Terminator 2: día del juicio final
- raulgr98
- 12 abr 2023
- 3 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! Después del descanso de semana santa, regresamos a la trilogía de James Cameron, buscando descifrar las claves de su éxito, con su otra secuela emblemática: Terminator 2.
Estrenada en 1991 (siete años después de la original, también dirigida por Cameron), el director rueda una historia escrita por él mismo en colaboración con William Wisher. Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger regresan a sus papeles emblemáticos como Sarah Connor y el T-100 respectivamente, siendo las nuevas incorporaciones al elenco Edward Furlong (John Connor), Robert Patrick (T-1000) y Joe Morton (Miles Dixon).
Desarrollándose once años después que la cinta original, la película sigue a John Connor y su madre Sarah, quienes deben escapar de androides asesinos del año 2029, quienes han viajado al pasado para eliminar a John (futuro líder de la resistencia contra las máquinas) mientras aún es niño. Con ayuda de un inesperado protector, los héroes se lanzan a un intento desesperado por evitar el día del juicio final.
Aunque la primera cinta presenta un concepto interesante y es efectiva como thriller de acción, en mi opinión esta película lo supera en todos los aspectos. En los premios Oscar, la película ganó Mejor maquillaje, Mejor sonido, Mejor edición de sonido y Mejores efectos visuales, además de otras dos nominaciones, mientras que en la taquilla se convirtió en la película más taquillera de ese año, y entonces la tercera de la historia.
La historia me parece sensacional, pues le permite al guion explorar a la perfección la condición humana a través de la violencia: después de años de paranoia, Sarah Connor se ha convertido en prácticamente una máquina, mientras que el T-100 encuentra su humanidad pese a ser artificial. Esta exploración, que complementa los temas de ambición y arrogancia corporativa presente en casi toda la filmografía de Cameron, se complemente con el aspecto de ciencia ficción, y la pregunta de Qué significa ser humano es realzado por Hamilton y Schwarzenegger, quienes dan las mejores interpretaciones de sus respectivas carreras, la primera al encarnar un nuevo tipo de protagonista femenino, no sólo con características típicamente masculinas, sino moralmente ambiguo, mientras que el segundo es sorprendentemente divertido y conmovedor considerando el frío estilo de decir el diálogo.
Como comentamos en el análisis pasado, una de las fortalezas del estilo directorial de Cameron es la manera de coreografiar secuencias de acción, y gracias a la variedad de locaciones (hospital, carretera, oficina, fábrica, etc.) y vehículos involucrados (motos, camiones, helicópteros), que le dan identidad propia a cada una, para muchos Terminator 2 es la mejor película de acción jamás rodada, aprovechando el diseño de producción al máximo el presupuesto incrementado con respecto a su antecesora. Sin embargo, el elemento revolucionario que quiero comentar aquí es el trabajo que realizó el equipo de Cameron en efectos especiales.
Con excepción de Star Wars, Terminator 2 es sin duda la película más revolucionaria en efectos especiales de la historia, pues fue la primera en usar CGI de manera efectiva y frontal, no sólo para acentuar detalles, y la innovación tecnológica fue usada posteriormente para películas emblemáticas que hemos comentado anteriormente como Jurassic Park o la trilogía del señor de los anillos. En particular el T-1000, androide hecho de metal líquido y que por lo tanto puede manipular su forma, densidad y volumen, fue un efecto en su momento imposible de creer, y que se mantiene vigente dos décadas después. La inteligencia de Cameron y su equipo fue que combinaron este avance en animación con computadora con efectos prácticos en la medida de lo posible (sobre todo las explosiones), lo que junto con una cinematografía enigmática permite que la audiencia acepte más fácil el efecto. En resumen, esta me parece que es la principal razón por la que las cintas del director son tan efectivas, pues Teminator 2 fue sólo el inicio de lo que se convirtió en casi una obsesión por revolucionar los efectos especiales: a partir de esta cinta, e incluyendo la saga Avatar, se puede contar con que cada nueva película represente un nuevo descubrimiento impresionante en el apartado de efectos visuales.
Sin más que agregar, los dejo con mi recomendación de una de las más redondas películas de acción, pues dirección, guion, actuaciones y efectos están perfectamente equilibrados. Sin embargo, Cameron es más que un director de acción, por lo que la siguiente semana desglosaremos su Magnum Opus: Titanic.
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
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