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Tick, Tick...Boom!

¡Bienvenidos pasajeros! El arte está destinado a sobrepasar a su autor, a transformarse y honrarlo en formas inesperadas. El mes pasado comentamos un musical que se aleja de las convenciones del género, y hoy quiero seguir con el teatro experimental, dándole el reconocimiento a una obra nacida en el circuito Off-Broadway (fuera de los 41 asientos de más de 500 asientos que conforman el circuito), que nunca se estrenó en Broadway y tardó ocho años en llegar al West End: Tick, Tick...Boom!


La obra, semi autobiográfica, sigue a un joven compositor en los años noventa, experimentando una crisis de identidad por la falta de triunfos palpables. Acorde con el periodo histórico, el álbum tiene fuertes inspiraciones del rock y el movimiento bohemio; buscando (con éxito en mi opinión) reflejar en la música el frenesí y estilo de vida ecléctico del periodo, lo que la convierte en una de las bandas sonoras con mayor autenticidad neoyorquina que existen, y muchos de sus recursos más sutiles son difíciles de captar si no se ha experimentado la vida en la ciudad. Alternando entre el drama ("real life", "why") y la comedia ("therapy", "no more"), incorporando varias influencias a Stephen Sondheim, la versión final de la obra cuenta con catorce canciones, de las cuales las más resonantes para mí son el energético número inicial "30/90", la balada tradicional "Come to your senses", el número coral "Johnny can't decide" y el reflexivo cierre "Louder than words", que muestran la versatilidad de Larson como compositor.


El montaje es notorio por la falta de él, lo que no denota simpleza, sino un tipo distinto de complejidad. Con un sólo acto, poca escenografía y tan sólo tres actores en el escenario, comunicar el cambio de tiempo, lugar, personaje y tema depende exclusivamente de una precisa coreografía de actores, de estilo minimalista, centrada en la corporalidad y la gesticulación. Quizá esa sea la razón por la que nunca pudo colocarse en Broadway, pese a su éxito en otros circuitos dentro y fuera de Estados Unidos (incluyendo una gira nacional), pues el teatro en éste ha evolucionado a incorporar el espectáculo, y la dirección intimista de Tick, Tick, Boom... requiere una mayor suspensión de la incredulidad, un compromiso que muchas audiencias no están dispuestas a asumir.


Los temas de la obra involucran la duda existencial, la búsqueda de un legado y el significado de la vida; y es por eso que dejé para los últimos párrafos la historia de la elaboración del musical, una tragedia injusta. Jonathan Larson presentó la obra como un monólogo (interpretando los tres roles principales) en 1990, en algunos talleres. Abandonándola para concentrarse en sus otros proyectos, no puedo revisitarla, pues murió en 1996, a los 35 años, un día antes del preestreno de su obra Rent, que póstumamente le ganaría reconocimiento internacional. Cinco años después, David Auburn tomó el bosquejo y lo rediseñó en su formato actual, respetando casi en su totalidad la idea original (por lo que Larson conserva el crédito por el libreto). Por lo tanto, esta obra se podría considerar una pieza de acompañamiento de Rent, y un vistazo único a la mente de un artista y sus miedos antes de su gran momento, uno que, en una de las mayores desgracias del género, no llegó a ver. En lo poco que el mundo pudo ver de él, Larson se mostró como un precursor de los musicales experimentales del siglo XXI y un puente con la tradición de Sondheim y sus pares. Jonathan Larson fue un joven que vivió intensamente, con tal fuerza que, volviendo a mi oración inicial, su obra cobró vida propia: la adaptación cinematográfica estrenada en 2021, es a la vez un retrato de la década (al hacer explícito el miedo al VIH y expandir a los personajes secundarios), una recreación fiel de la obra misma y una biografía de su creador, en un esfuerzo que considero supera incluso a su forma original, pero que a la vez sirve como un bello pero agridulce homenaje, y realza el carácter predictivo del monólogo original, años antes de que la llama se extinguiera.




  • Año de estreno: 2001 (Off Broadway)

  • Letra: Jonathan Larson

  • Música: Jonathan Larson

  • Libreto: Jonathan Larson (reestructurado por David Auburn)

  • Dirección: Scott Schwartz

  • Elenco original

    • Raúl Esparza (Jon)

    • Jerry Dixon (Michael/otros personajes masculinos)

    • Amy Spanger (Susan/otros personajes femeninos)




Hasta el próximo encuentro...


Navegante del Clío

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