Ozymandias (Breaking Bad)
- raulgr98
- 1 ene
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¡Bienvenidos pasajeros! En el primero de un experimento para este 2025, analizaremos un capítulo de televisión, y decidí empezar con Breaking Bad, que la mayoría considera la mejor serie de la historia. En realidad, tengo muy poco que objetar en cuanto a su calidad técnica, y creo que el trabajo con personajes (en particular Jesse) es extraordinario, pero no es mi género favorito y más de una vez me sentí frustrado y abrumado con la historia, algunas temporadas más que otras. Sin embargo, creo que el mejor capítulo que la serie creada por Vince Gallaghan jamás produjo, del que hoy hablaremos con spoilers, es uno de los mejores de toda la historia.
Transmitido originalmente en septiembre de 2013, el catorceavo capítulo de la quinta y última temporada fue escrito por Moira Walley-Beckett y dirigido por Rian Johnson. Dos capítulos antes del final, es quizá el episodio que mejor ejemplifica la caída en desgracia de su personaje central, cerrando varias tramas y coronando arcos con conversaciones significativas. Siendo tan relevante en la trama a gran escala, no es de sorprender que haya gozado de una excelente recepción inicial, ganando el Emmy a mejor guion de drama. Tanto Bryan Cranston (Walter White) como Anna Gunn (Skyler White) seleccionaron este capítulo como muestra de su trabajo al ser nominados al Emmy por actuación protagónica y de reparto, respectivamente; ganando ambos,
Seré sincero, yo era de esos que pensaba que Breaking Bad había perdido su fuerza narrativa tras la salida de Gus de la serie, y como alguien que tiene muchos problemas con la temporada final, debo decir que sin este capítulo el final no habría tenido ningún impacto en mí. Gracias a la agudeza del guion, que hace que cada palabra cuente, y la maestría de Johnson detrás de cámara, quien decide meticulosamente cada plano para encarnar visualmente emociones complejas como la angustia, la soledad y el arrepentimiento; el tema del capítulo es la redención, y creo que es clave para el éxito del final que Ozymandias no ofrece respuestas definitivas, haciendo que la audiencia se cuestione si en realidad hay una posibilidad para Walter, o si sus errores no tienen marcha atrás.
Aunque todo buen capítulo de televisión es la combinación de una serie de pequeñas interacciones, y este no es la excepción; son cinco las que vuelven épico a Ozymandias. La conversación entre Marie (Betsy Brandt) y Skyler recurre para su ejecución a un excelente uso de la ironía dramática, a la usanza de una tragedia griega. La secuencia a la que ésta conduce es una muy necesaria catarsis para el personaje de Walter Jr. (RJ Mitte), en la que confronta a ambos padres de una forma que es satisfactoria, pero también extrañamente agridulce.
Para muchos, el mejor momento del capítulo es la climática llamada de Walter a Skyler, que es uno de los mejores monólogos de Bryan Cranston y, gracias al balance entre explosión emocional y gestos sutiles, el momento más sublime Anna Gunn. Se trata de un intercambio cruel y visceral, pero también meticuloso, en el que la audiencia participa tratando de separar lo real de la mentira. Para mí, aunque la estrategia de Walter es evidente, es difícil negar el cúmulo de emociones detrás de la crudeza de la llamada. En una de las decisiones más inteligentes de escritura que he visto, me parece genial el recurso de adelantarse y jugar con el desprecio (en mi opinión desmedido) contra el personaje de Skyler y simultáneamente hacer que empaticemos con ella mediante una cinematografía íntima a la vez que se le condena de forma clara por su complicidad. Sin embargo, el poder de este final hace que la interacción entre Walter y Jesse se pierda un poco: creo que iniciar con un flashback del piloto es una manera excelente de establecer el contraste, y la confesión del primero sobre su rol en la muerte de Jane, así como su entrega de Jesse es clave para evitar la redención de un villano que, en el resto del capítulo sufre y busca enmendarse.
Cierro con el opening del capítulo, pues es de mis escenas favoritas de toda la serie. Es una secuencia angustiante y cruel, y después de familiarizarnos con su ego y arrogante es fascinante ver a Walter vencido, en su momento más vulnerable. Usando el desierto como motivo no sólo visual sino narrativo, Johnson logra que el arranque del capítulo sea una innegable tragedia, pero magnética, dándole a Hank (Dean Morris), mi personaje favorito de la serie, un final en extremo digno. No disfruto ver a un héroe morir, pero fue una de las mejores decisiones de la serie, que se enlaza con el título del capítulo, un poema de Percy Shelley que ya cubrimos en este espacio. Walter, así como Ozymandias, se creía invencible, y se ve a sí mismo hundiéndose entre el polvo y la arena. Tal es el destino de los orgullosos y arrogantes, al final, de su obra sólo quedarán ruinas, y el cascarón vacío de lo que fue un imperio.
Hasta el próximo encuentro…
Navegante del Clío
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