¿Quién engañó a Roger Rabbit?
- raulgr98
- hace 5 días
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¡Bienvenidos pasajeros! Sé que esta es la semana del terror, pero no tenía ánimos para cubrir una película propiamente del género. La solución vino a mí cuando, el fin de semana que planeaba las publicaciones de la semana, encontré en la televisión por cable una película que, aunque no es de terror, me asustó terriblemente de niño, al grado que hay escenas que aún no tolero ver.
Dirigida por Robert Zemeckis, y escrita por Jeffrey Price y Peter S. Seaman, la cinta de 1988 es considerada clave para el resurgimiento de la animación de Hollywood (tanto a nivel de producción como de interés del público). La segunda película más taquillera del año en qué se estrenó, gozó de una excelente recepción crítica, incluyendo seis nominaciones a los premios Oscar, de los cuales ganó tres (edición, edición de sonido y efectos visuales). El elenco en live action está encabezado por Bob Hoskins (Eddie Valiant), Christopher Lloyd (Juez Doom), Joanna Cassidy (Dolores), Alan Tilvern (RK Maroon) y Stubby Kaye (Marvin Acme), mientras que el talento vocal incluye a Charles Fleischer (Roger Rabbit/Benny), Kathleen Turner (Jessica Rabbit), Lou Hirsch (Baby Herman), David Lander (Smart Ass).
Desarrollándose en una alternativa Edad de Oro de Hollywood (1947, para ser exacto), en la que los dibujos animados son seres vivientes, que coexisten con los humanos, la película es una parodia/homenaje del cine noir, y sigue a un prejuicioso investigador humano que se ve obligado a colaborar con un atolondrado conejo animado, incriminado por homicidio.
Tomando muchos de los arquetipos del género, incluyendo al detective roto por un trágico pasado, la femme fatale (encarnada por una caricatura en esta ocasión, con hilarante y un poco perturbador resultado), la corrupción política, el escándalo sexual y la conspiración, pero aprovechando el elemento fantástico para subvertirlo. Aunque son pocos los sospechosos, el misterio está bien construido, con una estructura que hace un buen equilibrio entre todas las piezas del rompecabezas, y maneja múltiples posibles móviles para el asesinato inicial; y si bien el asesino es revelado antes del tercer acto, el desenlace resuelve un par de misterios adicionales, con un giro de trama muy efectivo.
Una producción notoriamente complicada, con un presupuesto altísimo para la época y un rodaje problemático (que implicó trasladarse a Londres), pero los resultados son sobresalientes. No solo el diseño de producción (tanto de los sets y vestuarios como de los segmentos animados) captura a la perfección la nostalgia de los cincuenta, pero también sus claroscuros, usando como eje temático la corrupción derivada del aumento de la industrialización; sino que los efectos especiales son de los mejores de la década, logrados con tomas compuestas (impresionantes en las secuencias más complejas, como las del bar), y resultando en la que sigue siendo, casi cuatro décadas después, la mejor integración de elementos animados y live action jamás lograda, por la complejidad de la interacción.
Las actuaciones, en ambos formatos, son excelentes, y creo que logran caminar la cuerda floja entre los momentos más serios con las secuencias humorísticas más frenéticas y bizarras. Aunque gran parte de los chistes parten de la comedia física, con buenos resultados, en muchos otros aspectos el humor es bastante subido de tono, por lo que difícilmente se podría clasificar como una película familiar. De hecho, creo que el arco narrativo del personaje principal, excelentemente interpretado por Bob Hoskins en una de las actuaciones más redondas de su carrera, resonará más con adultos que con niños, pues implica recuperar la dicha de la diversión, pese a las dificultades. Y en ese mismo sentido, quizá el elemento más fantástico de la cinta, que la convierte en una cápsula del tiempo, pues sería imposible volver a hacerlo hoy en día, son los cameos de caricaturas clásicas, propiedad de múltiples estudios; desconozco cómo fue el proceso legal, pero ayuda a que la realidad del mundo se sienta menos corporativa y más nostálgica.
Cierro brevemente con el apartado del terror, para justificar la inclusión de la película esta semana, y es que cuando la historia se atreve a ir a lugares oscuros, es muy poderosa. Christopher Lloyd da una excelente interpretación antagónica, vi la película siendo muy joven, y el juez Doom formaba parte constante de mis pesadillas: la demostración de la sustancia capaz de matar caricaturas es quizá la muerte más injusta que he visto en una historia de ficción, incluso hoy en día me produce una profunda incomodidad ver la escena; y la utilización de su personaje en el tercer acto es en extremo perturbadora, hay tomas con las que, tantos años después, aún siento la tentación de cerrar los ojos. No fue el primer personaje que me produjo miedo, pero quizá el que ha tenido la estancia más prolongada en mi subconsciente.
Hasta el próximo encuentro…
Navegante del Clío
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