Tren a Busan
- raulgr98
- 13 sept 2023
- 4 Min. de lectura
¡Bienvenidos pasajeros! De todos los monstruos del género de terror, el zombie es por mucho el que menos disfruto. Aunque tiene una larga y profunda historia en el cine, sobre todo la versión de George A. Romero, nunca los he considerado terroríficos o una amenaza seria, y creo que su potencial temático no es tan fuerte como con otras criaturas (en los mejores casos es un comentario sobre el capitalismo). Sin embargo, el día de hoy les traigo una película coreana que en mi opinión mejora mis dos principales críticas: Tren a Busan.
Estrenada en 2016, la película es dirigida por Yeon Sang-ho y escrita por Park Joo-Suk; siendo protagonizada por Gong Yoo (Seok-woo), Jung Yu-mi (Seong-kyeong), Ma Dong-seok (Yoon Sang-hwa), Kim Su-an (Su-an), Choi Woo-shik (Min Yong-guk), Sohee (Kim Jin-hee), Kim Eui-sung (Yon-suk), Choi Gwi-hwa (Homeless), Park Myung-sin (Jong-gil), Ye Soo-jung (In-gil), Jang Hyuk-jin (Ki-chui) y Jeong Seok-yong (Conductor). Sumamente exitosa en taquilla, sobre todo considerando la barrera lingüística, es considerada un clásico moderno del género de zombies.
Salvo un emocionante intermedio en una estación, casi toda la película transcurre dentro de un tren que parte de Seúl con dirección a Busán, un grupo de pasajeros batalla por sobrevivir cuando una súbita infección se desata. El espacio contenido es un recurso fenomenal del guion para aumentar la tensión, pues los personajes no tienen escapatoria y los recursos son finitos, lo que los obliga a ser más creativos en la solución de problemas. Adicionalmente, las circunstancias obligan a personajes completamente distintos a coexistir, aprovechando sus conflictos para enriquecer el drama.
El primer elemento que quiero mencionar es el de los zombies, pues en esta película son veloces y prácticamente indestructibles, la versión de los monstruos que prefiero pues son una amenaza real para los personajes, y descubrir sus debilidades es un punto clave en la trama. El tren es un conjunto de sets, lo que permitió que las secuencias de acción den la sensación de confinamiento sin que las tomas se sientan abarrotadas (el movimiento es perfectamente visible en todo momento y el trabajo de iluminación es preciso). Gracias a una dirección frenética y un excelente trabajo de maquillaje (y la actuación corporal del equipo de dobles), una vez que la crisis se desata no hay un momento de respiro para la audiencia, sobre todo en el segundo acto que se desata cuando los sobrevivientes son divididos en tres grupos, y uno debe atravesar cuatro vagones para reencontrarse con el otro.
Además del aspecto técnico, el mejor elemento de la cinta es sin duda el trabajo con personajes, pues todos los actores (muchos de los cuales son estrellas premiadas en su país natal) se toman el trabajo con absoluta seriedad. Los doce personajes que mencioné anteriormente tienen una personalidad distintiva, y sus motivaciones son definidas desde el primer momento (los héroes tienen mucho carisma, los villanos son fácilmente odiables). Además, jugar con la profesión y sobre todo con la edad del grupo permite que ninguna conversación se sienta monótona. Aunque todos hacen un trabajo impecable, Kim Jon-hee es un villano excelente (aún mejor que los zombies), Gong Yoo tiene un arco de personaje conmovedor y Ma Dong-seok domina todas sus escenas como el que probablemente es la brújula moral y corazón de la cinta. La historia no tiene miedo a matar a sus personajes, y la banda sonora realza los mayores momentos emocionales, lo que resulta en una experiencia agridulce pero efectiva.
Aunque normalmente me molesta, creo que en la ocasión funciona para la historia que los orígenes de la pandemia no sean explicados nunca, pues ayuda a fortalecer el virus como una inevitabilidad de la naturaleza. Sin embargo, este no es el único comentario alrededor de la enfermedad, pues una de las pocas pistas a su génesis es una crítica explícita a la inmoralidad de las prácticas corporativas, algo explorado a lo largo del metraje en dos de sus personajes principales. El conflicto entre clases sociales es el eje temático de la cinta al juntar a dos personas de clase alta con una pareja de clase media y un vagabundo. La dirección juega con los prejuicios de la audiencia al lograr que desconfíes de este último, al igual que los personajes, cuando la verdadera amenaza proviene de otros individuos. El gobierno en esta cinta miente y manipula sin el menor rastro de empatía, pero sus técnicas represivas se vuelven totalmente inútiles. Sin embargo, la autoridad no es la única fuerza antagónica, pues en la reacción a la crisis de los personajes vemos la facilidad con la que algunos hombres y mujeres se dejan dominar por el miedo, con el egoísmo dominando sus impulsos. Sin embargo, existen las personas que se sobreponen a la circunstancias por proteger a los suyos, e incluso los peores entre ellos pueden alcanzar la redención, explorada sobre todo a través de la paternidad. Los dos personajes principales son un padre soltero y el marido de una mujer embarazada, pero su situación económica provoca que la perspectiva que tienen sobre la vida y la familia sea radicalmente distinta, pero sus conversaciones y evolución son el aspecto más emotivo de la cinta, mostrando una pequeña luz de esperanza en medio del peor de los desastres.
Hasta el próximo encuentro...
Navegante del Clío
Como te dije cuando platicamos sobre el tema, nunca me percaté de que la película tuviera ese trasfondo. ¡Excelente análisis!