soldado mexicano por tropas francesas; pasando por un tutor privado que le enseña español a los futuros monarcas, un florista de Toluca al que un alto mando imperial le ha robado la esposa, el secretario de un presidente en constante huida y un cronista que sigue el juicio que acabaría con la vida de un emperador, entre muchos otros; siendo de los más interesantes el intercambio epistolar entre dos hermanos franceses, un soldado en México y un historiador en París.
La vida del matrimonio imperial estuvo rodeada de castillos, desde el Miramar donde una comisión les ofreció un pacto fatídico, hasta el Chapultepec que intentaron llamar hogar y para el que construyeron un paseo que sigue siendo fundamental para la capital; pero por más que proclamaron la paz, su vida se vio envuelta en batallas, como la descripción cruda que realiza Del Paso del Sitio de Puebla, la batalla de Camarón y la toma de Querétaro. Las redes familiares de la nobleza se extienden por toda Europa, el hermano del archiduque, Francisco José y Leopoldo I, padre de la emperatriz fueron personajes claves en el devenir del Segundo Imperio. La propia Carlota legitima el reclamo a la corona al descender de la casa de Austria, antaño gobernantes de Austria. Al nutrido coro de personajes se unen otros como el militar Aquiles Bazaine, el príncipe Salm-Salm y el cocinero húngaro del emperador; el muerto Melchor Ocampo, el vivo González Ortega y el exiliado Santa Anna, el traidor Leonardo Márquez y los patriotas Mariano Escobedo y Porfirio Díaz; pero sobre todo los que, según Carlota, fueron los principales responsables de la tragedia: Benito Juárez por un lado, pero sobre todo Napoleón III y su mujer Josefina. Incorporados en pequeños párrafos, a manera de viñetas y en ocasiones guiones teatrales o entrevistas, la novela trasciende de esta manera los confines tradicionales de la biografía y muestra todas las perspectivas, no de un conflicto, sino de una cosmovisión.
En cuanto a los dos personajes centrales, Maximiliano es muy difícil de definir como ser humano; pues es ante todo contradictorio. Conservador en sus ambiciones de la corona, liberal en su pensamiento político en México, benévolo e incapaz, taimado y cruel, víctima y victimario; opuesto por la Doctrina Monroe pero considerado virtuoso por personas tan dispares como Garibaldi, Victor Hugo y la princesa Salm-Salm rogaron a Juárez por su vida; los pasajes rescatados en esta antología lo muestran como un hombre culto pero ingenuo, prácticamente un niño, incapaz de pensar a largo plazo. Por otra parte, Carlota, quien amó y odió a su marido, eternamente fiel a su recuerdo pero pariendo a un hijo fuera del lecho; su complejo discurso cambia constantemente de la lucidez a la irracionalidad, intrigando al lector y presentando dudas sobre su cordura o locura, uno de los mejores ejemplos de narrador no confiable en la literatura mexicana moderna, a través del cual se hacen reflexiones parciales, pero no por eso menos ricas, de la historicidad de los propios protagonistas y la realidad que vivieron.
En la emperatriz aterriza una historia que comienza desde los días de Napoleón, pasando por la Reforma, la Guerra de Secesión y los Tratados de la Soledad; pero lo que hace su narración tan especial es que ha sobrevivido a todo y a todos; desde su castillo mientras esperaba noticias del imperio se enteró de la guerra Franco-Prusiana, la Tercera República, las unificaciones de Francia y Alemania, la muerte de Victoria, los Romanov, Madero, Díaz y Zapata, el triunfo de Obregón, el origen de los cristeros y el fin de la Primera Guerra Mundial; el sueño americano y las ideas marxistas; quedándose a nada de ver nacer el PNR y reírse con la ruina que trajo la Gran Depresión.
Más allá de todo lo que ya se dijo, es importante concluir con la fortuna de contar en la literatura con una vida tan longeva, pero a la vez lamentarse de que en la historia no haya dejado registro la mujer que podría revelar tanto del siglo XIX y el inicio del XX en dos continentes, pero que no tuvo la oportunidad al terminar sus días como una emperatriz loca, fantaseando con un marido que no volvería, un sueño que no recuperaría y una noticia del imperio que jamás llegaría.
Título original: Noticias del imperio
Autor: Fernando del Paso
Año de publicación: 1987
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
Leí hace mucho ese libro. Es interesante que años después mi hijo lo reseñe y me haga notar aspectos que en su momento, evidentemente, no pericibí y por supuesto no valoré.