Papá por siempre
- raulgr98
- 22 ene
- 3 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! En esta polémica temporada de premios, he leído muchas reseñas de las películas que aún no han llegado a México, y en una, sobre la cinta Emilia Pérez, el crítico la describió como una “peor versión de Mrs. Doubtfire”, lo cual es en extremo problemático si consideramos que en la nueva cinta la protagonista sí es una mujer trans, y no un hombre en drag. A reserva de mi propia opinión de la cinta, cuando la vea, ese comentario me inspiró a revisitar la comedia de los años noventa, que se sigue discutiendo hoy en día.
Estrenada en 1993, la película es dirigida por Chris Columbus y escrita por Randi Mayem Singer y Leslie Dixon; la historia sigue a un actor divorciado que se hace pasar por una niñera británica para estar cerca de sus hijos, brincándose una orden judicial. Protagonizada por Robin Williams (Daniel Hillard), Sally Field (Miranda Hillard), Lisa Jakub (Lydia Hillard), Matthew Lawrence (Christopher Hillard), Mara Wilson (Natalie Hillard), Harvey Fierstein (Frank Hillard), Robert Prosky (Lundy), Scott Capurro (Jack), Anne Haney (Sellner) y Pierce Brosnan (Stu Dunmeyer). Un gran éxito taquillero, su reputación ha mejorado pese a las críticas iniciales mixtas e incluso ganó un premio de la Academia a Mejor Maquillaje.
Quiero iniciar con el aspecto que peor ha envejecido de la cinta, y es un puñado de chistes que hoy se considerarían transfóbicos y ofensivos, aunque creo que eso es más un reflejo de la época que un caso particular de malicia por parte de los realizadores. De hecho, considerando que es la primera mitad de los noventa, y que es producida por un gran estudio y destinada a un público familiar, me parece más progresiva de lo que aparenta, no sólo por mostrar abiertamente a una pareja homosexual (y con un propósito que trasciende el humor), sino por tratar de una manera madura y accesible el tema del divorcio y formas alternativas de familias, un tema muy polémico en la época.
Muchos han dicho que la película se sostiene únicamente por el talento de Robin Williams en el protagónico, y sus dotes para la comedia (tanto física como de improvisación) es innegable, y muchas de las secuencias más estrafalarias no funcionarían con otro actor, pero me parece que Sally Field es aún mejor, con una interpretación más contenida, pero también más compleja, en la que tiene que lograr que la audiencia no villanice a la “mamá seria” y entienda sus motivaciones para separarse. En ese sentido, creo que el guion es muy inteligente al reconocer desde un inicio que la actitud de Daniel es egoísta y errada, pese a la simpatía que podamos sentir por su situación; y es gracias a eso que el arco de personaje funciona tan bien como lo hace, con ambos actores brillando en las escenas íntimas en las que se dan cuenta que su relación ha cambiado y que conectan mejor estando separados.
El humor es en su mayor parte un éxito para mí, y Williams logra encontrar el balance entre ser chistoso, incluso aunque las acciones del personaje son intrusivas, sin llegar a lo perturbador, lo que habría arruinado la película. De hecho, su interpretación tiene muchas más capas de las que aparenta en un inicio, pues a Daniel no sólo le cuesta estar sin sus hijos, sino soltar a su ex-mujer, y son las escenas que exploran la relación entre ellos dos algunas de las más emotivas de la cinta. En ese sentido, creo que el personaje de Pierce Brosnan es excelente, pues el que sea una buena persona apúntala el arco narrativo del protagonista, y la historia se refuerza al evitar caer en clichés.
No quiero entrar en más detalles sobre la película, pues creo que a las comedias hay que introducirse con la mente lo más en blanco posible, pero hay un detalle de la resolución que sí quiero compartir: el que Daniel y Miranda no terminen juntos (decisión que no se encontraba en el guion original) es un gran acierto, pues da validez a la existencia del coparentazgo, las familias mixtas y los cambios en las dinámicas de las relaciones, que no alteran sino fortalecen los sentimientos. Es ese realismo humano el que aterriza a una cinta cuyo humor exagerado roza la fantasía, y vuelve a su escena final una de las más conmovedoras del cine familiar.
Hasta el próximo encuentro…
Navegante del Clío
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