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Polvo

¡Bienvenidos pasajeros! Lo más difícil de ser un civil en un conflicto es que muchas veces los liderazgos de ambos bandos son igual de deplorables, pero los partidarios de una u otra postura merecedores de la misma empatía. Una de esas posiciones difíciles es la guerra cristera, donde el apego a la legalidad y la fe de muchos mexicanos entraron en conflicto directo, y el tema de la última novela que leí, que reseño esta semana.


Aunque en muchos sentidos es una novela coral, que alterna entre voces narrativas, el protagonista de la historia es un periodista (el único que narra en primera persona) comisionado a Espinazo, Nuevo León, para investigar la veracidad detrás del Niño Fidencio, un presunto hacedor de milagros, en plena Guerra Cristera. De cuarenta y seis capítulos breves, más tres interludios, el ritmo es bastante ágil y el alternar entre puntos de vista y momentos en el tiempo, además del anonimato inicial de muchos de los personajes, ayudan a volver la lectura un ejercicio más interactivo, casi como armar un rompecabezas, donde el lenguaje es accesible pero adecuado a cada voz.


Aunque en sentido estricto esta obra pertenece al género de novela histórica, es una poco convencional, pues la trama es el elemento menos importante de la redacción. Esto no significa que no exista, pues hay una intriga presente y un misterio que produce una tensión constante, pero las resoluciones se pueden percibir como apresuradas (la dinamitera), desaprovechadas (los espiritistas) o incluso anticlimáticas (el mago), pues la prioridad de Taibo es la construcción de atmósfera y de personajes, a los que dedicaremos párrafos por separado.


En polvo los personajes me parecen muy bien delineados, con una caracterización compleja y rasgos físicos que los hacen distintivos incluso cuando no reciben mucha atención en cuanto a la cantidad de palabras se refiere. Explorar mediante una analepsis extensa el trasfondo de tres de ellos (el periodista, el mago y el espía), en secuencias narrativas con sus propios personajes de soporte, que podrían ser una novela en sí misma, ayudan a que los conozcamos muy bien. Hablaré más adelante de la subtrama del protagonista, pero la del mago me pareció un excelente thriller de venganza, con un dolor que palpita sobre la página, y disfruté especialmente el tono satírico en la historia del espía, y el humor con el que el autor critica el fraude de la antropología criminal. Desde el viaje en tren, pero sobre todo una vez que el elenco confluye en Espinazo, las interacciones entre los personajes se vuelven fascinantes, pues influyen uno sobre el otro de forma directa e indirecta, con la amistad entre Lombardo y el protagonista genuina pese a la tensión. Si los momentos emocionales funcionan pese a la "falta" de trama es porque el lector está perfectamente familiarizado con los hombres y mujeres a los que sigue, pero desconoce el rumbo que va a tomar sus vidas.


La otra gran virtud de Benito Taibo como escritor es su facilidad para crear atmósfera, pues utiliza el recurso de la descripción con precisión para lograr un conocimiento profundo del México del siglo XX, y a través de la geografía, entender como era la vida social tanto en el entorno rural como en el urbano; sin necesidad de abstraerse en usos y costumbres, el estilo de vida de las distintas clases sociales y como los hombres y mujeres reaccionaban a lo convulso de la época es comunicado de forma clara, adquiriendo la novela un cariz que no llega a ser costumbrista, pero donde la influencia de la antropología y la sociología son evidentes. La sociedad mexicana no es un monolito, como prueba la selección de personajes, que incluye a pobres y ricos, a estrambóticos y extranjeros, a cultos e ignorantes; y llega a construir a Acapulco y Espinazo como personajes dentro de la historia, casi con personalidad propia, emanada de la detallada descripción que se hace de ellas y sus habitantes, tanto temporales como permanentes.


El trasfondo del novelista como periodista es uno que reluce en su construcción de ambiente y sociedad, que se sienten cercanos al lector por la extensa labor de investigación. La novela cuenta con una breve nota histórica al final, pero dentro del cuerpo de la historia es claro el uso de la historia, no como una crónica sino como una estrategia narrativa más. Aunque muchos de los acontecimientos son ficticios, tanto el niño Fidencio como algunos de los personajes incidentales fueron reales y aunque no son los elementos centrales de la obra literaria, dan un aura fidedigna a las licencias poéticas. Aunque no se recrea en hechos históricos, la realidad social y cultural de la guerra cristera es certera, y celebro la inclusión de discusiones legislativas, breves exploraciones legales y menciones a acciones en la periferia como el asesinato de Serrano y la rebelión delahuertista para hacer más redonda la novela.


Todos los personajes, en un punto u otro de la novela atraviesan por una crisis de fe (sea la que sea, la violencia y la venganza son seguidas por Ulrich con una devoción religiosa, decisión intencional del autor), y sus historias están conectadas por la exploración del fraude, la duplicidad y la mentira, sea por la falsedad de una pseudociencia, los trucos detrás de un acto de magia o el encubrimiento de secretos. Esto, en conjunto con el anonimato o cambio de nombres de los puntos de vista contribuye a este desdoblamiento del ser humano, que va ad hoc con la exploración temática y las preguntas que Taibo se niega a responder ¿se puede tener fe cuando se es víctima de las instituciones? ¿hay bondad dentro de la corrupción y justificación en la mentira? ¿la esperanza salva o mata? ¿cual es la verdadera naturaleza del hombre? Cada lector deberá responder esas interrogantes, pero si hay una postura inequívoca del autor es una crítica fuerte a las instituciones y a la violencia.


Y con esa exploración cierro esta reflexión, pues la recreación que hace Benito Taibo de la Guerra Cristera es compleja, por decir lo menos. Si bien la primera mitad de la novela es marcadamente anticlerical (el narrador es un ateo confeso), hay un cierto movimiento hacia la imparcialidad en la segunda mitad, cuando el protagonista atraviesa su crisis; y es el trasfondo de este personaje donde se explora mejor la verdadera maldad de la guerra: si bien el alto clero y el gobierno están en oposición en el presente, los capítulos en Acapulco situados unos años antes revelan que los poderes son aliados más veces de los que son contrarios, y el personaje central tiene elementos suficientes para odiar a ambos bandos. Y sin embargo, también encuentra amistad, respeto y empatía por creyentes y no creyentes, a la vez que es testigo de una violencia brutal por parte de unos y otros, en una lucha absurda y descarnada donde los constantes en los bandos enfrentados son el abuso de poder e hipocresía por parte de los más poderosos, y como el clericalismo y el anticlericalismo llegaron a niveles iguales de fanatismo, volviendo público algo que siempre debió ser íntimo.



  • Título original: Polvo

  • Autor: Benito Taibo

  • Año de publicación: 2010




Hasta el próximo encuentro....


Navegante del Clío

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