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Pimpinela Escarlata

¡Bienvenidos pasajeros! Finalizamos nuestra semana de homenaje a los superhéroes con el personaje más antiguo que pude encontrar que puede clasificarse bajo ese nombre. Aunque surgió originalmente en el teatro, no pude rastrear una copia de la obra original. Por fortuna, la propia autora adaptó su historia a novela dos años después, la primera de una extensa serie, y ese es el formato con el que recomiendo la aventura de hoy.


Aunque por lo general me gusta comenzar con una sinopsis, en este caso el contexto de la autora es clave para comprender la historia: nacida en el seno de la nobleza húngara, la condesa se vio obligada a exiliarse al Reino Unido, y pese a su pobreza (lo que la orilló a buscar una carrera como escritora), defendió hasta el final de sus días la importancia social de la aristocracia, y se opuso con firmeza a los “peligros del comunismo”.


Por lo tanto, no es de extrañar que su creación más famosa refleje esos mismos valores, que han cautivado al público europeo por generaciones. Catalogado como una ficción histórica, la historia se desarrolla durante los primeros años del Terror, posterior a la Revolución Francesa (octubre de 1792), y gira alrededor de un hombre misterioso caballero que libera aristócratas condenados a la guillotina para conducirlos a la libertad en Inglaterra. El enigmático Pimpinela Escarlata (nombrado así por una flor que adoptó como símbolo, y con la que firma sus mensajes) es el personaje más popular, pero en el caso de esta novela la protagonista es la inteligente y bella dama Marguerite Blakeney, quien es obligada por el embajador francés a ayudarlo a descubrir la identidad de Pimpinela, pero una revelación la lleva a cruzar el Canal de la Mancha para salvarlo de una trampa.


Como protagonista, Marguerite resulta una mujer fascinante, pues parece llena de contradicciones: introducida de una forma muy poco empática, carga sobre su consciencia una culpa que la motiva durante toda la novela. Una aparente trepadora social (no pertenecía a la aristocracia en Francia, accede a ella al casarse con un caballero inglés), tampoco manifiesta interés en el dinero, sino que ve el estatus como un vehículo para aumentar su capital cultural (se autodenomina la mujer más inteligente de Europa, algo irónico considerando que es engañada más de una vez durante la historia). Orgullosa y prejuiciosa, tiene sin embargo la suficiente astucia y pasión para que sea una protagonista carismática de seguir, y su ideología personal la hace atractiva a todo tipo de lector: los conservadores gravitan a su desprecio por la violencia y barbarie de los revolucionarios, los liberales a sus simpatías por la causa republicana.


Compuesta por treinta y un capítulos (poco menos de quinientas páginas en mi edición), una virtud importante de la novela es su excelente ritmo, que logra construir intriga y suspenso pese a la falta de acción (el clímax no es un combate, sino una persecución), y aunque se nota la edad en la redacción, la trama mantiene su prioridad sobre el discurso, pese a las extensas descripciones se nota el origen teatral de la historia . Casi cada capítulo es una pequeña historia, lo que le da a la trama una naturaleza episódica con toques de crónica, pues el narrador omnisciente hace comentarios esporádicos sobre el futuro de los personajes, como si de una historia real se tratase (algunos personajes reales aparecen o son mencionados como telón de fondo). En cuanto al tono, la aventura está muy bien construida, y aunque yo ya sabía el giro de trama antes de comenzar la lectura, imagino que debió ser una sorpresa al momento de la publicación. Esta atmósfera de emoción se complementa bien con un humor negro que encontré bastante efectivo. El romance, el otro elemento clave de la novela, toma inspiración y recupera elementos de la comedia de enredos del teatro isabelino, y eso contribuye a que la relación central sea creíble pese a las pocas escenas que los protagonistas tienen juntos.


Otro elemento del que se beneficia la obra es de no seguir el punto de vista de únicamente un personaje, pues el elenco secundario, a través de los cuales conocemos el mundo en los primeros capítulos, es más memorable incluso que el trío protagónico, aportando una buena dosis de humor y una perspectiva más social de la época. Chauvelin a su vez, es un excelente antagonista de esta historia, a la vez malvado y comprometido con sus ideales, pues permite que el duelo sea más de ingenio que físico, lo que eleva el suspenso dentro de la trama. De hecho, si algo tiene la novela como eje temático, más allá de la condena a la violencia revolucionaria (con comparaciones nada sutiles al comunismo), es una asociación de la inteligencia con la mente abierta: todos los errores de los personajes se deben a una incapacidad de observar, y el éxito de Pimpinela radica en la capacidad de explotar la obediencia ciega y los prejuicios de sus enemigos y la sociedad en general (en uno de los pasajes más memorables del libro, el héroe triunfa gracias al antisemitismo de los revolucionarios franceses).


¿Por qué Pimpinela Escarlata se puede considerar el primer superhéroe? Aunque en esta primera novela no utiliza su disfraz característico, ni el dominio de un arma en particular (ambos serían adquiridos en historias posteriores), en él se encuentran muchos de los arquetipos del género: los duelos de astucia, los escapes intrépidos, la guarida secreta y una capacidad casi sobrehumana de disfrazarse e improvisar; pero introduce elementos adicionales como el contar con una liga o equipo de confidentes que conoce su secreto y lo auxilia. Al igual que Zorro, del que hablamos ayer, su identidad civil es la de un hombre adinerado que pasa por tonto y vacuo, una treta para evitar sospechas, pero al ser anterior que éste (y su principal inspiración), nos encontramos ante el primer enmascarado con doble identidad de la historia, y aunque la mayoría de sus sucesores dejarían de lado el aspecto aristocrático de sus motivaciones (al ser en su mayor parte escritos en Estados Unidos), imitarían muchas otras de sus características. Quizá las adaptaciones directas de Pimpinela Escarlata hayan disminuido con el tiempo, pero su legado en la cultura popular está más presente que nunca.




  • Título original: The scarlet Pimpernel

  • Autora: Emma, baronesa de Orczy

  • Año de publicación: 1905




Hasta el próximo encuentro…


Navegante del Clío

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