Salambó
- raulgr98
- 3 ene 2023
- 4 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! La literatura clásica del siglo XIX está marcada en gran medida por los franceses (Dumas, Hugo, Balzac, Stendhal, Baudeleire, etc.). En esta ocasión, quiero recuperar una novela un poco menos conocidas: Salambó, de Gustave Flaubert.
Obra que siguió a la famosísima Madame Bovary, en su momento controvertida, en esta Flaubert regresa al género de la novela histórica al recuperar la llamada Guerra de los Mercenarios, un escenario poco conocido en el que los bárbaros que Cartago había reclutado se rebelan contra la ciudad por falta de pagos entre la primera y la segunda guerra púnica. Sin embargo, como buen francés, Flaubert no se limita a narrar la historia sino que agrega el elemento de romance para, en sus palabras, "hacer disfrutable el texto".
Por lo tanto, en realidad el eje narrativo de la obra es el triángulo amoroso entre el personaje ficticio Salambó (hija del general Amílcar Barca y por lo tanto hermana mayor de Aníbal) y dos de los jefes de los mercenarios: el libio Matho y el númida Narr'Havas. Las intrigas del esclavo Espendio, la corrupción del gobierno cartaginés (personificado en el obeso Hannón) y el fanatismo religioso son subtramas que contribuyen a crear un retrato completo de la guerra y el mundo antiguo.
Primero que nada, quiero comentar una breve lección de historia: en la Francia del siglo XIX había dos principales escuelas literarias: la de Balzac y la de Flaubert. Ambas inmersas dentro del realismo, que buscaba capturar la mayor cantidad de detalles posibles para facilitar la imaginación al lector, se distinguían en la manera en que se aproximaban al lenguaje. Para el primero, lo importante era tener una producción extensa, rápida, en la que las palabras fueran más coloquiales y sirvieran exclusivamente como un vehículo para la narrativa; mientras que el segundo, quizá más influido por el romanticismo, consideraba que una obra debía ser tallada de forma precisa y lenta, tomándose el tiempo para seleccionar con cuidado cada palabra, releyendo en voz alta cada palabra y reescribiéndolo todas las veces necesarias.
Para ejemplificar estet proceso creativo, creo que es relevante contar el proceso de elaboración de Salambó: La idea le surgió al novelista tras conversar con el historiador Michelet, convenciéndolo de la necesidad de recuperar en la literatura el conocimiento de la cultura cartaginesa, que corría el riesgo de caer en el olvido en comparación con la extensa producción sobre Roma, Grecia y Egipto. Tras decidir inventar al personaje de Salambó, pasó nueve meses sin escribir una sola palabra, inmerso en leer libros de historia (particularmente Polibio) así como visitando bibliotecas y museos para familiarizarse con artesanías, monedas e inscripciones cartagineses. Según sus biógrafos, no fue hasta septiembre de 1857 que comenzó a redactar, pero desechó el manuscrito a los dos meses, pues no le convencía sus descripciones, por lo que viajó a Túnez para poder describir con exactitud el paisaje y los detalles de donde existió la ciudad.
Una vez vuelta a iniciar la escritura, su estilo de cuestionarse, buscar las palabras correctas con extremo cuidado hicieron que el proceso fuera arduo antes de finalmente publicarse el 24 de noviembre de 1862:
Los tres primeros capítulos tardaron siete meses: Se presenta a los personajes, los mercenarios se rebelan y sitian Cartago.
Del cuatro al seis, nueve meses: Asedio y descripción de la ciudad, robo del zaimph (velo religioso al que se le asigna un valor místico).
En el séptimo capítulo, que versa sobre el regreso de Amílcar y su toma del mando militar, demoró ocho meses.
Pasó un año completo en los cinco siguientes (8-12): las batallas de Amílcar y la recuperación del zaimph.
Finalmente, tardó nueve meses más en los últimos tres capítulos; el brutal sacrificio a Moloch y los combates finales, así como la conclusión del triángulo amoroso.
Aunque comete inexactitudes históricas, creo que la obra de Flaubert es un excelente ejemplo de como la literatura es una herramienta muy útil para conocer del pasado, pues las descripciones históricas son vívidas y permiten traer al presente conocimientos perdidos. Además de conocer la cultura cartaginesa, la historia es interesante y tiene suficiente acción y romance para interesar a todo tipo de lectores, pero es el lenguaje el verdadero protagonista, pues logra ser refinado sin caer en lo pretencioso. Por lo tanto, para cerrar esta recomendación, los dejo con un párrafo en el que se describe la ciudad, que no arruina nada de la trama pero es una muestra del extenso proceso de investigación que precedió a la escritura:
"Por detrás, la ciudad desplegaba en anfiteatro sus altas casas de forma cúbica. Eran de piedra, de tablas, de guijarros, de cañas, de conchas y barro apisonado. Los bosques de los templos formaban como lagos de verdor en esta montaña de bloques, pintados de diversos colores. Las plazas públicas estaban niveladas a distancias desiguales; innumerables callejuelas se entrecruzaban, cortándolas de un extremo a otro. Se distinguían los recintos de tres viejos barrios, ahora confundidos, destacándose acá y allá como grandes escollos, en los que se alargaban enormes lienzos, medio cubiertos de flores, ennegrecidos, muy manchados por el arrojo de las inmundicias, pasando las calles por sus amplias aberturas como ríos bajo puentes".
Título original: Salammbô
Autor: Gustave Flaubert
Año de publicación: 1862
Editorial: Varias
Hasta el próximo encuentro....
Navegante del Clío
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