Shakespeare enamorado*
- raulgr98
- 26 oct 2022
- 3 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Muchas han sido ya las adaptaciones a la pantalla de las obras del dramaturgo inglés, pero en esta ocasión de la película recomendada preferí buscar una que se centrara más en la vida del autor que en recrear su trabajo, por lo que les presento Shakespeare enamorado.
Estrenada en 1998, la cinta es dirigida por John Madden, con un libreto de Marc Norman y Tom Stoppard. El elenco está dirigido por Joseph Fiennes (William Shakespeare) y Gwyneth Paltrow (Viola de Lesseps), mientras que el elenco secundario está integrado, entre otros, por Geoffrey Rush (Phillip Henslow), Colin Firth (Lord Wessex), Ben Affleck (Ned Alleyn), Imelda Staunton (nodriza), Martin Clunes (Richard Burbage) y Judi Dench (Elizabeth I). La cinta fue un éxito comercial y estuvo nominada a 13 Premios de la Academia, de los cuales ganaría siete: Banda Sonora, Diseño de vestuario, Dirección de arte (hoy diseño de producción), Guión original, Actriz de reparto (Dench), Actriz protagónica (Paltrow) y Mejor Película (en una controvertida votación).
La historia no tiene mayor complejidad, pero es esta simpleza precisamente la que le da su valor a la película, pues permite explotar el romance y cierta inocencia de la época. En la trama, Shakespeare batalla para encontrar inspiración cuando inicia un ilícito romance con la rica Viola de Lesseps, quien se ha disfrazado de hombre para poder actuar (las mujeres tenían prohibido participar en teatro). Mientras su relación avanza y se pone a prueba, Shakespeare retoma elementos de lo que está viviendo para transformar su libreto original en lo que eventualmente se convertirá en Romeo y Julieta.
Las actuaciones de todo el elenco podrían ser acusadas de exageradas, pero me parece que esto es parte de lo brillante de la dirección y el trabajo de los actores. Esta grandilocuencia, con interpretaciones que a veces juegan con los límites de lo verosímil (aunque en mi opinión nunca los cruzan) dota a la película de una atmósfera más cercana al teatro, jugando con niveles narrativos al hacer sentir al espectador que está presenciando un montaje dentro de otro, una especie de fantasía atemporal.
Los elementos técnicos creo que son los que más destacan, pues el equipo creativo tuvo mucho cuidado y atención al detalle al recrear el Londres de finales del siglo XVI. Los colores brillantes y las escenografías rústicas en los vestuarios resaltan automáticamente, pero estos son tratados con respeto, pues en ningún momento me pareció estar viendo disfraces baratos o falsedad en los sets, sino un estilo verosímil aunque estrambótico, característico de una puesta en escena, algo deseable ya que toda la trama gira en torno al teatro y la pasión de la vida actoral.
Sin embargo, antes de continuar debo advertir al lector de los peligros de tomar la cinta como acontecimientos verídicos, pues se ha documentado en otros espacios las muchas inexactitudes históricas. Por mencionar algunas, el bardo de Avon probablemente no batalló para escribir Romeo y Julieta, pues se basó en un original italiano; Viola y Wessex son personajes ficticios (aunque el resto del reparto secundario existió, y los roles que desempeñan en la trama fueron funciones reales del mundo actoral) y la resolución de la trama hubiera sido claramente imposible (no contaré aquí detalles).
¿Por qué estoy recomendando la película entonces? Por qué creo que a pesar de que los acontecimientos sean ficticios, es una manera muy didáctica de comprender como se hacía el teatro en la era isabelina, para que el espectador comprenda un mundo muy diferente al actual, pues el contexto general, la competencia entre compañías, las leyes anti escándalo y la compleja y a veces molesta relación entre actores, dramaturgos, productores, censores y gobierno está muy bien representado.
Además, si algo se le debe reconocer al libreto es el amor al trabajo de Shakespeare. Casi toda la película contiene, evidentemente, referencias a Romeo y Julieta, pero el diálogo, la utilería y algunos chistes y acciones son en clara alusión a toda la obra del autor. Un espectador atento se divertirá mucho buscándolas, pues las referencias escondidas incluyen, pero no están limitadas a El mercader de Venecia, Noche de Epifanía, Hamlet, Macbeth e incluso algunos de los sonetos (toda esta bibliografía será desglosada en el texto del viernes).
En conclusión, Shakespeare enamorado puede ser quizá demasiado teatral para algunos gustos, pero aquellos interesados en mirar a la ventana de la época representada encontrarán que los cineastas sienten tanta pasión por el mundo de Shakespeare como la que motiva a sus personajes.
Hasta el próximo encuentro
Navegante del Clío
*Disponible en Prime Video
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