Spotlight
- raulgr98
- 8 may 2024
- 4 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Un error común cuando se habla de periodismo es que la inmediatez debe ser la prioridad, escribir la nota lo más rápido posible. Sin embargo, hay veces en las que tomarse el tiempo necesario es fundamental para tomar responsabilidad y lograr un cambio. Para reconocer este periodismo de investigación, el día de hoy recomiendo una de las mejores que toca el tema: Spotlight.
Dirigida por Tom McCarthy, quien coescribe el guion con Josh Singer, la cinta de 2015 fue un éxito comercial y crítico, ganando dos Oscares de seis nominaciones (Mejor guion original y Mejor película). El elenco de primera está integrado por Michael Keaton (Walter "Robby" Robinson), Mark Ruffalo (Michael Rezendes), Rachel McAdams (Sacha Pfeiffer), Brian D'Arcy James (Matt Carroll), Stanley Tucci (Mitchell Garabedian), John Slattery (Ben Bradlee Jr,), Billy Crudup (Eric MacLeish) y Liev Schreiber (Marty Baron).
La cinta puede ser difícil de ver, dado que sigue a un grupo de periodistas que descifra el sistema de encubrimiento de sacerdotes pederastas en la comunidad de Boston, lo que dio origen a denuncias similares en todo el mundo hacia la iglesia católica. Sin embargo, me parece que aunque en términos generales la dirección de McCarthy no me parece tan innovadora en un sentido estético, demuestra mucha prudencia, respeto y buen gusto al tratar el tema central, pues en ningún momento la cinta es explícita, pero se le da el peso apropiado a testimonios desgarradores de sobrevivientes.
Otro de los grandes aciertos de McCarthy, y la que creo que es su mayor virtud como director, es el trabajo con actores, pues la cámara tiende a permanecer enfocada en los rostros y pequeños gestos del elenco, resultando en un ensamble muy sólido, en el que el elenco da actuaciones quizá más contenidas de lo usual, pero también más poderosas (creo que es uno de los mejores papeles de Keaton, y sin duda el mejor que Schreiber ha tenido en su carrera, y resalto también a los actores que interpretan a los personajes secundarios, que hacen mucho con una sola escena). Por otra parte, el mejor elemento de la película es el guion, pues los diálogos tienen una cualidad muy madura, pero aún así accesible para el público en general, y logra balancear sus muchas piezas en movimiento a través de una estructura sólida. La exploración temática de la cinta se divide en dos aspectos, que abordaré por separado: el periodismo y la investigación.
Horrorizarse ante las agresiones sexuales es natural, y creo que hacer que la gran mayoría de los participantes hayan sido católicos (aunque ya no practiquen de forma regular) ayuda a que la historia se sienta más íntima. Los testimonios son brutales, y tratar a las víctimas de abuso como sobrevivientes (pues hay muchos que mueren por suicidio o adicción, producto del trauma) es un ángulo que creo importante enfatizar. Los debates entre los personajes sobre la crisis de fe que resulta de los descubrimientos es fascinante, así como la necesidad de personajes externos (el judío editor interpretado por Schreiber y el abogado armenio interpretado por Tucci) para detectar problemas; y tras ver la película es muy fácil entender la crisis de las instituciones religiosas, no sólo por la agresión de los individuos, sino por el encubrimiento de la organización, que viola a las víctimas de muchas maneras más allá de la física (le quita a los jóvenes afectados la fe, no sólo en la religión, sino en la vida y las personas). El efecto que tiene este secreto a voces en una comunidad de mayoría católica, desde los abogados hasta las víctimas, de los sacerdotes a los periodistas resulta en una mirada polifacética, en la que incluso hay intentos por entender a los depredadores sexuales (la participación de un psicólogo y un sacerdote retirado, que en su conjunto dan indicios de los problemas del celibato, el desarrollo mental paralizado y la racionalización del ciclo de violencia son muy interesantes). La película no le dice a la gente que concluir sobre la iglesia en general, pero me parece que el juicio que realiza es justo, y los creyentes agradecerán el esfuerzo del guion, a través de uno de los personajes, por ser explícito en que fe e iglesia no deben estar tan estrechamente relacionados y se puede separar uno de la otra, seguir los principios de la primera sin negar las debilidades humanas de la segunda.
En cuanto al aspecto periodístico, me parece que es una cinta muy bien investigada, pues revela un conocimiento profundo del proceso de elaboración de un reportaje. En ese mismo sentido, tomar una historia que requiere décadas de información fue un gran acierto, pues muestra tanto los desafíos que implica el rastreo, como los distintos métodos de obtención de datos (archivos, entrevistas, medidas legales, etc.). El periodismo no puede desprenderse del contexto, y la película lo entiende, logrando que el 11 de septiembre juegue un papel dentro de la historia, al retrasar la elaboración del reportaje. Esta investigación, ganadora de un Pulitzer, fue un esfuerzo colaborativo, y el guion es muy hábil para darle una personalidad distintiva a cada uno de los periodistas, representando cada uno un aspecto distinto de la labor (Keaton es la prudencia que exige comprobar todos los datos, McAdams la empatía que se debe tener con los entrevistados, y a través del personaje de Ruffalo se explora la responsabilidad moral que tiene el reportero de denunciar, por mencionar algunos ejemplos). Aunque la elaboración de la investigación es sin duda el elemento central, dedicar tiempo a la vida íntima de los personajes, y ver como las revelaciones los afecta a un nivel personal (sobre todo el peso de tener que guardar secretos para que otro medio no les robe la historia) ayuda a que se sienta como un drama más humano, alejándolo del cine documental en el que fácilmente podría haber cabido, llamando a la audiencia a tener más empatía, pues muchas veces es sólo el azar lo que nos salva de ser víctimas.
No se puede negar que el equipo Spotlight del Boston Globe salvó vidas (aunque el Vaticano tardó dos papados más en tomarse en serio el problema), pero yo me quedo con una imagen brutal: dos víctimas abusadas un par de semanas antes de la publicación de la historia, porque se tomó la difícil decisión de retrasarla para confirmar un dato ¿valió la pena sacrificar a estas dos víctimas, para visibilizar una cruel verdad? Los personajes no saben la respuesta, y la película tampoco, eso le corresponde al espectador responder.
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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