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Wicked: la historia no contada de las brujas de Oz*

¡Bienvenidos pasajeros! Me cuesta creer que hoy se cumple un mes de la primera publicación en esta travesía, y no puedo hacer más que agradecer a todos los que me han acompañado, ya sea constante o esporádicamente. Para celebrar, en esta ocasión discutiré uno de los musicales más conocidos de la historia, un cuento mágico llamado Wicked: la historia no contada de las brujas de Oz.


Basado en la novela Wicked: vida y tiempos de la malvada bruja del oeste, publicada en 1995 por Gregory Maguire. Tanto la novela como el musical están inspirados en la historia y personajes creados por L. Frank Baum, si bien el primero se acerca más al libro de 1900 y el segundo a la película de 1939.


La historia del musical sigue la relación entre Elphaba (quien está destinada a convertirse en la malvada bruja del oeste) y Glinda (conocida en el futuro como la bruja buena del sur). mostrando como pasan de rivales a amigas, y a rivales nuevamente. El primer acto es lo que se puede considerar la historia de origen de ambos personajes mientras son estudiantes universitarios, mientras que el segundo salta 10 años al futuro y cuenta otra perspectiva del Mago de Oz, donde personajes del primer acto regresan con giros sorprendentes que deleitarán a los fanáticos del libro o la película original.


En cuestión de montaje, la dirección no es espectacular, pero si se distingue por escenografías complejas, un excelente trabajo de maquillaje (tanto para animales parlantes como para la propia protagonista) y efectos especiales de alto presupuesto que logran capturar una sensación de asombro y magia, quizá uno de los motivos por los que la obra ha perdurado tanto tiempo en escenarios.


Nominada a diez premios Tony (incluyendo Mejor musical y mejor banda sonora), fue derrotada en casi todos por Avenue Q, aunque sí triunfó en las categorías de diseño de escenografía, diseño de vestuario y mejor actriz (para Idina Menzel, quien venció, entre otras nominadas, a su coestrella Kirstin Chenowet). Una algo decepcionante participación en la temporada de premios no afectó el legado de la obra, pues se ha montado en 16 países y se ha representado en Broadway de manera ininterrumpida por casi 20 años, siendo la segunda obra más taquillera en la historia del género y una de sólo 3 en superar los 1000 millones de ganancia (ya descontando costos de operación) (las otras dos son El fantasma de la Ópera y El Rey León), convirtiéndose en una clara inspiración para musicales posteriores (como Frozen) y siendo referenciada por innumerables series y películas (por ejemplo, la serie Glee interpretó tres de las canciones del musical, incluso grabando una en el teatro original).


Creo que aparte de la producción y la música (que comentaré más adelante), son tres los principales motivos por los que este musical ha influido tanto entre el público. El primero de ellos es el contenido temático, pues a pesar de ser un libreto con alto grado de comedia, hay mensajes profundos que explorar, siendo los principales una crítica a la discriminación (tanto a Elphaba como a los animales), una exploración de la naturaleza cambiante del bien y el mal, y un comentario agudo sobre el poder, donde la propaganda, la manipulación de masas y el carisma personal son más importantes que la moral o la capacidad para controlar una población, llegando estos tres elementos a tal punto que son capaces de tergiversar la realidad y reescribir la historia.


Un segundo elemento es la relación entre las dos protagonistas. Aunque el romance es un aspecto clave dentro de la historia, creo que lo que hay que resaltar de este libreto es que no le da el peso principal a las relaciones de pareja, sino a una amistad. Presenciar en cine, televisión o teatro una genuina amistad entre personajes femeninos es raro, y es aún más extraño que la historia gire en torno a esta dinámica. Wicked se convierte de esta manera no sólo en una exploración de la complejidad que es crear y preservar una amistad a lo largo del tiempo, sino en un comentario de las distintas visiones de la feminidad y como estas marcan la identidad y crean roces y tensiones entre las protagonistas, sin que esto reste valor a la amistad que la obra construye.


El tercer elemento a resaltar, presente en el segundo acto, es la astucia con la que se relaciona con la historia original, particularmente la película clásica. Al elegir "llenar los huecos" en los que Dorothy no aparece (de hecho el personaje sólo es mencionado, nunca aparece en el escenario más que como una sombra) la obra evita el contradecir la película, lo cual crea una dinámica interesante en la que el espectador puede ver la cinta original y el musical como complementos de una misma historia si así lo desea, en lugar de versiones alejadas y completamente diferentes.


Finalmente, se debe hacer mención especial de la música de Stephen Schwartz (famoso por haber contribuido para películas como el jorobado de Notre Dame, el príncipe de Egipto y Encantada, así como las obras Godspell y Pippin). Los 21 números musicales tienen una orquestación atemporal, lo que contribuye a crear una atmósfera de cuento de hadas, a la vez que son capaces de insertar referencias modernas veladas en la letra y transmitir un cúmulo de emociones complejas que definen la identidad de los personajes sin perder en ningún momento la chispa y el ingenio. Aunque la mayor parte de los lectores estará familiarizado con las tres canciones más importantes: Defying gravity, Popular y For Good (siendo quizá las tres mejores composiciones de la obra) en este espacio quiero hacer breve mención a otras tres canciones que en mi opinión demuestran el rango de la obra de Schwartz. What is this feeling? es de las canciones más divertidas en el circuito de Broadway pues es en esencia una perversión de un clásico tema de amor, convertido en un himno a la enemistad, mientras que su contraparte As long as you're mine es quizá una de las canciones más románticas del teatro musical del siglo XXI. Finalmente, aunque musicalmente no es tan notable como otras piezas, Wonderful me parece una brillante canción de villano en el sentido que la letra logra resumir todo lo que el musical intenta decir sobre la dinámica del poder.


A continuación les presento la ficha técnica de la obra, pero quiero concluir reiterando mi recomendación de esta obra, sobre todo por su valor familiar. La historia, la música y el diseño de producción cautivan tanto a infantes como adultos, y puede ser un muy interesante punto de partida para introducir a los más jóvenes a discusiones complejas. Wicked es, en todo el sentido de la palabra, mágico.

  • Año de estreno: 2003 (Broadway)

  • Música: Stephen Schwartz

  • Letra: Stephen Schwartz

  • Libreto: Winnie Holzman

  • Dirección: Joe Mantello

  • Elenco original

    • Idina Menzel (Elphaba)

    • Kirstin Chenowet (Glinda)

    • Norbert Leo Butz (Fiyero)

    • Joel Grey (Mago de Oz)

    • Carole Shelley (Madame Morrible)

    • Michelle Federer (Nessarose)

    • Christopher Fitzgerald (Boq)

    • William Youmans (Doctor Dillamond)


Hasta el próximo encuentro...


Navegante del Clío



*Soundtrack del elenco original disponible en Spotify

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1 comentario


¡Felicidades por el primer mes de publicaciones! 👏🎊

¡Que vengan muchos más!

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